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sábado, 19 de abril de 2014

REPRESENTACIÓN VIRTUAL. 3. BADIOU.

La Lógica de los mundos de Alain Badiou, a pesar de su intensa formalización, no contiene una teoría de lo virtual, lo que no deja de ser curioso, porque este debería ser un tema importante en las reflexiones en torno a la conformación de los mundos como multiplicidades irreductibles a una totalidad.

Como en el caso de Kant y de Husserl –ver las entradas del blog correspondientes-, se tiene que desprender de las consideraciones lógicas generales, una lógica de lo virtual desde las propias categorías de Badiou. Nuevamente, como en los autores mencionados, indicar las transformaciones en su pensamiento que se producen en el momento en que entra en juego el campo de lo virtual.

“El materialismo dialéctico dice: ´Solo hay cuerpos y lenguajes, excepto que haya verdades´. Ese ´excepto que´ existe en cuanto sujeto.”(45)

En Badiou hay un vínculo indisoluble entre sujeto y verdad: el sujeto es el lugar de la verdad, que es precisamente lo que le convierte en sujeto. Esto razonamiento da lugar a una teoría formal del sujeto: “…porque la teoría del sujeto es esencialmente formal.”(46) que “designa un sistema de formas y operaciones.”(47) Las modalidades del sujeto –modalidad como forma y operación- ligadas a los procedimientos de la verdad son: amor, ciencia, arte y política.

Antes que entrar en el debate sobre “la teoría formal del sujeto”, con todas sus implicaciones técnicas, es preferible quedarnos en las formas y los procedimientos de esas modalidades, porque allí podría ubicarse el campo de lo virtual. Si el sujeto “designa un registro de la experiencia, un esquema para la distribución consciente de lo reflexivo y lo no reflexivo”(47), entonces cabe la pregunta por el modo de conformación de ese registro y por el esquema resultante.
Las operaciones que llevan desde lo reflexivo a lo no reflexivo, y viceversa, se articulan a través de una interface que contiene, precisamente, aquellos dos ámbitos: la máquina virtual del hardware y el software y la máquina simbólica.

Estas dos máquinas forman un esquema, un diagrama que muestra el funcionamiento del sujeto, que con su máquina simbólica tiene que conectarse a la máquina virtual para acceder a cualquiera de las modalidades señaladas por Badiou.

La colocación mediadora de esta interface introduce en el esquema de Badiou otro elemento sin el cual estaría incompleto e incluso no alcanzaría a volverse real: la imaginación, la fantasía, el orden imaginario. Imaginación que adquiere una forma específica a través de la máquina virtual. Como ejemplo, tenemos los procesos de subjetivación a través de los videojuegos, que contienen tanto los entornos posibles del orden imaginario así como el campo en donde se hace posible la conformación de los sujetos, en donde se negocia lo simbólico, las redes de socialización, la política entendida como estrategia y guerra, etc.

Por lo tanto, al introducirse en estos esquemas, el registro de la experiencia virtual, el sujeto como lugar de la verdad, se convierte en sujeto como lugar en donde primero se imagina el amor, la ciencia, el arte y la política. Sin esta disposición imaginaria, estas modalidades no se vuelven reales. El dispositivo imaginario es así un cíborg: máquinas incomparables pero compatibles, que les permite funcionar extraordinariamente bien. El sujeto como conjunción cíborg de máquina virtual-máquina simbólica, a través de los cuales los procedimientos y esquemas de la verdad se hacen posibles.

Los modos de representación virtual son aquellos que se dan a través del cíborg virtual-simbólico y son específicos para cada uno de los campos mencionados: amor, ciencia, arte, política.


Badiou, Alain, Logics of worlds. Being and event, 2, Ed.  Continuum, London, 2009. 

lunes, 20 de agosto de 2012

HACIA UNA NUEVA DIALÉCTICA: 5: INDEXACIÓN TRASCENDENTAL

Hasta aquí se podría decir que si bien hay un aporte a la lógica y a la dialéctica en la Lógica de los Mundos de Badiou, aún se ve como insuficiente. Se ha postulado hasta aquí que la manera de darse de los mundos, el aparecer de los mundos, tiene una lógica, sigue un conjunto de operaciones; sin embargo, aún queda la cuestión harto difícil de establecer las relaciones entre esos mundos y esas lógicas.
Se trata de determinar los procesos y procedimientos de paso de los mundos y sus lógicas; el ir y venir del uno al otro, el desarrollo y los modos de especificación que siguen tanto las realidades emergentes como sus ordenamientos y sus estructuraciones. A este particular proceso de lo trascendental Badiou le denomina indexación.
La indexación trascendental consiste precisamente en mostrar cómo de la juntura entre los mundos y sus lógicas, deviene la realidad entera, el conjunto de los objetos que la pueblan y que conforman todo lo que conocemos, el universo en el que vivimos, la sociedad en la que habitamos.
Solo de este modo podremos comprender tanto la lógica de los mundos así como la historicidad concreta de estos, sin perdernos en ninguno de los extremos; esto es, entendiendo tanto los modos de funcionamiento de la lógica, el cómo se expresan en los mundos y sus objetos y, al mismo tiempo, capturando la lógica interna de la serie interminable de procesos históricos dispersos, difusos, vagos, en los que parecería no existir ninguna estructuración interna.

¿Qué entender por indexación trascendental en la Lógica de los Mundos?

La existencia de los objetos de los mundos se denomina indexación; o lo que es igual, la explicitación de los mundos, su desarrollo, su volcarse a la existencia siguiendo una lógica. Así hacen su aparición unos objetos determinados, con sus propias características, diferenciados de los demás múltiples:

“…la indexación de un ser-múltiple es uno y el mismo que la aparición de este ser en ese mundo; es lo que localiza el ser de ese ser como un ser-allí-en-un-mundo.” (Badiou, Logic of worlds, 2009, pág. 194)
Cuando se produce el encuentro entre un mundo y una lógica trascendental se produce una indexación que, en último término, consiste en una doble concreción tanto del mundo en el que surgen unos objetos y las operaciones específicas que tienen que darse para que esos objetos existan:
“… es necesario afirmar que hay un vínculo efectivo entre el ser-múltiple y el esquema trascendental de su aparición –o de su existencia.” (Badiou, Logic of worlds, 2009, pág. 195)

La existencia de los objetos, su ontología, se hace posible únicamente en la confluencia entre un plano lógico y un mundo que siempre es un ser-múltiple; más aún, múltiple entre múltiples. Cada múltiple está vinculado entre a una operación que tiene que colocarse en su mismo nivel para que sea eficaz:

“Estamos aquí dentro de una axiomática materialista que presupone que hay un punto obligatorio de articulación entre la lógica de aparición y la ontología de lo múltiple.” (Badiou, Logic of worlds, 2009, pág. 196)

Tres operadores entran en funcionamiento en la concreción del vínculo entre un mundo dado y el esquema trascendental que le da forma a una existencia:
El primero que enuncia la correspondencia entre un objeto y su posición en dicho mundo que dependen igualmente de una especificación de lo trascendental, de una explicitación de la lógica, de un conjunto de operaciones plenamente determinadas:

“1. El primero, que es de tipo topológico, es la localización de un elemento (ontología) o de un átomo (lógica de la aparición) en un grado trascendental.” (Badiou, Logic of worlds, 2009, pág. 196)

El segundo tiene que ver con la relación entre los objetos de ese mundo y con la pregunta por la accesibilidad de unos con respecto a otros. Y esto también depende la derivación de esa lógica, del hecho de que hayan compartido similares operaciones que dieron lugar a su existencia. A esto se le denomina compatibilidad:

“2. El segundo que es más algebraico es una relación (mundanal) de ´compatibilidad´ entre dos elementos de un ser-múltiple.” (Badiou, Logic of worlds, 2009, pág. 196)

Como sabemos la lógica trascendental provoca la existencia de realidad que tienen un orden-estructural, que sigue una serie de reglas para tornarse efectivas; porque esos objetos se ubican en órdenes jerárquicos ontológicamente respecto de otros que, a su vez, dan lugar a un orden-estructural de cada uno de los mundos:

“3. El tercero es del orden de la relación que está directamente definidos en los elementos de un ser-múltiple (un múltiple que aparece en el mundo).” (Badiou, Logic of worlds, 2009, pág. 196)

Hay que dejar constancia de que estos órdenes estructurales son parciales y jamás están cerrados o definitivamente completos. Más adelante veremos las implicaciones importantes de esta ontología parcial.
Badiou sintetiza muy bien esta serie de ideas de la indexación trascendental:

“En un nivel intuitivo, estas tres operaciones indican que ningún múltiple sale ileso de su aparición en el mundo.” (Badiou, Logic of worlds, 2009, pág. 196)

jueves, 16 de agosto de 2012

HACIA UNA NUEVA DIALÉCTICA:4. LÓGICA DE LOS MUNDOS Y DIALÉCTICA


1. ¿Se necesita una nueva lógica y una nueva dialéctica?

Al llegar a este punto del recorrido cabe una pregunta crucial: ¿es necesaria una nueva lógica y una nueva dialéctica? Tenemos una suerte de disyunción: por una parte están los estudios que se realizan para reconstruir lo más fielmente la crítica de la economía política y la lógica utilizada por Marx, especialmente en su relación con Hegel.
Esta es una tarea indispensable si se quiere entender a cabalidad el pensamiento de Marx y el funcionamiento del capital, de tal manera que nos permita iluminar lo qué pasa en este momento de crisis general del sistema capitalista.
Por otra parte se encuentran los desarrollos de lógicas y dialécticas que avanzan largamente sobre la anterior, que la redefinen, completan y que en muchos casos son completamente novedosas.
Estas dos tendencias se ignoran mutuamente, no hay un espacio de diálogo en donde los analistas de la economía política vuelvan sus ojos a estas lógicas como nuevos instrumentos y de parte de aquellos que construyen estos sistemas, no los confrontan con la economía política, a no ser por referencias marginales o como ejemplos de paso.
Desde que Marx escribió su crítica a la economía política han pasado ya muchos años. Si bien consideramos que sus análisis son válidos, esto no significa que sus explicaciones hayan quedado completas. Como se sabe ni siquiera El Capital quedó terminado. Durante este tiempo, el capitalismo sufrió gigantescas transformaciones que exigen nuevos aparatos conceptuales para su pleno entendimiento, como puede verse en el estudio de las ondas largas, del sistema mundo o de la globalización.
A su vez, desde Hegel hasta nuestros días, la lógica avanzó significativamente; y para el caso que nos ocupa, están frente a nosotros sistemas enteros propuestos más completos y profundos que la Ciencia de la Lógica.
Se trata, por lo tanto, de aplicar estas nuevas lógicas y nuevas dialécticas para esclarecer los significados de El Capital, para una mejor comprensión de lo que ha sido la historia del capitalismo, los procesos sociales, las revoluciones y sus fracasos, los partidos revolucionarios.
Estas nuevas lógicas tienen que ser confrontadas con dichas realidades, a fin de probarse como candidatas idóneas para explicar estos campos de la realidad de una manera mucho mejor que las anteriores lógicas.
Lo que estoy postulando respecto de la Badiou y su Lógica de los Mundos, es que constituye un excelente candidato para ser utilizado en los debates marxistas, de la economía política, de su relación con Hegel y para las nuevas realidades del mundo actual.
Aunque es una pregunta totalmente hipotética, cabe preguntarse: qué lógica hubiera utilizado Marx si viviera en nuestros tiempos; con seguridad miraría los desarrollos más avanzados en este campo, suficientemente críticos y pertinentes para la crítica del capitalismo y su sociedad. Esta es la tarea, este es el reto que solo será posible con la participación de un conjunto numeroso de investigadores.

2. Repensar los procesos de abstracción de El Capital.

Una lógica y una dialéctica como la propuesta hecha por Badiou tienen que confrontarse con grandes retos explicativos, a fin de probar su consistencia, coherencia y potencia heurística. Dada la procedencia de su pensamiento, hay como postular que esta lógica sería útil para una mejor comprensión de la lógica del capital.
Ha habido largos de debates en torno al proceso de abstracción contenido en El Capital, que tratan de determinar el estatuto de estas abstracciones, que son consideradas como abstracciones reales y no solo procedimientos cognoscitivos.
Estas abstracciones del proceso M-D-M´, que constituyen el núcleo del capitalismo, se corresponderían, si usamos los conceptos de Badiou, en la lógica del capital como el conjunto de operaciones de su mundo.
Obligatoriamente un mundo emerge siguiendo una lógica, que determina su orden estructural y las leyes que lo regirán. Así, El Capital muestra el funcionamiento de esta lógica y esas estructuras ordenadas que dan lugar al inicio de la reproducción del capital.
Entonces, lo que hace Marx consistiría en develar la lógica del capital que acompaña necesariamente a todos los procesos históricos desde su surgimiento hasta ahora, aunque la manera concreta de expresarse pueda variar.
Se llamaría a esto el plano trascendental del capital, en donde se ha separado provisionalmente su lógica, su orden estructural constituyente. El debate en torno a las abstracciones mostraría otro rostro: por un lado se aleja de las consideraciones puramente epistemológicas acerca de su estatuto, como si fueran únicamente potente instrumentos cognoscitivos que Marx utiliza para develar el núcleo del capital; por otro lado, esas abstracciones reales no se identifican directamente con la realidad empírica del capital que es profundamente cambiante.
La lógica trascendental del capital existe efectivamente como las reglas de su surgimiento a la existencia; y si bien están pegadas indisolublemente con los mundos del capital, no coinciden con este empíricamente. Lo uno son los mundos, lo otro la lógica de los mundos.
Abstracciones reales que no son equivalentes a la historicidad concreta del capital, sino al núcleo que le hace existir de una manera –ser un modo de producción- a través de sus avatares, de sus ondas largas, de sus transformaciones, de sus indexaciones trascendentales.

miércoles, 15 de agosto de 2012

HACIA UNA NUEVA DIALÉCTICA.3. BADIOU, KANT, HUSSERL

Una vez que hemos llegado a este momento, podemos confrontar estos planteamientos con otros que se han hecho sobre la noción de trascendental. Sin embargo, no se trata tanto de una comparación o de mostrar las influencias, desplazamientos, oposiciones que se hayan dado en la construcción de lo trascendental, sino de proponer redefiniciones de otras reflexiones a la luz de los hallazgos realizados.
Una de las cuestiones sobresalientes de la metafísica caníbal –y de la estética caníbal- que es en este momento extremadamente útil, se refiere no solo a los debates con el pensamiento occidental sino a la posibilidad de alterarlo, aclararlo, mostrar su lógica interna, obligarlo a que se desplace a otros campos de significación.
Por esto, la pregunta que se hace a continuación tiene que ver con los cambios que introduciríamos en el concepto kantiano y husserliano de trascendental a la luz de las reflexiones de Badiou. Sin esto, el movimiento dialéctico estaría incompleto. Esto es lo que aporta la perspectiva caníbal.

Hagamos a continuación el ejercicio mencionado:

1. Kant:

Cuando encontramos en Kant el término estética trascendental nos remite a las condiciones de posibilidad del conocimiento. Las cosas se nos puedan dar como fenómenos únicamente en cuanto hayan estos elementos a priori, independientes de toda experiencia y que al mismo tiempo la conforman, que son el espacio y el tiempo.
Por lo tanto, lo trascendental pertenece a la esfera del conocimiento. Desde la perspectiva de Badiou habría que decir que lo trascendental tiene un carácter ontológico: los mundos y los objetos que se muestren en este, se dan como trascendentales; esto es, siguiendo una lógica, un conjunto de operaciones que tiene un orden estructural y que pueden desembocar en leyes.
La cuestión no es negar la existencia de esos trascendentales al estilo kantiano que aparecen en el proceso del conocimiento, sino mostrar que su origen y fundamento se encuentra en el plano ontológico.
Existe el plano trascendental únicamente cómo una separación de esa lógica, de esas operaciones, que se pretenden autónomas y que dependen de la realidad. Desde luego, el conocimiento se vuelca tanto sobre las características específicas de los fenómenos como sobre la lógica del mostrarse de estos.
Igual se tendría que decir acerca del esquema trascendental que en su formulación se encuentra más cerca de Badiou. Esas categorías del más y el menos, que son las primera y más elementales, provienen del plano ontológico y corresponden al modo de darse de las cosas en los mundos y de los propios mundos.
Llevando más allá los términos kantianos se afirmaría que es en los mundos en donde existen estos esquemas trascendentales, que no son sino la lógica que siguen para ser mundos y para ser objetos pertenecientes a esos mundos.

2. Husserl.

Aunque Badiou se refiere con asiduidad a Kant y casi nunca a Husserl, estos planteamientos acerca de lo trascendental, en mi opinión, tienen más cercanía con el segundo. Y esto se debe especialmente a que Husserl no muestra lo trascendental como algo dado, perteneciente a la esfera del conocimiento, sino porque se detiene largamente en el proceso de constitución de esta esfera.
La esfera de lo trascendental, que ha sido encontrada a través de la epojé, deja de lado los diversos contenidos empíricos para quedarse con su núcleo que, al final de cuentas no puede ser sino real, se aleja de la subjetividad empírica, del psicologismo y se centra en el ego puro.
Si transformamos los planteamientos de Husserl y lo corregimos a la luz de Badiou, la fenomenología sería el proceso por el cual separamos los mundos y los objetos que pertenecen a ellos de la lógica que siguen en ese proceso de mostrarse.
La epojé sería precisamente ese proceso de separación que nos permitiría extraer la serie de operaciones del darse de lo real y mostrar su estructuración pura; esto es, separada de lo real y sin embargo, insistiendo en que es inmanente a los mundos. Su separación es un procedimiento cognoscitivo sin correspondencia real, porque en esta siempre hallaremos los mundos y la lógica de estos mundos completamente unidos.
Los mundos siguen una lógica para poder ser reales; y la lógica existe únicamente en cuanto es la lógica del darse de esos mundos. Esto se concreta en unos mundos ordenados estructuralmente y que llegan a tener una estructura legaliforme.
El ego trascendental es aquel que lleva a cabo el procedimiento de separación –epojé- de los mundos y de su lógica.

domingo, 12 de agosto de 2012

HACIA UNA NUEVA DIALÉCTICA. 2. EL CONCEPTO DE TRASCENDENTAL EN LA LOGICA DE LOS MUNDOS DE ALAIN BADIOU.


La refundación de la dialéctica tiene en Alain Badiou a uno de sus pilares, especialmente en sus dos obras: Ser y acontecer y La lógica de los mundos. En este segundo libro se propone un sistema conformado como un gran lógica, tan profunda y comprensiva como de la Hegel. 
Muchas de sus categorías son novedosas respecto de la dialéctica clásica y completamente alejadas de cualquier forma del dogmatismo estalinista. Ciertamente que habrá que confrontar estos conceptos con su capacidad explicativa de la realidad, en un momento en donde requerimos de urgencia instrumentos necesarios para escapar de la férrea lógica del capital y de su sociedad, que siguen  imponiéndose a pesar de su crisis global.
Creo que es indispensable emprender una serie de aproximaciones técnicas, lo más rigurosas posible, a una obra ardua que tiene el peligro de ser incansablemente citada sin ser realmente leída. 
Un concepto central para la refundación de la dialéctica es el de trascendental, que es sobre lo que versará este trabajo. Para ayudarnos en su comprensión, dada la larga historia y ambigüedad del concepto, lo confrontaremos con el significado que tiene  en Kant y en Husserl. 
Encontramos el concepto de transcendental ubicado al inicio mismo de la Gran Lógica, esto es en el Libro II de la Lógica de los mundos: “Libro II Gran Lógica, I. Lo trascendental.”  Se encuentra en el pórtico de esta gran lógica, como la primera noción que servirá de eje al resto del sistema. 
Seguiré una ruta inversa a su desarrollo en el texto; esto es, inicio con la definición que está colocada al final, retrocede hasta los enunciados que le preceden y discuto en detalle el cuerpo del texto que está, como se ha dicho, en el Libro II. 
Badiou define trascendental de la siguiente manera: “…trascendental designa un mundo, en el que las puras multiplicidades aparecen bajo el aspecto de objetos*, como una red de identidades y diferencias que se refieren a los elementos de lo que aparece.” 596 
En la Proposición 15 dice: “Para pensar un múltiple tal como está inscrito en la lógica de un mundo*, o para pensar el ser-allí de un múltiple, presupone la formulación de una lógica* del aparecer* que no es idéntica a la ontología* matemática de un puro múltiple.”

Y en el enunciado 16: “Una lógica* del aparecer, que es la lógica de un mundo*, desciende a una escala unificada para la (intrínseca, sin sujeto) medida de las identidades y diferencias y para las operaciones que dependen de esta medida.” 571 
La lógica de lo trascendental muestra cómo el mundo está organizado de acuerdo a un orden estructural, cuya base mínima puede expresarse en más y menos.
 Lo trascendental se relaciona con la noción múltiple puro y con las dificultades de su pasaje al estado de la situación mediante el exceso, tal como se había mostrado en Ser y acontecer. Su dilucidación quizás tenía un tono demasiado metafísico. Badiou avanza sobre esta cuestión y sostiene que el mundo no puede ser reducido a múltiple puro sino que está organizado, de tal manera que hay en él una orden estructural. Por eso la pregunta ontológica crucial se transforma en: “¿Por qué y cómo hay mundos en vez de caos?” 101 
Si lo trascendental está vinculado en Kant al sujeto trascendental, al orden de las posibilidades del conocimiento, se convierte en una categoría ontológica. Lo trascendental es una propiedad de los mundos que precisamente les permite ser estos mundos y no otros. 
Una serie de “operaciones inmanentes” hacen que este mundo sea tal como es. “Trascendental es el  nombre de estas operaciones… La máxima final puede ser enunciada como sigue: respecto de la inconsistencia del ser, lógica y aparecer son una y la misma cosa.” 101 
Hay que resaltar antes que esa identidad entre lógica y aparece, el hecho de que los mundos devienen tales, mundos allí, siguiendo una lógica que les hace desembocar en una organización con un orden estructural. 
Dada esta noción de trascendental, veamos cómo funciona: “Un mundo no es sino una lógica de ser-allí y está identificado con la singularidad de esta lógica. Un mundo articula la cohesión de múltiples alrededor de un operador estructural (lo trascendental).” 102 
El orden estructural que se deriva de lo trascendental tiene tres operaciones fundamentales y suficientes:

“a. Un mínimo de apariencia es dado.
b. La posibilidad de conjunción de valores de aparición de dos múltiples (y por lo tanto de cualquier número finito de múltiples).
c. La posibilidad de una síntesis global de valores de aparición de cualquier número de múltiples, aún si hay un número infinito de ellos.” 103

Si volvemos al plano cognoscitivo, su posibilidad se deriva de reconstruir las operaciones que han dado lugar a un mundo, o lo que es igual su lógica trascendental en el sentido técnico que se le da aquí. Esto le permite redefinir a Badiou su noción de situación o estado del mundo: 
“Nosotros llamamos ´situación del ser´  para un ser singular, el mundo en el que este  inscribe un procedimiento local de acceso a su identidad sobre la base de otros seres.” 114