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miércoles, 29 de marzo de 2017

INTRODUCCIÓN A EL CAPITAL DE MARX, VOLUMEN I: EDICIONES Y CONTENIDO.


Orientarse en el laberinto de las traducciones es especialmente difícil en lo que se refiere a las obras de Marx y Engels; sin embargo, es una tarea necesaria si se quiere tener una referencia rigurosa a lo que efectivamente estos dos autores dijeron, más allá de la imagen que fue construida durante largos años y que, en muchos casos, tenía intenciones de apoyar una determinada corriente política.

Si bien no se pretende establecer un panorama completo, sin embargo, se colocan algunas líneas orientadoras para quien quiera entrar o retomar el estudio del marxismo, más aún en este año -2017- que celebramos los 150 años de aparición de El Capital como los 100 años de Revolución Rusa.
Hay que hacer referencia a dos ediciones que sirven de referencia para cualquier trabajo sobre estos autores:

1.     1.  Marx Engels Gesamtausgabe, Mega 2: la edición crítica de El Capital.

Marx Engels Gesamtausgabe publicado por el IMES, Internationale Marx-Engels-Stiftung IMES.
Esta que es la edición completa y crítica de las obras de Marx y Engels -y que aún se encuentra en proceso- retoma la publicación de estas obras iniciadas en la Alemania del Este en la década de los 60 -Mega-, pero que se detiene por la caída de los regímenes comunistas.

En 1990 se organiza el IMES para dar continuidad a este proyecto, que produce una edición histórico-crítica, que tendría 114 volúmenes y que reúne equipos de expertos de diferentes países.

Este es la página web oficial del Marx-Engels-Gesantuasgabe: http://mega.bbaw.de/struktur en donde además se pueden encontrar todos los tomos aparecidos y digitalizados, de libre acceso, en el idioma original en que fueron escritos por los autores.

En cuanto a El Capital solo a partir del Mega 2 se tiene su edición completa e histórico-crítica; para esto se debe tener en cuenta que “Ne existe una obra “terminada” en tres volúmenes titulada El Capital. Aunque Marx haya delineada una estructura general sucesivamente no modificada al menos a partir del 1863/65”. (Fineschi, Introduzione, 2004, pág. XIII)

Las editadas por Marx o Engels son cuatro:

               I edición alemana: 1867
               II edición alemana: 1872/73
               III edición alemana: 1883
               IV edición alemana: 1890
               Edición francesa: 1872/75
               Edición inglesa: 1887.

Todo esto muestra que el proyecto quedó inconcluso y no hay algo así como la versión definitiva. Una de las más completas revisiones del proceso de elaboración de El Capital puede encontrarse en Roberto Fineschi, Un nuevo Marx, en donde se comparan las principales variantes del tomo 1, a través de las ediciones y de los manuscritos. (Fineschi, Un nuovo Marx, 2008)

La edición en italiano, que junto con la serie de versiones y manuscritos originales en alemán, que puede servir de referencia para una posible edición crítica completa en español, toma de base la IV edición alemana de 1890 curada por Engels; junto con esta se coloca las principales variantes de todas las otras citadas anteriormente. El texto se basa en el Mega, II sesión, volúmenes del 5 al 10.
Con estas indicaciones, la edición italiana es el Volumen XXXI, Tomo I y II y contiene:

Tomo I.
Il Capitale. Crítica dell´economia política. Libro Primo. Il proceso di produzione del capitale. (1863-1890)
Tomo II.
Manoscritto económico 1863-1865. Il capitale. Libro primo. Il proceso di produzione del capitale. Capitolo sesto. Resultati del proceso de produzione inmediato.
Il capitale. Critica dell´economia política. Libro primro. Il proceso de produzione del capitle. I ed. Tedesca (1867). Primo capitolo e appendice sulla forma di valore.
Manocritto 1871-1872.
Varianti della (1867), II (1872/73) y III ed. Tedesca (1883) e dall´ed. Francese (1872-1875) del primo libro del Capitale.
Apparato. Glossario. Note explicative. Prospetto pesi e misure. Letteratura citata. Indice dei nomi. Indice analítico.

En cuanto a la edición del Mega 2 de El Capital, contiene 15 volúmenes, con 23 tomos, que contiene la totalidad de las ediciones de esta obra, así como los manuscritos correspondientes. Una revisión del proceso de edición y sus compontes se puede encontrar en Marcello Musto, Tras las huellas del fantasma. (Musto, 2011)

2.      Marx-Engels Collected Works:

Iniciada en 1975 y concluida en el 2004. 50 volúmenes, editada por Lawrence and Wishart en Londres. No son las obras completas de Marx y Engels, sino una selección. (Muchas veces se cita esta editorial como referencia a esta colección).

Se puede acceder a estas obras en el sitio web Marx/Engels Collected Works:

De estas traducciones, aquellas que toman como referencia los originales de Marx y Engels, y las confrontan con traducciones existentes, son las editadas por Terrell Carver. Estas son las que deberían ser utilizadas, si no se tiene acceso a la edición del Mega 2, mayoritariamente en alemán.
Tres publicaciones son especialmente importantes:

Marx, Later Political Writings, Cambridge University Press, Cambridge, 1996. Traducción de Terrell Carver y que incluye:

               Manifesto of Communist Party
               The eigthteen Brumaire of Louis Bonaparte
               Introduction to the Grundrisse
               Preface to A Contribution to the Critique of Political Economy
               The Civil War in France
               Critique of the Gotha Programme
               Notes on Adolph Wagner

Marx, Early Political Writings, Cambridge University Press, Cambridge, 1994. Traducción de Joseph O´Malley que incluye:

From the Critique of Hegel’s Philosophy of Right (§§261-313)
‘On the Jewish Question’
‘A Contribution to the Critique of Hegel’s Philosophy of Right: Introduction’
From the Paris Notebooks
‘Critical Marginal Notes on “The King of Prussia and Social Reform. By a Prussian”
Points on the State and Bourgeois Society
‘On Feuerbach’ From ‘The German Ideology’: Chapter One, ‘Feuerbach’.
From Poverty of Philosophy
Address on Poland

Marx and Engel´s “German Ideology” Manuscripts, Presentation and Analysis of “Feuerbach chapter” por Terrell Carver and Daniel Blank, Palgrave McMillan, New York

(En español, se puede ver el análisis y la traducción de algunos fragmentos de la “German Ideologý”, en Carlos Rojas, La ideología alemana. Un libro que nunca existió, en http://esteticascanibales.blogspot.com

Además, se ha publicado los Manuscritos de 1864-1865:
Marx´s Economic Manuscript of 1864-1865, Translated by Ben Fowkes, Edited and with an Introduction by Fred Moseley, Brill, Leiden, 2015.



3.      Traducciones a idiomas latinos:

No existe una traducción al español de los textos del Mega 2 y de lo que conocemos ni siquiera en proyecto. Tenemos una traducción que toman versiones anteriores y en base de estas, las confrontan con los originales del Mega 2:

Marx, Editorial Gredos, Estudio Introductorio de Jacobo Muñoz, Madrid, 2012. Incluye:

Textos Selectos Algunos fragmentos de El capital, que desgraciadamente siguen la traducción de Wenceslao Roces.
    Manuscritos de París.
               Manifiesto del Partido Comunista
               Crítica del Programa de Gotha.

En italiano, está la traducción de Fineschi de El capital: Marx -Engels, Opere Complete, XXXI, Tomo I y II, La citta del Sole, Napoli, 2004.

En portugués, hay varias traducciones publicadas por la editorial Boitempo, que es bastante ecléctica, en el sentido en que toma como referencia el Mega 2, pero a partir de traducciones anteriores. Se la criticado por su falta de rigor, sobre todo la ausencia de criterios filológicos y técnicos precisos. En otras ocasiones, como en el caso de la Ideología Alemana, no toma en cuenta al Mega 2 y sigue editando este “libro” en su forma clásica.

4.      El Capital de Marx en español.

Sin lugar a dudas, la traducción de El Capital de Marx realizada por Pedro Scaron, editada por Siglo XXI, es la mejor no solo de las que hay en español sino de todas las traducciones a otros idiomas, según el criterio de Roberto Fineschi, traductor de la edición crítica de esta obra al italiano.

Scaron señala en la introducción a la traducción, la serie de criterios filológicos que utilizó y los motivos por los que eligió la segunda edición alemana como texto de base; mientras que la edición crítica de Fineschi, que se hace tomando la edición del Mega 2, se hace sobre la cuarta edición alemana editada por Engels.

La traducción de Scaron es extraordinaria y hemos tenido la suerte de tenerla a disposición ya por largos años; lamentablemente la de Roces, que es francamente mala, sirvió -y sirve- todavía de referencia.

La versión de Scaron debería confrontarse con los textos publicados por el Mega 2 y especialmente con la traducción de Fineschi; los cambios que habría que introducir, en realidad, son pocos, aunque algunos de ellos significativos.

Desde luego, lo ideal sería tener una nueva traducción que partiendo de la de Scaron, se actualice tomando en cuenta los últimos estudios y hallazgos. Por el momento, como instrumento de trabajo, sería suficiente tener en cuenta la edición italiana que, sobre la base de la cuarta edición alemana, coloca todas las variantes de las otras ediciones alemanas e incluye la francesa revisada por el propio Marx, aunque nunca estuvo de acuerdo con los traductores y es deficiente.

Mientras se espera una edición crítica completa de El Capital en español, junto con sus versiones y sus manuscritos, la elección obligatoria es la traducción de Pedro Scaron, en la cual se tiene que señalar aquellas modificaciones, no tanto de estilo o de giros del lenguaje propios de nuestra lengua, sino los términos que implican una alteración de los contenidos, que al cambiarse por otros, modifican los significados en diversos grados.

Algunos ejemplos significativos de términos que habría que revisar en la versión de Scaron:
Por lo general, Scaron rehúye el término “fenoménico” y prefiere utilizar:”manifestación”:

La versión de Fineschi dice: “il valore d´uso diventa forma fenoménica del suo contrario del valore”. (67)
La versión de Scaron: “el valor de uso se convierte en la forma en que se manifiesta su contrario, el valor”. (69)
Fineschi: “E dunque una seconda peculiaritá della forma di equivalente che il lavoro concreto diventi forma fenoménica del suo contrario, del lavore astrattamente humano”. (69)
Scaron: “Es, pues, una segunda peculiaridad de la forma de equivalente, el hecho de que el trabajo concreto se convierta en la forma en que se manifiesta su contrario, el trabajo abstractamente humano”. (72)

Aunque no es el lugar para discutir a fondo, hay una diferencia importante entre una “manifestación” de la forma y la “forma fenoménica”, porque el término fenómeno tiene toda una historia y especialmente en Hegel, de donde Marx tomará una buena parte de su terminología para esta primera sección de El Capital.

En otras ocasiones, Scaron reemplaza “forma cosale [sachlich]” por “forma material”:

               Fineschi: “…dei lavori umani riceve la forma cosale [sachlich]” (83)
               Scaron: “…de los trabajos humanos adopta la forma material…” (88)

Aunque en otros contextos, Scaron mantiene el término cosa para traducir Sache.

El término que sufre un cambio con implicaciones mucho mayores, es lo “universal” que se traduce por “general”, y a pesar de la proximidad aparente. Remiten a significados harto diferentes, con implicaciones ontológicas y epistemológicas sustanciales y que pueden conducir a distorsiones en la comprensión del pensamiento de Marx.

               Fineschi:“In questa misura, per lui lo scambio è un proceso universalmente sociale”. (99)
               Scaron: “En esa medida el intercambio es para él un proceso social general”. (105)
               Fineschi: “…la sua merce vale come equivalente universal”. (99)
               Scaron: “… y esta como equivalente general de todas las demás”. (105)

Entonces, habría que realizar estos señalamientos sobre la traducción de Scaron, con lo cual se tendría una versión suficientemente crítica y filólogicamente ajustada, que permitiría una gran precisión en los debates sobre esta primera parte de El Capital, que es particularmente difícil.

5.      El contenido de El Capital, Tomo I.

Podría parecer paradójico el preguntarse por el contenido de El Capital, pero no lo es, porque la respuesta a esta pregunta será orientadora de la aproximación y de la toma de posición sobre los debates específicos que se tengan sobre esta obra. A continuación sigo la introducción realizada por Taylor y Bellofiore, que precisan el conjunto de elementos fundamentales que están en cuestión en el Volumen I de El Capital. (Taylor & Bellofiore, 2004)

La primera y fundamental tesis hace referencia a la relación entre capital y trabajo, en donde se trata de entender cómo se produce el capital y esto solo puede resolverse en relación con el trabajo; son dos elementos que funcionan de manera correlativa: en nuestras sociedades, no se puede comprender el uno sin el otro.

Pero, esta es una relación desigual, asimétrica, en donde la existencia del capital implica un proceso de explotación del trabajo; así, los dos aspectos se encuentran en una confrontación permanente: “El principal objetivo de Marx en Das Kapital: Kritik del Politischen ÖKonomie es entender las condiciones que hacen posible la existencia y crecimiento del capital sobre la base de la explotación del trabajo”. (Taylor & Bellofiore, 2004, pág. 1)

Este punto de partida se mantiene a lo largo de los tres volúmenes del capital y subyace como su fundamento, que está detrás de cada uno de los elementos y procesos, no importa en el nivel en el que nos encontremos. En cada uno de los momentos de producción del capital, cabe preguntarse por el otro extremo, por el modo en el que el trabajo entra en dicha fase. Por ejemplo, el momento del capital como dinero, encontramos que es aquel que compra el tiempo de trabajo socialmente necesario.

Ahora bien, está claro que El Capital carece de una versión definitiva, acabada, que los autores hayan establecido como definitiva; incluso después de cada edición, tal como los manuscritos muestran, se formulan nuevas redacciones, se introducen otros aspectos y debates, se avanza sobre la propia comprensión: “El Capital de Marx permanece como un proyecto inconcluso que va de una muy extensa escritura a procesos de revisión que crean enormes dificultades de interpretación que también son fácilmente olvidables”. (Taylor & Bellofiore, 2004, pág. 1)

A pesar de este carácter no terminado de la obra, se ve con claridad que hay un plan integral, que hay una unidad en donde cada aspecto depende del otro y que desemboca en una “totalidad estructurada: “Desde nuestro punto de vista, el rol de la dialéctica de Marx es asir una totalidad estructurada en donde cada elemento depende de su relación con los otros elementos y con el todo.” (Taylor & Bellofiore, 2004, pág. 12)

En la dinámica de esta “totalidad estructurada”, hay unos primeros aspectos que fundamentan y explican todos los demás, que establecen leyes y restricciones que actúan en los otros niveles y que permiten su desarrollo. Por lo tanto, cada momento, cada parte, cada hallazgo, tiene que ser tomado en cuenta en el siguiente momento, porque sin este no se lo puede comprender a cabalidad. Nuevamente, en el caso de la constitución del dinero, esta remite en último término a relación entre capital y trabajo, entre valor de uso y valor.

En el proceso de producción del capital, los niveles más desarrollados no solo abren nuevos campos de realización hacia adelante, sino que regresan sobre su propio fundamento, sobre su punto de partida, arrastrando a estos a su plena concreción, a la posibilidad de su reproducción ampliada, en una espiral sin fin, tal como vivimos desde el inicio del capitalismo. Tal como se ve en el caso del dinero, únicamente cuando el capital aparece como dinero, este capital puede comprar ese trabajo socialmente necesario y reproducirse a escalas cada vez más amplias. El dinero regresa sobre la relación valor de uso y valor para realizarse plenamente el valor, para convertirlo en capital. En términos actuales se podría decir que el capital actúa como un software, que de manera recursiva se llama a sí mismo en un bucle interminable.

Metodológicamente hablando, el punto de partida de Marx son las categorías simples, que expresan ese fundamento en su inicio, nuclear, que sirve de inicio a todo el proceso, que crean un campo marcado en donde se dan todos los demás procesos; estas categorías no desaparecen durante todo el proceso de producción del capital sino que mantienen como su núcleo causal y explicativo: “…excepto decir que todos los que contribuyen a la colección actual están de acuerdo que Marx comienza en el Volumen I con las categorías abstractas y simples y entonces procede en el curso de los tres volúmenes a desarrollar cada vez más concretas y complejas categorías”. (Taylor & Bellofiore, 2004, pág. 11)

Por ejemplo, la contraposición entre valor de uso y valor, entre capital y trabajo, se mantendrá de principio a fin en los tres volúmenes de El Capital.

Ya nos es conocido que el punto de partida es la mercancía, detrás de la cual está la contraposición entre valor-de-uso y valor:  “Dado que esta totalidad de relaciones no puede ser presentada inmediatamente la primera dificultad es en dónde empezar. Marx comienza, en la Primer Parte con la “mercancía” y su oposición dialéctica interna entre el valor-de-uso y el valor, y entonces coloca la forma-valor como la peculiar modalidad a través de las que estas contradicciones se exhiben.” (Taylor & Bellofiore, 2004, pág. 12)

El valor se levanta como una forma que abstrae, que separa el contenido del valor-de-uso, que prescinde de él y que tiende a valorizarse en niveles cada vez más amplios. Aquí la noción que atraviesa prácticamente todos los procesos, es esta de forma-valor, que enuncia con claridad su relación con el valor-de-uso.

La forma-valor contiene en cada momento, en cada fase, en cada aspecto de la producción del capital, una expresión específica de la “oposición dialéctica” entre capital y trabajo. Hay que resaltar que esta “oposición” no es algo exterior, sino que le es “interna”, inherente o le pertenece plenamente a toda la producción del capital, sin la cual no podría ni existir ni ser comprendida.

Una vez que está dado el capital, este aparece como un universal, imponiendo su estructura y sus procesos a todos los demás. Este capital “como un todo” pone” los otros elementos, a través de “particularizaciones y concreciones”:

“A partir de aquí todo lo que es presupuesto -todas las relaciones del capital como un todo- son puestas progresivamente… En otras palabras, todos los conceptos en la primera parte del Volumen I requieren de posteriores particularizaciones y concreciones. El proceso de particularización y concreción puede ser más fácilmente entendido como un doble movimiento que estructura, de una parte, la relación entre las partes del volumen I (particularización) y, de otra, la relación entre las partes particulares de los otros tres volúmenes (concreción)”. (Taylor & Bellofiore, 2004, pág. 18)

Aquí cabe detenerse para clarificar este término que proviene del sistema hegeliano y que Marx lo utiliza: “poner”. ¿Qué se quiere decir con “puestos progresivamente”? En un primer sentido evidente, se está refiriendo a que el capital como universal coloca los otros elementos que le son necesarios para su reproducción ampliada, para valorizar el valor cada vez más; pero, significa, de fondo, que estos procesos que se desencadenan no son exteriores al capital, sino que son realizaciones de este.

Es el propio capital el que se desdobla, el que se desarrolla, el que se despliega sin parar y cada una de sus “creaciones” solo son formas concretas en las que ha devenido el mismo capital. Es como si el capital fuera adquiriendo diversas caras, como Las siete caras del Doctor Lao, que son siempre las del mismo personaje. El capital existe de esta manera: explicitándose, indexándose, a través de una serie de concreciones y particularizaciones.

Entonces, esos momentos en los que el capital se realiza le son inherentes y más aún, necesarios; esto es, sin ellos no podría existir; este es el caso del dinero. El capital está obligado a convertirse en dinero para poder comprar el trabajo socialmente necesario y reproducirse ampliadamente.

Durante todo el proceso se trata, siempre, de cómo se valoriza el valor, de cómo se acumula más capital, que es como un vampiro insaciable que chupa la sangre de los trabajadores, en una metáfora que proviene del mismo Marx, y que solo puede hacerse a través del dinero: 

“Las partes de El Capital I están conectadas por un movimiento que va de la universalidad a la particularidad y las determinaciones (sistemáticas) internas que vinculan estos diferentes elementos a la unidad: capital. En las primeras dos partes del Volumen I la universalidad del capital está inicialmente constituida por el desarrollo de formas-valores, mercancías, dinero, capital. “Valor” es presentado como el auto-movimiento de la substancia o del sujeto yendo a través de un proceso de auto-valorización capital como valor en proceso, como dinero en proceso”. (Taylor & Bellofiore, 2004, pág. 12)

La fórmula general del capital M-D-M´ muestra este proceso de valorización del valor, este incremento del capital y del dinero, cuyo único origen se encuentra en la apropiación del plusvalor, de la cantidad de trabajo socialmente necesario no pagado: “Esta forma es la forma más abstracta-simple de “valorización”, un proceso en donde una cantidad inicial de dinero genera una diferencia cuantitativa con ella misma (un plusvalor) que es puesto como un incremento monetario (la cantidad en la M´excede a M)”. (Taylor & Bellofiore, 2004, pág. 12)

Por esto, El Capital no trata únicamente de los procesos del capital sino de su origen, que se encuentra, tal como se estableció desde el inicio, en la relación de oposición entre valor-de-uso y valor, entre capital y trabajo; esto es, en la explotación de los trabajadores por parte del capital. El capital existe únicamente en la medida en la que explota la fuerza-trabajo, en cuanto incorpora el trabajo vivo y pone el movimiento el trabajo muerto -el capital-:

“La parte media del Volumen I responde a la cuestión no solo de cómo el capital trabaja sino (y sobre todo) de dónde viene. Aquí Marx considera ´no solo cómo el capital produce, sino cómo el capital es el mismo producido´ y con eso coloca el escenario para el análisis de explotación como una condición necesaria para la existencia del capital como forma de valorización. Un incremento del dinero solo es posible gracias a la incorporación del capital en sí mismo con la fuerza-trabajo, e incluye una breve introducción al valor de la fuerza-trabajo, el salario”. (Taylor & Bellofiore, 2004, pág. 13)

La explotación no es exterior al capital, no es un especie de componente marginal que podría o no estar; aquí toda la fuerza está en su carácter “necesario”, sin el cual el capital no podría existir: el capital para valorizarse, o el proceso de valorización del valor, está en función directa del grado de explotación de la fuerza-trabajo.

Así, no se podría decir que el capital financiero ha tenido ganancias extraordinarias sin estar diciendo, al mismo tiempo, que el grado de explotación de la fuerza-trabajo también ha crecido de manera “extraordinaria”; como tampoco sería válido sostener que la consolidación de cierto capital industrial se ha dado si no se dice simultáneamente que la explotación de la fuerza-trabajo se ha incrementado.
De tal manera que “casi la tercera parte del libro -trata de este antagonismo fundamental aunque necesario entre trabajadores-asalariados y capitalista, a través de indagar que abarca el intercambio (que ahora se llama mercado de trabajo) y la producción. La particularización del capital en capital constante y variable (tanto los gastos monetarios como sus elementos) constituyen los dos polos opuestos de la ´unidad en la diferencia´ de manera crucial, el trabajo vivo permite una transferencia de valor exhibidos por los elementos del capital constante a un nuevo producto y al mismo tiempo genera un nuevo ´valor añadido´, que para Marx no es sino la expresión monetaria del “tiempo de trabajo socialmente necesario” extraído de los trabajadores”. (Taylor & Bellofiore, 2004, pág. 13)

 Por eso , Marx establece cuantitativamente la relación entre capital y trabajo, a través de la tasa de plusvalor, que establece una relación directamente proporcional entre el incremento del capital y el grado de explotación. Si ha habido en un período dado, ganancias extraordinarias del capital significa directamente, que el grado de explotación de los trabajadores ha crecido de manera monstruosa: “La razón entre el plusvalor y el capital variable es llamada por Marx la ´tasa de plusvalor´y es dependiente del ´grado de explotación de la fuerza-trabajo por el capital´”. (Taylor & Bellofiore, 2004, pág. 13)

Al final del Volumen I de El Capital  nos encontramos con la acumulación capitalista; esto es, con el resultado del proceso de valorización del valor a través de una determinada tasa de plusvalor, que siempre se ha en una escala más grande, que tiene la lógica de seguir una espiral que no puede detenerse.

“La parte final del Volumen I considera la reproducción del capital. La categoría de acumulación significa que el resultado de la actividad productiva es realmente la perpetuación del propio movimiento de auto-valorización (Parte Siete), La ´reconversión´ del plusvalor en capital Marx lo llama ´acumulación de capital´. Una espiral de acumulación es esencial al concepto abstracto de capital, puesto que, sin este, el capital meramente colapsaría en dinero en su simple función de medio de circulación de mercancías (Parte Uno)”.  (Taylor & Bellofiore, 2004, pág. 14)

Ahora podemos explicitar la parte política de la crítica economía política de Marx, porque a través de la desigualdad entre capital y trabajo, conectados por la explotación del uno sobre el otro, vemos cómo todo movimiento del capital tiene repercusiones directas sobre los trabajadores. De esta manera, la acumulación como tendencia imparable lleva a la concentración del capital que hecha fuera del “mercado de trabajo” a una masa de trabajadores, que conforman el “ejército de reserva” y que permite mantener los salarios lo más bajo posible:

“El dinero como capital continuamente es lanzado a la circulación: tanto los avances del dinero original como su incremento. Dada la tendencia del capital incesante e ilimitada a acumular, la dinámica de explotación culmina sistemáticamente en: (i) la concentración del capital y (ii) al ejército de reserva de los desempleados a través de la expulsión del trabajo vivo… ahora él introduce una referencia directa al capital ´total´ como tal y a la reproducción social del capital total de una manera esencial”. (Taylor & Bellofiore, 2004, pág. 14)

Estamos ya de lleno en una sociedad de clases. Desgraciadamente con los sucesos del siglo XX, especialmente la caída de los llamados socialismos reales, el triunfo del capitalismo y las grandes derrotas de los trabajadores, esta perspectiva ha desaparecido de los análisis, de los estrategias, de las prácticas, de la academia.

Pero, se tiene que volver a esta perspectiva de clase porque la valorización del valor cada vez en una nivel más amplio y profundo, que no deja aspecto alguno de la vida sin secuestrar, significa un nivel mayor de explotación de los trabajadores. Nunca ha sido tan cierto como ahora que las leyes del capital se cumplen férreamente y que El Capital sigue siendo la mejor descripción de la realidad que vivimos; esto es, una sociedad de clases en donde los trabajadores solo tienen su fuerza-trabajo para vender mientras el capital crece sin cesar:

“…ahora podemos ver la emergencia de sujetos realmente ´desiguales´ en una sociedad de clase, la clase trabajadora (que tiene solo la fuerza-trabajo para vender) y la clase capitalista (que es propietaria del dinero, los medios de producción y las mercancías; (iii) el capital por lo tanto no solo produce y realiza el plusvalor, sino también y principalmente produce capital y en una escala ampliada, así que (iv) la reproducción es la reproducción de las relaciones capitalistas de explotación”. (Taylor & Bellofiore, 2004, pág. 15)

Por eso, cualquier estrategia que únicamente se centre en los procesos de dominación, en las alternativas contra-hegemónicas o en las iniciativas puramente culturales o lingüísticas -con todo lo importantes que son y que siempre tienen que estar presentes- están destinadas al fracaso, a ser reabsorbidas por la lógica del capital.

La lucha de clase tiene que expresarse tanto en los niveles de la dominación como de la explotación; esta es la única manera de ser realmente anti-capitalistas. Por eso, se puede concluir que: “El Volumen I de El Capital es acerca del proceso de producir y reproducir una particular sociedad de clase; es acerca de la relación capital-trabajo a través de la que las relaciones sociales capitalistas de explotación y acumulación son reproducidas.” (Taylor & Bellofiore, 2004, pág. 15) 

6.      Bibliografía recomendada:

Para seguir el desarrollo de los temas en torno al Mega 2, el sitio Marxismo crítico: https://marxismocritico.com/tag/mega-2/

También el sitio Historical Materialism, especialmente las conferencias anuales, su revista y la serie de libros sobre este tema publicados por la editorial Brill:  http://www.historicalmaterialism.org/

Otra referencia indispensable para la introducción a los debates suscitados por la publicación del Mega 2:

Robles Báez, Marco (comp.), Dialéctica y capital. Elementos para una reconstrucción de la crítica de la economía política, Uam/csh, México, 2005.
Bellofiore and Fineschi, Re-reading Marx. New Perspectives after the Critical Edition, Palgrave/McMillan, New York, 2009.

Para un análisis a fondo de El Capital en su nueva edición, los ensayos sobre el volumen 1 de El Capital, es una referencia obligada:

Bellofiore and Taylor, The constitution of Capital. Essays on Volume I of Marx´s Capital, Palgrave - McMillan, London, 2004.

Además, los ensayos sobre el volume 2 y 3:

Arthur and Reuten (eds.), The circulation of Capital. Essays on Volume Two of Marx´s Capital, McMillan Press, London, 1998.
Campbell and Reuten (eds.), The culmination of Capital. Essays on Volume III of Marx´s Capital, Palgrave, New York, 2002.
Bellofiore, Riccardo (ed.), Marxian Economics: A Reappraisal. Essays on Volume III of Capital. Volume 1: Method, Value, Money, McMillan, London, 1998.

Un análisis de los debates sobre la forma en El Capital, que toma en cuenta el Mega 2 y algunos de los estudios actuales, en: Carlos Rojas, Estéticas caníbales, Volumen II, Máquinas abstractas estéticas:
Clave: !gQhiE35Q6IgyrDnvWdq7JTcAWN1lSpEo5Gr9Rj2y6Ss

7.      Bibliografía.

 

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Arthur, C. J. (2004). The new dialectic and Marx´s Capital. London: Brill.
Bellofiore Riccardo and Nicola Taylor (eds.). (2004). The constitution of capital. Essays on volumen I of Marx´s Capital. London: Palgrave.
Bellofiore, & Fineschi. (2009). RE-reading Marx. New perspectives after the critical edition . New York: Palgrave/McMillan.
Campbell, & (eds.), R. (1998). The Culimination of Capital. Essays on Volume III of Marx´s Capital (Vols. I. Method, Value, Money). Londo: McMillan.
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Echeverría, B. (1998). El "valor de uso": ontología y semiótica. En B. Echeverría, Valor de uso y utopía (págs. 153-197). México: Siglo XXI.
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Rosdolsky, R. (1978). Génesis y estructura de El Capital (Estudios sobre los Grundrisse). México: Siglo XXI.
Rubín, I. (1979). Ensayo sobre la teoría marxista del valor. México: Siglo XXI.
Sekine, T. T. (1997). An Outline of the Dialectic of Capital (Vol. 1). London: Palgrave/McMillan.
Taylor, N., & Bellofiore, R. (2004). Marx´s CApital I, The Constitution of Capital: General Introduction. En N. Taylor, & R. (. Bellofiore, The Constitution of Capital. Essays on Volume I of Marx´s Capital (págs. 1-34). New York: Palgrave/McMillan.
Zeleny, J. (1974). La estructura lógica de El Capital de Marx. México: Grijalbo.



domingo, 26 de marzo de 2017

INTRODUCCIÓN A LAS EDICIONES DE LAS OBRAS DE MARX Y ENGELS

Orientarse en el laberinto de las traducciones es especialmente difícil en lo que se refiere a las obras de Marx y Engels; sin embargo, es una tarea necesaria si se quiere tener una referencia rigurosa a lo que efectivamente estos dos autores dijeron, más allá de la imagen que fue construida durante largos años y que, en muchos casos, tenía intenciones de apoyar una determinada corriente política.

Si bien no se pretende establecer un panorama completo, sin embargo, se colocan algunas líneas orientadoras para quien quiera entrar o retomar el estudio del marxismo, más aún en este año -2017- que celebramos los 150 años de aparición de El Capital como los 100 años de Revolución Rusa.
Hay que hacer referencia a dos ediciones que sirven de referencia para cualquier trabajo sobre estos autores:

1.      1Marx-Engels Collected Works:

Iniciada en 1975 y concluida en el 2004. 50 volúmenes, editada por Lawrence and Wishart en Londres. No son las obras completas de Marx y Engels, sino una selección. (Muchas veces se cita esta editorial como referencia a esta colección).

Se puede acceder a estas obras en el sitio web Marx/Engels Collected Works:

De estas traducciones, aquellas que toman como referencia los originales de Marx y Engels, y las confrontan con traducciones existentes, son las editadas por Terrell Carver. Estas son las que deberían ser utilizadas, si no se tiene acceso a la edición del Mega 2, mayoritariamente en alemán.
Tres publicaciones son especialmente importantes:

Marx, Later Political Writings, Cambridge University Press, Cambridge, 1996. Traducción de Terrell Carver y que incluye:

               Manifesto of Communist Party
               The eigthteen Brumaire of Louis Bonaparte
               Introduction to the Grundrisse
               Preface to A Contribution to the Critique of Political Economy
               The Civil War in France
               Critique of the Gotha Programme
               Notes on Adolph Wagner

Marx, Early Political Writings, Cambridge University Press, Cambridge, 1994. Traducción de Joseph O´Malley que incluye:

From the Critique of Hegel’s Philosophy of Right (§§261-313)
‘On the Jewish Question’
‘A Contribution to the Critique of Hegel’s Philosophy of Right: Introduction’
From the Paris Notebooks
‘Critical Marginal Notes on “The King of Prussia and Social Reform. By a Prussian”
Points on the State and Bourgeois Society
‘On Feuerbach’ From ‘The German Ideology’: Chapter One, ‘Feuerbach’.
From Poverty of Philosophy
Address on Poland

Marx and Engel´s “German Ideology” Manuscripts, Presentation and Analysis of “Feuerbach chapter” por Terrell Carver and Daniel Blank, Palgrave McMillan, New York

(En español, se puede ver el análisis y la traducción de algunos fragmentos de la “German Ideologý”, en Carlos Rojas, La ideología alemana. Un libro que nunca existió, en http://esteticascanibales.blogspot.com

Además, se ha publicado los Manuscritos de 1864-1865:
Marx´s Economic Manuscript of 1864-1865, Translated by Ben Fowkes, Edited and with an Introduction by Fred Moseley, Brill, Leiden, 2015.

2.      2Marx Engels Gesamtausgabe, Mega 2:

Marx Engels Gesamtausgabe publicado por el IMES, Internationale Marx-Engels-Stiftung IMES.
Esta que es la edición completa y crítica de las obras de Marx y Engels -y que aún se encuentra en proceso- retoma la publicación de estas obras iniciadas en la Alemania del Este en la década de los 60 -Mega-, pero que se detiene por la caída de los regímenes comunistas.

En 1990 se organiza el IMES para dar continuidad a este proyecto, que produce una edición histórico-crítica, que tendría 114 volúmenes y que reúne equipos de expertos de diferentes países.

Este es la página web oficial del Marx-Engels-Gesantuasgabe: http://mega.bbaw.de/struktur en donde además se pueden encontrar todos los tomos aparecidos y digitalizados, de libre acceso, en el idioma original en que fueron escritos por los autores.

3.      3Traducciones a idiomas latinos:
No existe una traducción al español de los textos del Mega 2 y de lo que conocemos ni siquiera en proyecto. Tenemos una traducción que toman versiones anteriores y en base de estas, las confrontan con los originales del Mega 2:
Marx, Editorial Gredos, Estudio Introductorio de Jacobo Muñoz, Madrid, 2012. Incluye:
Textos Selectos Algunos fragmentos de El capital, que desgraciadamente siguen la traducción de Wenceslao Roces.
               Manuscritos de París.
               Manifiesto del Partido Comunista
               Crítica del Programa de Gotha.

En italiano, hay una traducción de Fineschi de El capital: Marx -Engels, Opere Complete, XXXI, Tomo I y II, La citta del Sole, Napoli, 2004.

En portugués, hay varias traducciones publicadas por la editorial Boitempo, que es bastante ecléctica, en el sentido en que toma como referencia el Mega 2, pero a partir de traducciones anteriores. Se la criticado por su falta de rigor. En otras ocasiones, como en el caso de la Ideología Alemana, no toma en cuenta al Mega 2 y sigue editando este “libro” en su forma clásica.

4.      4.. Bibliografía recomendada:

Para seguir el desarrollo de los temas en torno al Mega 2, el sitio Marxismo crítico: https://marxismocritico.com/tag/mega-2/

También el sitio Historical Materialism, especialmente las conferencias anuales, su revista y la serie de libros sobre este tema publicados por la editorial Brill:  http://www.historicalmaterialism.org/
Otra referencia indispensable para la introducción a los debates suscitados por la publicación del Mega 2:

Robles Báez, Marco (comp.), Dialéctica y capital. Elementos para una reconstrucción de la crítica de la economía política, Uam/csh, México, 2005.

Para un análisis a fondo de El Capital en su nueva edición, los ensayos sobre el volumen 1 de El Capital, es una referencia obligada:

Bellofiore and Taylor, The constitution of Capital. Essays on Volume I of Marx´s Capital, Palgrave - McMillan, London, 2004.

Un análisis de los debates sobre la forma en El Capital, que toma en cuenta el Mega 2 y algunos de los estudios actuales, en: Carlos Rojas, Estéticas caníbales, Volumen II, Máquinas abstractas estéticas:

Clave: !gQhiE35Q6IgyrDnvWdq7JTcAWN1lSpEo5Gr9Rj2y6Ss



5.      5.Bibliografía.
 Arthur, C. (2005). De la crítica de Hegel a la crítica del capital. In B. M. Robles, Dialéctica y capital: elementos para una reconstrucción de la crítica de la economía política (pp. 229-256). México: UAM-CHS.
Arthur, C. J. (2004). The new dialectic and Marx´s Capital. London: Brill.
Bellofiore Riccardo and Nicola Taylor (eds.). (2004). The constitution of capital. Essays on volumen I of Marx´s Capital. London: Palgrave.
Echeverría, B. (1986). El discurso crítico de Marx. México: Era.
Echeverría, B. (1998). El "valor de uso": ontología y semiótica. In B. Echeverría, Valor de uso y utopía (pp. 153-197). México: Siglo XXI.
Fineschi, R. (2008). Un nuovo Marx. Roma: Carocci.
Fineschi, R. (n.d.). The four levels of abstraction of Marx´s concept of "Capital".
Hegel. (1956). Cienca de la lógica (Vol. II). Buenos Aires: Librería Hachette S.A.
Heinrich, M. (2008). Crítica de la economía política. Una introducción a El Capital de Marx. . Madrid: Escolar y Mayo editores.
Marx, K. (1971). Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (borrador) (Vol. 1). México: Siglo XXI.
Marx, K. (1975). El Capital (Vol. Tomo I/Vol.I). México: Siglo XXI.
Marx, K. (2004). Il Capitale (Vol. XXXI). (F. S. Cantimori, Trans.) Napoli: La Cittá del Sole.
Murray, P. (2004). The social and material transformation of production by capital: formal and real subsumption in Capital, Volumen I. In B. y. Taylos, The constitution of Capital. Essays on Volumen I of Marx´s Capital (pp. 243-273). New York : Palgrave.
Robles, M. (. (2005). Dialéctica y capital: elementos para una reconstrucción de la crítica de la economía política. México: UAM. CHS.
Rojas, C. (2015). Estética caníbales. Máquinas formales abstractas (Vol. 2). Cuenca: Universidad de Cuenca (En prensa).
Rosdolsky, R. (1978). Génesis y estructura de El Capital (Estudios sobre los Grundrisse). México: Siglo XXI.
Rubín, I. (1979). Ensayo sobre la teoría marxista del valor. México: Siglo XXI.
Sekine, T. T. (1997). An Outline of the Dialectic of Capital (Vol. 1). London: Palgrave/McMillan.
Zeleny, J. (1974). La estructura lógica de El Capital de Marx. México: Grijalbo.



miércoles, 22 de febrero de 2017

LEER A LACAN. SEMINARIO 6. EL DESEO Y SU INTERPRETACIÓN. 2.

Quedar atrapado en el lenguaje quiere decir que se ingresa a un campo conformado por una cadena significantes, porque un significante “toma su valor y su sentido, a partir de su relación con otro significante dentro de un sistema de oposiciones significantes…” (Lacan, 2014, pág. 21)

La implicación que tiene para cada uno de nosotros es enorme, porque para ser sujetos tenemos que volvernos discurso. Un discurso que no se sostiene solo, que no puede ser solipsista, sino que implica desde el inicio “el hecho de que este está relacionado con otros sujetos hablantes”. La captura del sujeto en el lenguaje introduce violentamente la figura del Otro, porque no hay lenguajes privados sino siempre públicos. (Lacan, 2014, pág. 22)

De hecho, el discurso del Otro es previo a mi propio discurso; cada uno entra a formar parte de ese campo discursivo en el cual hace mucho tiempo que otros llevan hablando, en donde el cruce de significantes se torna cada vez más intrincado. Por esto, “lo que articula la cadena del discurso como algo que existe más allá del sujeto le impone a este su forma, quiéralo o no”. (Lacan, 2014, pág. 23)

El deseo se expresa dentro de esta cadena significante del discurso del Otro. Así que lo primero que se nos hace presente no es “mi deseo”, sino el deseo del Otro: “¿Qué quieres? Se plantea al Otro la pregunta acerca de lo que quiere.

Y entonces, nos encontramos con esta afirmación brutal, dicha sin querer, de paso, antes de ir a otro tema, pero que sacude los cimientos de lo que creemos ser, de la manera cómo entendemos la conformación de nuestra subjetividad:

               “…el deseo como algo que en primer lugar es el deseo del Otro”. (Lacan, 2014, pág. 24)

No se trata de que yo enuncie mi deseo y se lo plantee al otro, o se le demande al otro; eso vendrá después. El primer acceso a mi deseo es en realidad el encuentro con el deseo del Otro; la frase completa dice:

“Se la plantea desde el lugar donde el sujeto tiene su primer encuentro con el deseo, el deseo como algo que en primer lugar es el deseo del Otro”. (Lacan, 2014, pág. 24)

Para la Lacan, “la experiencia del deseo del Otro es esencial”, porque solo el Otro puede colocar frente a mí, esos significantes articulados con los que yo podré decir mi deseo, más aún tener un deseo, que en realidad son una sola cosa. Aunque aquí no se desarrolla hay que señalar que este proceso “deviene inconsciente”. (Lacan, 2014, pág. 24)

Mi experiencia del Otro es, desde el inicio, el descubrir un Otro deseante, en donde el deseo se articula, se dice, habla. Esto hace que no haya un acceso a “mi deseo” sino a través del habla del Otro, a quien pregunto qué desea. Una brecha constitutiva se instala en mi interior, en mi inconsciente, que es esta no coincidencia con mi propio deseo, que no puede sino estar mediado por el deseo del Otro dentro del sistema de significantes.

La experiencia que pueda yo tener acerca de mi propio deseo, “es al principio aprehendida como la del deseo del Otro, y en el interior de la misma el sujeto ha de situar su propio deseo. Este no puede situarse fuera de ese espacio”. (Lacan, 2014, pág. 26)

Cualquier deseo que yo pueda tener, por más personal, íntimo, particular, que me imagine que es, en realidad atraviesa por el deseo del Otro. Esta no es una característica más de mi subjetividad, sino que establece mi ser, mi calidad de ser humano, mi existencia entera. Yo soy en la medida en que mi experiencia del deseo es un viaje a través del deseo del Otro para regresar hasta mí mismo.


martes, 21 de febrero de 2017

LEER A LACAN. SEMINARIO 6. EL DESEO Y SU INTERPRETACIÓN. 1

“Este año hablaremos del deseo y de su interpretación”. Este es el núcleo del psicoanálisis, aquí se centra su tarea, porque el deseo está allá muy dentro, en el inconsciente, y solo tiene sentido si se accede a ese deseo que se encuentra detrás de los fenómenos, como su “fundamento”: “Interviene en la medida en que estas ponen en juego el deseo”. (Lacan, 2014, pág. 11)

Pero, está lejos de ser evidente qué es el deseo, porque tiende a ser reducido a “la noción de afectividad, positiva o negativa”. (Lacan, 2014, pág. 13) Se trata de preguntarse por el deseo más allá del afecto, del sentimiento; sin embargo, no existe una respuesta simple, directa.

La dirección que nos permitirá acceder a la comprensión del deseo se encuentra en el carácter de su interpretación: “El lazo interno, el lazo de coherencia, en la experiencia analítica, entre el deseo y su interpretación, presenta en sí mismo un rasgo que solo la costumbre nos impide ver: cuán subjetiva es por sí sola la interpretación del deseo. Bien parece que hay en ese algo ligado de una manera igualmente interna a la manifestación misma del deseo”. (Lacan, 2014, págs. 18-19)

De tal manera que no hay una exterioridad de la interpretación respecto del deseo, sino que este conduce a aquella; algo en el deseo lleva a esa subjetividad de la interpretación, como si el deseo pusiera las condiciones de su interpretación subjetiva. Deseo y subjetividad están estrechamente vinculados.

En este momento Lacan recurre a elementos que ha desarrollado en los seminarios anteriores y que aquí los sintetiza. Digamos que el deseo y su interpretación subjetiva solo se pueden dar en la medida en que pertenecen de lleno al orden del lenguaje y específicamente de una cadena significante: “…el psicoanálisis nos muestra en esencia lo que denominaremos la captura del hombre dentro de lo constituyente de la cadena significante”. (Lacan, 2014, pág. 19)

En la medida en que el inconsciente está estructurado como lenguaje, el deseo y su interpretación también lo están. Desentrañar lo que es el deseo nos obliga a colocarnos en esa “captura” del ser humano dentro del lenguaje.

Se trata, en este caso, de entender esa cadena significante como una forma: “…la puesta en juego de la noción de forma en cuanto aprehensión de los medios de mantenimiento de la constancia del organismo”. (Lacan, 2014, pág. 19)

Aquí cabe detenerse a reflexionar las implicaciones que tiene esta introducción de la forma. Esta se vincula a la posibilidad de supervivencia de cualquier organismo respecto de su medio, porque puede sobrevivir únicamente si mantiene una cierta regularidad, constancia, más allá de la información o de la variación de los elementos. Sin esta forma, el ser humano o cualquier otro organismo, simplemente se diluiría en la lógica del estímulo-respuesta.

El ser humano queda capturado en la cadena significante; esto es, queda capturado en una determinada forma, que al mismo tiempo que crea una serie de restricciones, permita -abre el campo de posibilidades- para su existencia desde cierta constancia en sus respuestas. A pesar de las innumerables variaciones de los estímulos y las respuestas, esa cadena significante del lenguaje nos proporciona un cierto “mantenimiento de una totalidad”, que es lo que nos permita a cada uno ser uno mismo. (Lacan, 2014, pág. 19)

La forma no es una exterioridad de la cual pudiéramos prescindir o que fuera irrelevante a la hora de ser humanos; sino que sin esta forma no seríamos tales. El deseo y su interpretación también, en este sentido, quedan capturados por esta forma que es la cadena significante.

Ahora bien, extrayendo la conclusión de lo que se ha dicho “cuando está en juego la subjetividad capturada por el lenguaje, hay emisión, no de un signo, sino de un significante”. (Lacan, 2014, pág. 20)

Lacan, J. (2014). El deseo y su interpretación. Seminario 6. Buenos Aires: Paidós .





sábado, 4 de febrero de 2017

MOREIRAS: EL SEGUNDO GIRO DECONSTRUCTIVO.

Para Moreiras el primer registro deconstructivo es, a estas alturas críticamente insuficiente, y debe ser abandonado.” Tomando como ejemplo lo que sucede en la universidad y en las transformaciones sufridas por esta en las recientes décadas, en donde “cualquier forma de praxis “idealista” en ella, en el viejo sentido, debe asumir su ruina interna: ya no hay ideal regulativo de la universidad…” (Moreriras, 2016, pág. 119)

Se habría perdido ese “ideal regulativo” no solo de la universidad, sino en general de cualquier campo, que es la base sobre la que se sostenía la primera deconstrucción; por ejemplo, en la relación entre justicia y derecho, o entre la Amistad y las amistadas específicas. Si bien, la justicia era un ideal imposible de alcanzarse, esta regulaba todo derecho que debía tender hacia ella.

¿Entonces, en qué consistiría ese segundo giro deconstructivo? Si ya no hay ese ideal de universidad, porque se lo niega a cada paso en su sometimiento al mercado o a las extrañas lógicas de los circuitos de producción y difusión del conocimiento, “¿cómo morar institucionalmente contra la institución, cómo trabajar contra el trabajo de forma que, día  adía, podamos encontrar alguna vislumbre de otro mundo, algunas perspectiva que pudiera sostener subjetivamente nuestras acciones?” (Moreriras, 2016, pág. 120) Y lo mismo sucede, según Moreiras, con los procesos políticos del mundo andino o español, en donde hay una crisis abierta de una “estructuración hegemónica o ideal de la democracia institucional, a ninguna noción regulativa de lo social que nos explote directamente en las narices”. (Moreriras, 2016, pág. 120)

Sin embargo, el fracaso del primer giro deconstructivo amenaza con volver imposible el segundo registro. Hay que insistir al menos en que algo queda en pie: “La deconstrucción continúa siendo crítica de la política y de toda noción fácil de praxis justo en la medida en que es políticamente crítica”. (Moreriras, 2016, pág. 122)

El segundo giro deconstructivo se orienta hacia la posthegemonía, “en el sentido débil de una reflexión que no coloque a la hegemonía o a la formación de la hegemonía como el alfa y omega de toda articulación política, ni por el lado de la élite criollo liberal no por el lado de cualquier concebible golpe contrahegemónico subalterno, popular, indígena o no-criollo”. (Moreriras, 2016, pág. 131)

Una definición fuerte de la segunda deconstrucción sería aquella que piensa:

“…la diferencia óntico-ontológica, de la verdad del ser por oposición a los seres, o no es nada, y esta sería ni definición no tenue de la deconstrucción), si el pensamiento de la verdad del ser ha de venir, pero venir como lo que siempre ha estado ya ahí, entrado, en otras palabras, si la estructura del por-venir es también la estructura del siempre-ya, entonces quizás la dimensión política de la deconstrucción -esa notoria “democracia-por-venir”- es también a la vez un a priori existencial que se presenta en primer lugar a un nivel otro que el político”. (Moreriras, 2016, pág. 134)

Así que la segunda deconstrucción vendría a ser la experiencia de este “a priori existencial” que, a pesar de todo, no renuncia, no puede hacerlo, a su apertura hacia el futuro, de tal manera que allí está colocado, ¿idealmente?, esa democracia que anhelamos y no la encontramos en ningún lado; o ese socialismo que en cada ocasión queda secuestrado por alguna práctica autoritaria.

Pero, el sostenerse en la diferencia óntico-ontológica, ¿acaso no remite a una idealidad -del tipo que fuere- colocado frente al ente, como su horizonte, solo respecto del cual puede ser? ¿Cómo vivir y cómo luchar por la democracia si no se tiene, de la forma que fuere, frente a nosotros la posibilidad abierta -con todo lo problemático que sea- de esa democracia-por-venir?

La cuestión se torna problemática porque esa ideal regulativo no existe más; no sabemos en qué consistirán las revoluciones por venir, desconocemos qué forma podría tener un socialismo no autoritario y estamos constantemente ante el giro autoritario de los gobiernos llamados progresistas.
Es como si la diferencia óntico-ontológica se hubiera quedado trabada, imposibilitada de especificarse, volver históricamente real. De allí el paso, más de los condicionamientos específicos, del paso de las hegemonías -siempre fracasadas, siempre en contra de sí mismas- y la apertura de un espacio posthegemónico.

Y este tiene que ver con la tarea histórico del “abandono de la metaforización onírica” que nos lleve al “proyecto de una nueva historicidad, en tanto revolucionaria, y en tanto revolucionaria quizás izquierdista… pero no instrumentalizadora, no en busca de una nueva captura de la historia por alguna ideología supuestamente progresista”. (Moreriras, 2016, pág. 133)

Desde la perspectiva de un pensamiento caníbal, significa que estamos ante una situación que en esta momento histórico carece de una solución; y por eso, hay que mantenerse en el dilema, sostenerse en la irresolución, habitar esta imposibilidad.

Para poder “vivir lo invivible”, como diría Echeverría, hay que diseñar una estrategia que sería una vinculada al doble vínculo, a la oscilación entre esos extremos sabiendo que no hay resolución dialéctica posible; esto es, entre la constante experiencia del a priori existencial de una “democracia-por-venir” y las batallas específicas dentro de la democracia que efectivamente vivimos, y la que no podemos renunciar, sin quedarse en ninguna de ellas.

O, si se prefiere, dar las batallas por la democracia teniendo en la mira la “democracia-por-venir”, como su perspectiva crítica, para no quedar secuestrados por cualquier forma de “discipulado” de cualquier mesianismos populista; y si estamos en el lugar de la esa “idealidad” -sea cual fuere la forma que adopta-, preguntarse por las consecuencias efectivas a las que llevaría su concreción.

 

Moreriras, A. (2016). Marranismo e inscripción, o el abandono de la conciencia desdichada. Madrid: Escolar y Mayo.





miércoles, 1 de febrero de 2017

ALBERTO MOREIRAS, MARRANISMO E INSCRIPCIÓN.


Acaba de aparecer -apenas hace unos pocos meses- el libro de Alberto Moreiras, Marranismo e inscripción, o el abandono de la conciencia desdichada, Escolar y mayo, Salamanca, 2016. Más allá de las tesis específicas que contiene esta publicación coloca algunos temas cruciales frente a nosotros.
En primer lugar, nos confronta con la necesidad de saldar cuentas con los estudios culturales latinoamericanos, dirigidos por la corriente llamada decolonial, que tiene en el Doctorado en Estudios Culturales Latinoamericanos, Universidad Andina Simón Bolívar, uno de sus centros claves de producción y reproducción de su grupo.

No se ha realizado una crítica sólida de los efectos negativos que ha tenido sobre una capa importante de intelectuales, especialmente en el mundo andino, imponiendo un pensamiento fundamentalista, sectario, que ha estado de espaldas a la realidad de nuestros países y que, además, ha sido un obstáculo importante precisamente a aquello que querían construir: el pensamiento de los otros. La voz de los indígenas hablando por ellos mismos más bien ha sido acallada y sometida un discurso que exigía una mirada exótica de los indígenas sobre los indígenas.

El libro de Morerias coloca con claridad, sin caer en la virulencia igualmente sectaria, los límites y deficiencias de esta corriente que en gran parte se ha impuesto como el nuevo dogma en ciertos ámbitos universitarios del área andina.

Aquellos que pasamos por el Doctorado en Estudios Culturales conocemos muy de cerca la experiencia de estar en un ámbito académico dogmático, en donde se decía qué autores citar, qué pensar y qué no, y se presionaba a que los estudiantes” se convirtieran a la nueva iglesia. Sin embargo, no ha existido una crítica sistemática de esos procesos y de las profundas distorsiones teóricas convertidas en el paradigma a seguir.

Por otra parte, el libro topa un aspecto central de la vida social que tiene que ver con la política; de hecho, con la manera de escapar de ella a través de la infrapolítica, con un enfoque poshegemónico. Aunque es un tema que tiene que debatirse a fondo, estamos constantemente atrapados en el dilema de entrar en la política y quedar atrapados en su lógica perversa; o huir de ella y dejas que sean precisamente los políticos los que toman las decisiones vitales sobre el futuro de nuestros pueblos.

De hecho, cabe preguntarse si la infrapolítica es suficiente para enfrentar el ascenso del fascismo en el mundo o si se requiere de otras estrategias adicionales para detener su crecimiento que, por ahora, parece irrefrenable.

Es un texto cuya lectura está al orden del día y cuya lectura puede refrescar esta larga hegemonía de corrientes que o bien repiten sin más lo que esté de modo o bien reproducen el culturalismo convirtiéndolo en paradigma interpretativo para cualquier situación que se ponga adelante, que puede ir desde la producción artística hasta el conflicto armado colombiano, pasando por la valoración de los gobiernos populistas.



lunes, 30 de enero de 2017

CLAMOR – GLAS- DE DERRIDA.


Al fin la traducción de Glas de Derrida, llamada en español como Clamor, lo que permitirá que un público más amplio pueda tener acceso a esta obra. La obra, como se sabe, está construida en dos columnas: la una sobre Hegel y la otra, sobre Genet, sin que lleguen a referirse de manera la una a la otra. Y dentro de cada columna, hay muchas veces divisiones, segmentaciones, bocados, divagaciones. (Jacques Derrida, Clamor, Ed. La Oficina, Madrid, 2015)

Clamor está para ser leído de muchas maneras; la tendencia principal consiste en enfrentarse por separado como Hegel o con Genet. De hecho, este es el modo en que fue traducido, por equipos de traductores para cada columna.

Pero, esta lectura deja algo fuera de la propuesta de Derrida, del cuestionamiento de la escritura y posteriormente, de la onto-teo-teleo-logia, como dirá en De la Gramatología; porque nos limitaríamos a descifrar el texto de Derrida como si fueran dos libros que han sido editados juntos y nada más.

Como el caso de El Libro de los Pasajes de Benjamín, me parece un proyecto incompleto, inacabado; al igual que es gigantesca acumulación de citas, requiere de un trabajo adicional, para encontrar su deriva profunda, su estructura constitutiva y no para reducirlo a un texto estándar, Clamor requiere de otras acciones que no vayan en la dirección de establecer dos textos con su propia coherencia, cuestión que desde luego puede hacerse.

Una posibilidad de lectura de Clamor que se someta al gesto de Derrida en su radicalidad, está en la confrontación entre Hegel y Genet, entre la filosofía del derecho y Santa María de las Flores, en cruzar la barrera gigantesca e invisible que separa las dos columnas a pesar de su contigüidad, en romper esa lógica que nos dice que son textos separados, sobre temas diversos, sobre autores extremadamente distantes.

Ciertamente que el ejercicio no arrojará para cada fragmento leído con la mirada del que está al otro, una significatividad plena; quizás, se den muchos sinsentidos. Así que será una tarea minuciosa, tediosa, delicada.

Podemos dejarnos conducir por esta pregunta general: ¿de qué manera Genet deconstruye el sistema hegeliano?, ¿en qué medida y de qué manera Genet hace estallar la filosofía del derecho, cuestionándola, alterándola?, ¿cómo utilizar el texto sobre Genet como guía interpretativa de la filosofía del derecho, que se superpone a la lectura crítica contenida ya en la primera columna?

Por esto, sería recomendable no leer cada columna por separado, sino tomar un segmento de la primera, detenerse, enfrentarse a la lectura de la segunda columna y preguntarse las cuestiones que he mencionado. No se trata de encontrar una cierta literalidad, una referencia fácil que vaya desde Genet a Hegel; pero, ¿qué nos dice el mundo de Genet sobre Hegel?, ¿cómo muestra su grado de imposibilidad?, ¿cómo esa lógica feroz del estado queda hecha trizas en el mundo de Genet?

Así que, ¿de qué modo la segunda columna contamina a la primera?, ¿cómo introduce en ella otra lógica?, ¿cómo la inocula de un virus que, al desarrollarse, desnuda la trama hegeliana e incluso la trama del propio Derrida en su lectura del texto e Hegel?



sábado, 14 de enero de 2017

ESTUDIOS DEL SOFTWARE. BIBLIOGRAFÍA.


Esta bibliografía se refiere a los estudios del software desde una perspectiva conceptual, que incluye aspectos políticos, económicos y simbólicos, cuya figura principal es Lev Manovich.

Bibliografía

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Chun, W. H. (2006). Control and freedom : power and paranoia in the age of fiber optics. Cambridge, MA: Massachusetts Institute of Technology.
Chun, W. H. (2011). Programmed visions : software and memory. Cambridge, MA: Massachusetts Institute of Technology.
Chun, W., & Keenan, T. (. (2006). New media, old media : a history and theory reader. New Yor: Taylor & Francis Group.
Dyer-Witheford, N. (2015). Cyber-proletariat : global labour in the digital vortex. London: Pluto Press.
Dyer-Witheford, N., & De Peuter, G. (2009). Games of empire : global capitalism and video games. Minnesota: University of Minnesota Pres.
Ernst, W. (2013). Digital memory and the archive. Minneapolis: University of Minnesota Press.
Fuller, M. (. (2008). Software studies : a lexicon. Cambridge, MA: MIT Press.
Fuller, M. (2003). Behind the blip. Essays on the culture of software. New York: Autonomedia.
Fuller, M. (2005). Media ecologies : materialist energies in art and technoculture. Cambridge, MA: MIT Press.
Fuller, M., & Goffey, A. (2012). Evil media. Cambridge, MA: MIT.
Kitchin, R. (2014). The Data Revolution. Los Angeles: Sage.
Kitchin, R., & Dodge, M. (2011). Code/space : software and everyday life. Cambridge, MA: Massachusetts Institute of Technology.
Manovich, L. (2013). Software takes command : extending the language of new media. Norfolk: Bloomsbury.
Montfort, N., & otros. (2013). 10 PRINT CHR$(205.5+RND(1»; : GOTO 10. Cambridge, MA: Massachusetts Institute of Technology.
Parikka, J. (2015). A geology of media . Minneapolis: University of Minnesota Press.
Wardrip-Fruin, N. (2009). Expressive processing. Digital fictions, computer games and software studies. Cambridge, Massachusetts: MIT Press.