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domingo, 25 de mayo de 2014

LA FORMA COMO DISPOSICIÓN/DISPOSITIVO.

En la búsqueda de una clarificación del concepto de Forma se estableció que se podía definir como aquello que introduce una distinción y que inmediatamente, esta se indexaba. La Forma se convierte en una distinción indexada.

Por otra parte, rastreando el concepto de Forma en Guattari, al parecer no se encontraba una aproximación explícita que permitiera vincular las teorías de los flujos y los devenires que se aproximara a la noción introducida.

Sin embargo, una lectura más atenta probablemente logre mostrar que las cartografías desarrolladas por Guattari en realidad podían ser entendidas como análisis de la Forma, como aquellos procesos que explicitaban el paso de las distinciones a las indexaciones.

En un primer acercamiento se establece que la Forma es simultáneamente disposición y dispositivo. Para evitar cualquier privilegio de cualquiera de los dos términos debería decirse: disposición/dispositivo; o, en otros términos, las disposiciones conducen a dispositivos; y estos no son sino determinadas disposiciones.

Según Guattari, son precisamente esas disposiciones las que establecen los modos en que se darán las realidades específicas: “… Desde el ángulo de las encrucijadas de  Disposiciones que secretan, hasta un cierto punto, sus propias coordenadas de meta-modelización. Por cierto, una encrucijada puede imponer conexiones; pero no constituye una coerción fija…” (Guattari 39) Por eso, se puede llamar a esa meta-modelización la emergencia de un campo de formas; por ejemplo, la forma arte, la forma diseño, la forma dinero. Así desembocamos en los territorios existenciales y entre ellos, los modos de vida.

Agamben nos proporciona un concepto de dispositivo, más vinculado a los mecanismos de poder, que aquí se generaliza: “1) Es un conjunto heterogéneo, que incluye virtualmente cualquier cosa, lo lingüístico y lo no-lingüístico, al mismo título: discursos, instituciones, edificios, leyes, medidas de policía, proposiciones filosóficas, etc. El dispositivo en sí mismo es la red que se establece entre estos elementos. 2) El dispositivo siempre tiene una función estratégica concreta y siempre se inscribe en una relación de poder.” (Agamben)

Se tiene que resaltar el dispositivo como “conjunto heterogéneo” que constituye una red –un campo-, que establece tanto los elementos que le pertenecen como las reglas a las que están sometidos.

Es evidente que la metáfora de la máquina surja en estos contextos, tanto para referirse a las máquinas concretas como a las máquinas abstractas, insistiendo en que la Forma es una máquina –del tipo que sea- que “dispone las piezas” en una determinado arreglo y que establece los mecanismos de su funcionamiento y las reglas que la regulan: “2) un sentido tecnológico: “la manera en que se disponen las piezas de una máquina o de un mecanismo y, por extensión, el mecanismo mismo”. (Agamben) 

Agamben, Giorgio. ¿Qué es un dispositivo?
Guattari, Félix. Cartografías esquizoanalíticas. Buenos Aires: Manantial, 2000.


domingo, 4 de mayo de 2014

LA INVENCIÓN DE LA FORMA. Arte ancestral en el período Formativo.

La palabra formativo en el contexto arqueológico remite a la constitución de los primeros grupos humanos estables en un territorio, que desarrollan la agricultura así como una cultura. Junto con esto, encontramos que dicha palabra remite con igual fuerza a la invención de la Forma ancestral.

En esta fase se estructura una estética, con sus regímenes de la sensibilidad, integrados por sensaciones –un régimen corporal completo-, sensibilidades y un imaginario, del que se desprende su arte. Ciertamente que la mirada arqueológica tiende a supeditar este hallazgo a una visión evolucionista de las formas que desembocarían, por ejemplo, en el mundo incásico o que solo serían comprensibles desde las categorías del arte occidental. Palabras como formativo o precolombino tienen detrás una carga ideológica, que impide verlas en todo su valor y esplendor.

La forma ancestral que emerge en el período formativo lo hace, para cada cultura, a través de una indexación; esto es, siempre hay determinadas formas, siguiendo reglas estéticas precisas, que sirven de tanto para proveer unidad como para permitir su proliferación y diferenciación. La limitada información sobre su modo de vida y sus concepciones hace difícil encontrar la lógica de estos regímenes de sensibilidad, más aún cuando algunas generalizaciones encubren el hecho artístico.

Así, hay un excesivo peso de los factores religiosos, cosmogónicos, como si estos pueblos solo hubieran tenido una vida sagrada. Los aspectos sociales tienden a ser devorados por este único enfoque, como si todo lo que producían inevitablemente caía exclusivamente dentro de esta esfera.

Por el contrario, la primera afirmación acerca de estas reglas estéticas es que habitan en el doble vínculo entre el modo religioso y la invención del mundo social propio. La vida de estos grupos humanos se expresa en su estética una y otra vez, mezclándose con lo religioso pero, al mismo tiempo, rebasando esta esfera.

La propuesta inicial –y como todo en este campo, provisional-, afirma que estamos ante una ESTÉTICA DEL GESTO, que junto con aquellos elementos que le hacen pertenecer a una cultura u otra, tenemos un movimiento de individualización, de expresión de la vida cotidiana, de colocación de un signo de interrogación sobre el hieratismo y la introducción de una ironía. Estética del gesto que se acompaña a menudo por un gesto irónico. Sus obras se ríen de nosotros desde el trasfondo de los tiempos, quizás en la medida en que se reían de ellos mismos.

Un gesto que introduce en la figura, en la representación o en la abstracción, un movimiento adicional, un componente extra, que podría parecer inmotivado, innecesario, pero que está allí para romper la linealidad del orden simbólico. En su arte siempre hay algo más, un excedente, una demasía, un rebasar los límites.
Sin embargo, el gesto está contenido en la ELEGANCIA ANCESTRAL, que es más que adorno, mucho más que decoración, que se muestra en los tocados, en la pintura corporal, en el delineado de las figuras.
No sería difícil imaginarse a estas figuras en un desfile de modas, en donde en vez de esa forma de caminar maquinal y demasiado aprendida, las modelos hacen gesto y guiños a los espectadores que, a su vez, son ellos también una expresión de elegancia.

En una apretada síntesis diríamos: estética del gesto, la ironía y la elegancia.

ELEGANCIA. CULTURA CHORRERA.



ESTÉTICA DEL GESTO. CULTURA VALDIVIA.



IRONÍA. CULTURA  LA TOLITA.