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domingo, 27 de enero de 2013

¿QUÉ ES UNA SIGNATURA?


A partir del texto de Agamben, vamos aproximarnos al concepto de signatura. En este primer momento, me quedaré en los aspectos lingüísticos sin ir más allá; esto es, más adelante habrá que preguntarse si las signaturas son fenómenos del lenguaje o de la misma realidad. 
Hay palabras y enunciados, significantes y significados, semiología y hermenéutica. Estamos acostumbrados a pensar –seguramente por la ya vieja tradición lingüística- en la relación entre significados y significantes, entre el plano semiótico y el plano semántico; y lo hacemos estableciendo una especie de vínculo directo, que no requiere de otra mediación. Adherimos a los signos unos significados, que ciertamente dependen de su uso y tienen cierto grado de variabilidad y de ambigüedad; además, de ser arbitrarios y convencionales. Nada más. 
La cuestión que abre la signatura se dirige a cuestionarse este presupuesto. Se trata de interrogarnos por aquello que produce el vínculo, que permite que ese significante sea leído de esta manera, en este contexto, en estas circunstancias. Aquí el tema está referido a la eficacia del signo y no solo a su significado. 
Las signaturas son aquellos elementos que nos permiten pasar de la semiología a la hermenéutica: “Semiología y hermenéutica, de todos modos, no coinciden perfectamente a través de la semejanza; resta, entre ellas, una distancia, en la cual se produce el saber…” (Agamben 82) 
Se ubican en esa distancia y tienen la misión de convertirse en un puente entre las dos. Sin este paso, sin este elemento que salva el hiato, el acto comunicativo no se produciría: “Los signos no hablan si las signaturas no los hacen hablar. Pero esto quiere decir que la teoría de la significación lingüística debe ser integrada a una teoría de las signaturas. La teoría de la enunciación, que Benveniste desarrolla en ese mismo período, puede considerarse el intento de construir un puente sobre ese hiato, de hacer pensable el pasaje entre lo semiótica y lo semántica.” (Agamben 82) 
Entonces, una signatura se ubica del lado de la existencia, tiene un aspecto ontológico, que lleva de la mano al significante para que pueda encontrarse con el significado, que cierra la brecha entre semiología y hermenéutica; y que posibilita, en último término, que podamos hablar. 
Y solo lo hacemos cuando restablecemos el nexo entre palabras y cosas: “Significa, en una palabra, buscar en todo evento la signatura que lo cualifica y especifica, y en toda signatura, el evento y el signo que la soporta y condiciona. Es decir, aún más, en las palabras de Foucault, «mostrar que hablar es hacer algo, y no simplemente expresar un pensamiento» (Foucault 1969: 272).”  (Agamben 106) 
Esta línea de razonamiento tendrá contactos evidentes con: los planteamientos de Deleuze y Guattari sobre el lenguaje, las reflexiones sobre los actos del lenguaje y la pragmática, la performatividad del lenguaje, las estrategias deconstructivas. Y, lo que es más importante, con la ontología general y con la del ser social.

Agamben, Giogio. Signatura rerum. Sobre el método. . Barcelona: Anagrama, 2010.

martes, 1 de enero de 2013

HACIA UNA NUEVA DIALÉCTICA. 17. DIALÉCTICA DE LOS CAMPOS SOCIALES.



La noción proviene de la física y ha sido trasladada a diferentes ámbitos; en este caso tomo las elaboraciones realizadas por Fligstein y McAdam (Fligstein and McAdam, 2012), que constituyen una buena síntesis de los debates actuales y de las posibilidades de aproximación y síntesis con otras corrientes, especialmente con las teorías del actor-red.
Antes de entrar directamente en estos dos autores, algunas consideraciones sobre la teoría de los campos. Se entiende por campo un espacio en donde cada elemento tiene un valor. Sobre esta definición generalísima es indispensable avanzar hacia algunos aspectos de la teoría de campos cuánticos.
En esta última se rompe con el determinismo de la física clásica; por eso, el campo cuántico es fundamentalmente indeterminístico. Esto es importante para nosotros porque nos puede permitir una aproximación mucho más flexible y dinámica a los campos, a sus dinámicas y transformaciones, incluso a su ruptura y a la emergencia de otros.
Se trata, por lo tanto, de mostrar que estos campos –desde la física hasta las ciencias sociales- si bien tienen reglas y leyes, consisten en mundos con un grado alto de incertidumbre, que penetran hasta en las decisiones estratégicas de los actores-red.
Por otra parte, la teoría cuántica de campos muestra que estos no se reducen a los elementos que lo conforman y a los valores que toman en las diferentes regiones del espacio que lo conforma; sino que el mismo campo tienen propiedades que tienen que describirse adecuadamente y que, desde luego, se expresan en la posición que toman los elementos en dicho campo.
Las características del campo no solo permiten la adopción de valores sino que determinan el surgimiento de los elementos, la construcción de estos que de otro modo no existirían. Esto evitaría cierto esencialismo de los campos aplicados a las ciencias sociales, en donde los actores-red parecieran pre-existir al campo o al menos se independientes en su existencia, aunque una vez que entran ellos, queden definidos por estos.
Los elementos del campo dependen para su existencia del campo; incluso en aquellos casos de objetos que provienen de otros campos, al ingresar a uno nuevo sus características ontológicas, su modo de ser, se transforma por el sometimiento a las nuevas condiciones.
Con estas consideraciones breves pero claves, podemos entrar en los campos de acción estratégica. La primera afirmación que sirve de punto de partida es que las estructuras de las que está formada una sociedad está partida en campos que ocupan un nivel meso, frente a los macro niveles, como el estado o la sociedad civil; y frente a los espacios micro sociales.
La primera cuestión para aproximarnos a la comprensión de cualquier fenómeno social consistiría en establecer a qué campo pertenece en este meso nivel. Una vez que hemos hecho esto, se puede pasar a las acciones estratégicas; esto es, a preguntarnos por las acciones orientadas hacia fines que los actores-red realizan dentro del campo específico al que pertenecen y en el que actúan relacionándose con los otros actores-red. Como señalan los autores mencionados antes:
“Primero, la teoría descansa sobre una perspectiva que ve el campo de acción estratégica, que puede ser definido como el nivel meso del orden social, como los bloques estructurales básicos de construcción de una vida organizacional y política moderna en la economía, la sociedad civil y el estado.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 3)
Cambio y continuidad siguen siendo las claves del análisis: cómo los campos garantizan su estabilidad, de qué manera se producen transformaciones que lo alteran de una manera parcial o radical, qué medios utilizan para contrarrestar las tendencias a la ruptura, qué dinámicas de conflicto llevan a su ruptura y reemplazo.
“La preocupación por la estabilidad y el cambio en las dinámicas a nivel de campo es la tarea central de teóricos como Bourdieu…” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 3)
Desde luego, estos campos diversos, múltiples, variados, no se encuentran aislados en compartimentos estancos sin relación con otros; por el contrario solo actúan en relación con otros, desarrollando toda clase de vínculos; soporte, confrontación, apoyo, oposición, creación de marcos de acción y de sentido comunes, entre tantos otros.
Más aún, generalmente forman unidades mayores que terminan por adquirir grados de organización más elevados, jerarquizados o no:
“…vemos cualquier campo cada como incluido en un ambiente más amplio que consiste de innumerables campos próximos o distales, así como estados, que están ellos mismos organizados como sistemas intrincados de campos de acción estratégica.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 3)
De esta manera, los campos son tanto productores de realidades como producidos por las acciones de los actores-red. Los comportamientos de estos actores, si bien siempre están enmarcados en una determinada lógica del poder –toda acción está guida por intereses-, al pertenecer a un campo se amplían e incorporan un conjunto de elementos que tienen que ver con nuevos tipos de acciones y de sentidos de estas que se definen a partir del marco de referencia.
Los campos crean el espacio para que unas acciones sean posibles y otras no, para que unos sujetos y subjetividades se constituyan y, lo que es igualmente importante, para que estas acciones tengan unos sentidos y los sujetos adquieran unas identidades y diferencias.
Las acciones de los actores-red quedan enmarcadas en los intereses, el poder y además el conjunto de los diversos aspectos de la vida, tanto lo que hace referencia a su reproducción material como simbólica. La existencia entera queda implicada:
“Finalmente, en el núcleo de la teoría está un descripción de cómo los actores sociales incluidos buscan producir y mantener un campo dado. Mientras la mayoría de las teorías resalta la importancia central de los intereses y el poder, nosotros insistimos que la acción estratégica en los campos gira hacia una complicada mezcla de consideraciones materiales y existenciales.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 3)
Así se establecen marcos de referencia de la acción que incluyen sus propias reglas de operación y que proveen de sentido a todo lo que hacemos. Los emprendedores institucionales transportan estos marcos a otros ámbitos sociales:
“Todo lo que hemos descubierto es que en tiempos de cambios dramáticos, nuevas formas de organizar “marcos culturales” o “lógicas de acción” llegan a existir. Estas son muy utilizadas por actores sociales entrenados, algunas veces llamados “emprendedores institucionales” quienes innovan, propagan y organizan campos de acción estratégica.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 4) Por esto, el campo termina “…enfocado en el rol de “enmarcar procesos” en la acción colectiva.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 5)
Hasta ahora cada una de la ciencias sociales se han ocupado de alguno de los aspectos, bien sea lo economía, la política, la cultura o cualquier otro. Hace falta un enfoque integral, una teoría que sea capaz de incorporar los diversos aspectos desde una sola perspectiva y que permita superar las dualidades en las que hemos estado prisioneros.
Especialmente aquella que hace referencia al colectivo y a los individuos, a los campos de un lado y a los actores-red por otro. Cada teoría privilegia una de las entradas y tiende a dejar de lado la otra, o a considerarla una subsidiaria. El enfoque de Fligstein y McAdam trata, precisamente, de aunar estas dos tendencias en unos conceptos que los sintetizan,  produciendo un nuevo ámbito del conocimiento, sin limitarse a colocarse de modo adyacente:

“El problema es que estos elementos –acción colectiva, espacio social, cultura, organización, el estado y la movilización- que están presentes en esta literatura, no han sido integrados en una teoría sistemática en cualquier de los subcampos. Realmente, los autores tienden a enfocarse no solo en los fenómenos empíricos sino a menudo enfatizan solamente en pocos de estos elementos.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 5)
El nuevo enfoque conceptual que se propone nos permitiría tener un mejor instrumento para la comprensión de las sociedades actuales, en la inmensa diversidad y riqueza, así como en los profundos conflictos que la atraviesan. No se limitaría a ser testigo de lo que sucede sino que podría transformarse en instrumento de acción; y, desde mi punto de vista, en ponerse al servicio de intereses emancipatorios. En síntesis, acciones estratégicas en marcos referenciales –campos- orientados hacia tareas liberadoras.
“La teoría de la acción de nivel meso implica que la acción tiene lugar entre y con los grupos organizados. Al entender de manera más clara el rol de los actores sociales en producir, reproducir y transformar sus campos de acción locales, pensamos que ganamos un gran nivel de manejo de temas fundacionales de la vida social.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 7)
Los procesos dialécticos hacen aquí su aparición, porque entramos de lleno a las condiciones de producción y reproducción de la vida social, que no se limitan a los temas económicos o del poder sino que incorporan los demás componente, como la cultura, la ideología o la vida misma y se lo hace tanto desde los aspectos estructurales como desde la perspectiva de los individuos entendidos como actores-red.
“Todavía es más difícil la cuestión de la emergencia de arenas sociales o campos. Hay dos problemas interrelacionados aquí. El primero es especificar las condiciones bajo las cuales sucede. La segunda es teorizar la agencia que está incluida en estos procesos. Cómo nuevos campos son creados, por quién y para qué propósitos?” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 7)
Finalmente los autores lo sintetizan de la siguiente manera, enfatizando en las deudas con las dos corrientes, la de los campos y la teoría del actor-red:
“Seguro que están a la mano teoría que pueden verse como alternativas legítimas a la nuestra. Estas incluyen las nuevas teorías institucionales en los estudios organizacionales, la teoría de la estructuración de Anthony Giddens, y más cercana a nuestra perspectiva, la descripción de Bourdieu del habitus, campo y capital social y vida política. Hemos rescatado elementos de cada una de estas perspectivas y admiramos la ambición inherente en ellas. Al mismo tiempo, sin embargo, vemos esas alternativas, de una forma u otra, inadecuadas, de tal manera que queda por explicar la estructura subyacente de, y las fuentes de cambio y estabilidad, de la vida institucional de las sociedades modernas.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 8)

Componentes
Descripción
1.Campos de acción estratégica
Meso nivel social en donde se dan acciones estratégicas de los actores-red, que adquieren sentidos compartidos determinados y que siguen reglas de gobierno.
2.Titulares, desafiantes, unidad de gobernanza
Titulares son los que gobiernan el campo y aprovechan de las reglas, que se imponen los demás. Desafiantes: actores que ocupan posiciones subordinadas en el campo aunque reconozcan su legitimidad. Unidades de gobernanza: campos en donde se articulan titulares y desafiantes.
5.Destrezas sociales
Estratégicas, emocionales, cognitivas, comunicacionales y que expresan la función existencial de lo social y que aseguran la cooperación intersubjetiva.
4.Campo amplio del entorno
Los campos entran en relación con otros campos y están incluido en campos más amplios que forman unidades organizativas más amplias.
5. Choques exógenos, movilización, el inicio de la competencia
Los campos están sometidos a influencias externas que pueden ser destructivas y que provienen de la movilización de los actores, a través de acciones de competencia. Se produce una dinámica de amenazas y oportunidades.
6. Episodios de competencia
Los períodos de cuestionamiento de un campo nunca son permanentes. El campo se rehace en el momento en el que vuelven las certezas y la legitimidad de las acciones.
7.Ajustes
Los episodios de competencia muchas veces conducen a ajustes del propio campo, que reacciona para incorporar y neutralizar la competencia o el conflicto.
Fuente: Elaboración propia a partir de (Fligstein and McAdam, 2012, págs. 9-22)

HACIA UNA NUEVA DIALÉCTICA. 17. DIALÉCTICA DE LOS CAMPOS SOCIALES.



La noción proviene de la física y ha sido trasladada a diferentes ámbitos; en este caso tomo las elaboraciones realizadas por Fligstein y McAdam (Fligstein and McAdam, 2012), que constituyen una buena síntesis de los debates actuales y de las posibilidades de aproximación y síntesis con otras corrientes, especialmente con las teorías del actor-red.
Antes de entrar directamente en estos dos autores, algunas consideraciones sobre la teoría de los campos. Se entiende por campo un espacio en donde cada elemento tiene un valor. Sobre esta definición generalísima es indispensable avanzar hacia algunos aspectos de la teoría de campos cuánticos.
En esta última se rompe con el determinismo de la física clásica; por eso, el campo cuántico es fundamentalmente indeterminístico. Esto es importante para nosotros porque nos puede permitir una aproximación mucho más flexible y dinámica a los campos, a sus dinámicas y transformaciones, incluso a su ruptura y a la emergencia de otros.
Se trata, por lo tanto, de mostrar que estos campos –desde la física hasta las ciencias sociales- si bien tienen reglas y leyes, consisten en mundos con un grado alto de incertidumbre, que penetran hasta en las decisiones estratégicas de los actores-red.
Por otra parte, la teoría cuántica de campos muestra que estos no se reducen a los elementos que lo conforman y a los valores que toman en las diferentes regiones del espacio que lo conforma; sino que el mismo campo tienen propiedades que tienen que describirse adecuadamente y que, desde luego, se expresan en la posición que toman los elementos en dicho campo.
Las características del campo no solo permiten la adopción de valores sino que determinan el surgimiento de los elementos, la construcción de estos que de otro modo no existirían. Esto evitaría cierto esencialismo de los campos aplicados a las ciencias sociales, en donde los actores-red parecieran pre-existir al campo o al menos se independientes en su existencia, aunque una vez que entran ellos, queden definidos por estos.
Los elementos del campo dependen para su existencia del campo; incluso en aquellos casos de objetos que provienen de otros campos, al ingresar a uno nuevo sus características ontológicas, su modo de ser, se transforma por el sometimiento a las nuevas condiciones.
Con estas consideraciones breves pero claves, podemos entrar en los campos de acción estratégica. La primera afirmación que sirve de punto de partida es que las estructuras de las que está formada una sociedad está partida en campos que ocupan un nivel meso, frente a los macro niveles, como el estado o la sociedad civil; y frente a los espacios micro sociales.
La primera cuestión para aproximarnos a la comprensión de cualquier fenómeno social consistiría en establecer a qué campo pertenece en este meso nivel. Una vez que hemos hecho esto, se puede pasar a las acciones estratégicas; esto es, a preguntarnos por las acciones orientadas hacia fines que los actores-red realizan dentro del campo específico al que pertenecen y en el que actúan relacionándose con los otros actores-red. Como señalan los autores mencionados antes:
“Primero, la teoría descansa sobre una perspectiva que ve el campo de acción estratégica, que puede ser definido como el nivel meso del orden social, como los bloques estructurales básicos de construcción de una vida organizacional y política moderna en la economía, la sociedad civil y el estado.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 3)
Cambio y continuidad siguen siendo las claves del análisis: cómo los campos garantizan su estabilidad, de qué manera se producen transformaciones que lo alteran de una manera parcial o radical, qué medios utilizan para contrarrestar las tendencias a la ruptura, qué dinámicas de conflicto llevan a su ruptura y reemplazo.
“La preocupación por la estabilidad y el cambio en las dinámicas a nivel de campo es la tarea central de teóricos como Bourdieu…” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 3)
Desde luego, estos campos diversos, múltiples, variados, no se encuentran aislados en compartimentos estancos sin relación con otros; por el contrario solo actúan en relación con otros, desarrollando toda clase de vínculos; soporte, confrontación, apoyo, oposición, creación de marcos de acción y de sentido comunes, entre tantos otros.
Más aún, generalmente forman unidades mayores que terminan por adquirir grados de organización más elevados, jerarquizados o no:
“…vemos cualquier campo cada como incluido en un ambiente más amplio que consiste de innumerables campos próximos o distales, así como estados, que están ellos mismos organizados como sistemas intrincados de campos de acción estratégica.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 3)
De esta manera, los campos son tanto productores de realidades como producidos por las acciones de los actores-red. Los comportamientos de estos actores, si bien siempre están enmarcados en una determinada lógica del poder –toda acción está guida por intereses-, al pertenecer a un campo se amplían e incorporan un conjunto de elementos que tienen que ver con nuevos tipos de acciones y de sentidos de estas que se definen a partir del marco de referencia.
Los campos crean el espacio para que unas acciones sean posibles y otras no, para que unos sujetos y subjetividades se constituyan y, lo que es igualmente importante, para que estas acciones tengan unos sentidos y los sujetos adquieran unas identidades y diferencias.
Las acciones de los actores-red quedan enmarcadas en los intereses, el poder y además el conjunto de los diversos aspectos de la vida, tanto lo que hace referencia a su reproducción material como simbólica. La existencia entera queda implicada:
“Finalmente, en el núcleo de la teoría está un descripción de cómo los actores sociales incluidos buscan producir y mantener un campo dado. Mientras la mayoría de las teorías resalta la importancia central de los intereses y el poder, nosotros insistimos que la acción estratégica en los campos gira hacia una complicada mezcla de consideraciones materiales y existenciales.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 3)
Así se establecen marcos de referencia de la acción que incluyen sus propias reglas de operación y que proveen de sentido a todo lo que hacemos. Los emprendedores institucionales transportan estos marcos a otros ámbitos sociales:
“Todo lo que hemos descubierto es que en tiempos de cambios dramáticos, nuevas formas de organizar “marcos culturales” o “lógicas de acción” llegan a existir. Estas son muy utilizadas por actores sociales entrenados, algunas veces llamados “emprendedores institucionales” quienes innovan, propagan y organizan campos de acción estratégica.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 4) Por esto, el campo termina “…enfocado en el rol de “enmarcar procesos” en la acción colectiva.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 5)
Hasta ahora cada una de la ciencias sociales se han ocupado de alguno de los aspectos, bien sea lo economía, la política, la cultura o cualquier otro. Hace falta un enfoque integral, una teoría que sea capaz de incorporar los diversos aspectos desde una sola perspectiva y que permita superar las dualidades en las que hemos estado prisioneros.
Especialmente aquella que hace referencia al colectivo y a los individuos, a los campos de un lado y a los actores-red por otro. Cada teoría privilegia una de las entradas y tiende a dejar de lado la otra, o a considerarla una subsidiaria. El enfoque de Fligstein y McAdam trata, precisamente, de aunar estas dos tendencias en unos conceptos que los sintetizan,  produciendo un nuevo ámbito del conocimiento, sin limitarse a colocarse de modo adyacente:

“El problema es que estos elementos –acción colectiva, espacio social, cultura, organización, el estado y la movilización- que están presentes en esta literatura, no han sido integrados en una teoría sistemática en cualquier de los subcampos. Realmente, los autores tienden a enfocarse no solo en los fenómenos empíricos sino a menudo enfatizan solamente en pocos de estos elementos.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 5)
El nuevo enfoque conceptual que se propone nos permitiría tener un mejor instrumento para la comprensión de las sociedades actuales, en la inmensa diversidad y riqueza, así como en los profundos conflictos que la atraviesan. No se limitaría a ser testigo de lo que sucede sino que podría transformarse en instrumento de acción; y, desde mi punto de vista, en ponerse al servicio de intereses emancipatorios. En síntesis, acciones estratégicas en marcos referenciales –campos- orientados hacia tareas liberadoras.
“La teoría de la acción de nivel meso implica que la acción tiene lugar entre y con los grupos organizados. Al entender de manera más clara el rol de los actores sociales en producir, reproducir y transformar sus campos de acción locales, pensamos que ganamos un gran nivel de manejo de temas fundacionales de la vida social.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 7)
Los procesos dialécticos hacen aquí su aparición, porque entramos de lleno a las condiciones de producción y reproducción de la vida social, que no se limitan a los temas económicos o del poder sino que incorporan los demás componente, como la cultura, la ideología o la vida misma y se lo hace tanto desde los aspectos estructurales como desde la perspectiva de los individuos entendidos como actores-red.
“Todavía es más difícil la cuestión de la emergencia de arenas sociales o campos. Hay dos problemas interrelacionados aquí. El primero es especificar las condiciones bajo las cuales sucede. La segunda es teorizar la agencia que está incluida en estos procesos. Cómo nuevos campos son creados, por quién y para qué propósitos?” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 7)
Finalmente los autores lo sintetizan de la siguiente manera, enfatizando en las deudas con las dos corrientes, la de los campos y la teoría del actor-red:
“Seguro que están a la mano teoría que pueden verse como alternativas legítimas a la nuestra. Estas incluyen las nuevas teorías institucionales en los estudios organizacionales, la teoría de la estructuración de Anthony Giddens, y más cercana a nuestra perspectiva, la descripción de Bourdieu del habitus, campo y capital social y vida política. Hemos rescatado elementos de cada una de estas perspectivas y admiramos la ambición inherente en ellas. Al mismo tiempo, sin embargo, vemos esas alternativas, de una forma u otra, inadecuadas, de tal manera que queda por explicar la estructura subyacente de, y las fuentes de cambio y estabilidad, de la vida institucional de las sociedades modernas.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 8)

Componentes
Descripción
1.Campos de acción estratégica
Meso nivel social en donde se dan acciones estratégicas de los actores-red, que adquieren sentidos compartidos determinados y que siguen reglas de gobierno.
2.Titulares, desafiantes, unidad de gobernanza
Titulares son los que gobiernan el campo y aprovechan de las reglas, que se imponen los demás. Desafiantes: actores que ocupan posiciones subordinadas en el campo aunque reconozcan su legitimidad. Unidades de gobernanza: campos en donde se articulan titulares y desafiantes.
5.Destrezas sociales
Estratégicas, emocionales, cognitivas, comunicacionales y que expresan la función existencial de lo social y que aseguran la cooperación intersubjetiva.
4.Campo amplio del entorno
Los campos entran en relación con otros campos y están incluido en campos más amplios que forman unidades organizativas más amplias.
5. Choques exógenos, movilización, el inicio de la competencia
Los campos están sometidos a influencias externas que pueden ser destructivas y que provienen de la movilización de los actores, a través de acciones de competencia. Se produce una dinámica de amenazas y oportunidades.
6. Episodios de competencia
Los períodos de cuestionamiento de un campo nunca son permanentes. El campo se rehace en el momento en el que vuelven las certezas y la legitimidad de las acciones.
7.Ajustes
Los episodios de competencia muchas veces conducen a ajustes del propio campo, que reacciona para incorporar y neutralizar la competencia o el conflicto.
Fuente: Elaboración propia a partir de (Fligstein and McAdam, 2012, págs. 9-22)