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domingo, 4 de diciembre de 2011

Nicolas Costantino: Nicola y su doble

  1. Una fenomenología de Nicola y su doble.

Análisis de la muestra Nicola y su doble que se expone como muestra paralela de la Bienal Internacional de Cuenca Junto con Daros, en la Sala Procesos. Las imágenes se pueden ver en: http://www.daros-latinamerica.com

Ver lo que está allí, tal como está allí, tal como se muestra, lo que está frente a nosotros y nos cuesta reconocerlo. No me refiero a lo que está supuesto ni a un contenido que tiene que ser develado luego de un largo análisis. Una fenomenología de la obra.

Necesitamos colocarnos frente a cada obra y mirarla con detenimiento. Incluso habrá que volver una y otra vez hasta que todos los detalles que se nos habían escapado se hagan patentes. Y que digamos, ¿te fijaste en este pequeño objeto rojo colocado sobre la repisa? Se me había pasado por alto.

Todo lo que diga después tiene que estar soportado en la obra. El análisis que se haga debe sustentarse en aquello que está allí ante nuestros ojos y que no requiere de ninguna textualidad, de ninguna escritura para impresionarnos, para conmover nuestra sensibilidad. Una cuestión clave cuando revisemos los escritos sobre la obra de Nicola Costantino será precisamente esta: ¿en qué medida le cabe a la obra, tal como se muestra por ella misma, lo que se dice?

Un dispositivo completo que funciona, un programa muy bien hecho que cuando le damos clic se despliega ante nuestros ojos. Después estaremos autorizados a ir en una u otra dirección, a darle un sentido u otro, a desplazarnos por los diversos significados que le caben.

A continuación los resultados parciales de la mirada sobre la obra de Nicola Costantino, Nicola y su doble. Me interesa resaltar aquellos elementos que me parecen particularmente sugerentes para la interpretación que se hará después.

Nicola y su doble. En la playa. Hoyningen-Huene.

Ella, en primer plano, con la mirada perdida. El doble-maniquí, en segundo plano, mira hacia lo lejos. Y abriéndose al infinito un extraño mar virtual, íntimo.

Nicolas idénticas según Arbus.

Una Nicola junto a sí misma. Sin embargo, sutilmente, un conjunto de diferencias: en una un cierto rictus, el pelo metido dentro de los anteojos, un rizo suelto, un soplete que la una sostiene y la otra no. Y, desde luego, -¿por qué no?- una a la izquierda y otra a la derecha.

Nicola y su doble. Moisés.

La una detrás de la otra. La que está detrás, vestida de colores oscuros, subida en una tabla -¿es el maniquí?- El niño en brazos de la Nicola que va de blanco. Ambas miran hacia un punto que escapa fuera del cuadro, que no está contenido en él.

Nicola y su doble. Frente al televisor.

Una habitación en la penumbra. Nicola y su doble-maniquí sentadas al borde de la cama frente a un televisor. La luz de este ilumina parcialmente la escena. El niño duerme sobre la cama. En el televisor no se imagen alguna. Solo una pantalla luminosa cortada en dos segmentos. Parecería que vemos únicamente la interferencia, porque los canales no emiten más.

Nicola y su doble. Maternidad.

Nicola de blanco sostiene al niño en brazos. Su doble, colocada atrás, parece rozarle suavemente. Ambas de pie en una escena extremadamente estática, con la mirada puesta en punto que va más allá de la foto.


 

Nicola y su doble. Vestidos.

Nicola embarazada cose el vestido de Nicola-maniquí. Un serie de espejos detrás de ella reflejan tanto el soporte como dejan entrever cierto carácter maquínico del maniquí. Los espejos repiten sin cesar la imagen del doble, de tal forma que su presencia virtual termina por invadir el espacio entero.    

Príncipe Aquiles según Velázquez.

Las Meninas han sido reproducidas con elementos del entorno de Nicola. Es lo primero que vemos y quizás aquello que nos impide ver lo demás. Incluso el título nos conduce a esta mirada. A mí me parece más llamativo todo lo demás: las luces, los paraguas, el botellón de gas para soplar, el recorrido de los elementos rojos, los cañones de luz. Es decir, los elementos del escenario, como si la obra de Velázquez se hubiera convertido en una pieza de teatro y le tomamos una fotografía.

También me parece que debe resaltarse la apertura hacia un exterior luminoso que se abre detrás dela Nicola ubicada en la puerta. En las paredes los cuadros contienen imágenes de Nicola y de su doble. Finalmente podemos contar seis Nicolas.

En la medida en que es una unidad construida como tal de manera explícita, la muestra Nicola y su doble, también debe ser mirada desde esta perspectiva, un poco a la Warbug: imágenes se leen unas con otras, se encuentran en diálogo, se penetran, se confunden.

Dos aspectos transversales me interesa señalar: la proliferación de duplicados que sea por la vía de cuadros dentro del cuadro o del juego de espejos; y el doble modo de representación del doble: como maniquí y como imagen. Estos son elementos que tienen que ser integrados en cualquier estudio de la obra que quiera ser coherente.

En los comentarios a la obra de Costantino, las pistas para entender esa duplicidad son escasas, quizás porque están centrados en entender su otra producción Peletería humana. De lo poco que se dice, extraigo tres líneas que nos inducen a seguir una determinada dirección:

En primer lugar, la idea de una muñeca con la que la artista juega, como si se tratara de un juego de desdoblamiento:

"…en otras se concentra primariamente en una muñeca que la representa a sí misma: mira televisión con su doble, toma sus medidas es decir, las de su muñeca, para hacer un vestido, se encuentra en la sala de partos como muñeca con cochecito. En el choque entre la artista y su doble –sólo diferencias ópticas mínimas separan ambas esferas– se crea la impresión como si la muñeca también siempre fija un rol predispuesto, un rol que cobra vida en el día a día. No como si la muñeca copiara al original, sino como si el original copiara a la muñeca." (Kuntsforum)

En segundo lugar, la duplicidad que recorre la obra tendría que ver con su vida privada, especialmente referidas a la maternidad:

"En este caso, y claramente vinculado a lo anterior, se trata de escenas próximas a un momento especial de su vida privada que tiene que ver con la maternidad y el diseño de una figura idéntica a sí misma, capaz de acompañarla en los momentos clave que le esperaban. "Pensé en un doble como compañía, para no enfrentar sola una experiencia como ésa." (Battistozzi)

Y en tercer lugar, las transformaciones en el orden de lo real que quieren controlarse en el plano imaginario. Los vínculos que se proponen son, a mi modo de ver, harto extraños:


"Pero también como una figura que congelara mi imagen ante los cambios físicos que imaginé se producirían", confiesa la artista ante el mar de fantasías que le desató una experiencia movilizadora como ésa."

"La cuestión del doble ha sido asociada tanto al problema de la representación como a la histórica relación pintor-modelo. ¿Pero qué ocurre cuando el modelo es el propio autor desdoblado en infinitas circunstancias y personajes? La artista misma indagó esta cuestión desde las posibilidades diversas que planteó el arte y la literatura. Desde el Dr. Jekill, de Stevenson al Dorian Gray, de Wilde o El Hacedor, de Borges. En todos le fue posible rastrear una proyección de algo propio."
(Battistozzi)