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miércoles, 27 de agosto de 2014

MÁQUINAS ABSTRACTAS E INTELECTO GENERAL


Una máquina abstracta, como cualquier otra, es la concreción de un nivel de conocimiento y tecnología que la humanidad ha alcanzado en un momento dado, y esto es lo específicamente humano, porque solo nosotros producimos máquinas.

Sin embargo este nuevo tipo de máquinas son radicalmente diferentes, porque son recursivas: se vuelven hacia ellas mismas, devoran su origen, se comportan como uroboros. Así como algunas máquinas devoran hierro, aluminio, petróleo, estas tienen como “materia prima” el intelecto general. Producidas por el intelecto general son, ahora, productoras del intelecto general.

Este es su segundo nivel de abstracción, en donde el primero se refería a la enajenación que sufren los nuevos proletarios respecto de sus productos.

Mucho del debate sobre este tema se centra el aquello que se conoce como capitalismo cognitivo que, en sus versiones más desarrolladas, postulan que ha habido un cambio sustancial en las leyes del capitalismo, que se ha trasladado del trabajo material al trabajo inmaterial y que los productos son ante todo simbólicos.

Aunque no es este lugar para dar una discusión técnica, afirmaré que el trabajo de las máquinas abstractas con el intelecto general se aproxima al capitalismo puro, a la explicitación desnuda de los mecanismos de explotación del capital, que luego de haberse globalizado, invade los espacios del conocimiento, de la conciencia, de la imaginación.

Precisamente en esos debates se pasa muy rápido sobre el tema de qué sea el intelecto general, en primero lugar, y luego en qué consiste el trabajo que se realiza sobre este y sus productos. Así que en vez de lanzarnos al terreno de la polémica sobre el trabajo inmaterial, resulta pertinente interrogarse por el significado del intelecto general en la época del capitalismo tardío y puro.

Sin lugar a dudas el lugar en donde mejor se encuentra desarrollado el tema del intelecto general es en Averroes. (Cabría preguntarse por qué vías llega este término a Marx que, ciertamente, no lo vuelve a usar después de los Grundrisse, como un concepto nuclear en su teoría madura del capital).

Las máquinas abstractas trabajan con el intelecto general; esto es, se alimentan de la imaginación. Es el orden imaginario el primero que penetra y es devorado, para dar como resultado unas determinadas imágenes del mundo, que las usamos como conceptos que nos permiten interpretarlo.

E imágenes que se parten en una doble dirección: los aspectos estrictamente representacionales del mundo, que nunca son simplemente miméticos sino que siempre se desplazan metonímicamente respecto de lo real. Y aquellos otros elementos de la “potencia pura”, de la capacidad de ir más allá de lo real, de abrirse a otros mundos que no están presentes todavía o que no lo estarán jamás.

Este trabajo con las imágenes, los fantasmas que conforman el intelecto general, le confieren el carácter de máquinas estéticas, porque redefinen a fondo las sensaciones, la sensibilidad y, especialmente, el orden imaginario.

No tenemos por qué supone, quizás demasiado rápidamente, que este orden imaginario es una especie de nebulosa imprecisa flotando sobre la conciencia de los individuos. Por el contrario, a cada paso se indexa, se concretiza para tornarse este plano imaginario plenamente visible –como el caso de los videojuegos- Más aún aquí es donde se libra la batalla por la apropiación por parte del capital para convertir al intelecto general en una mera mercancía más como parte de la lógica del valor, o la posibilidad de imaginar otro futuro posible; esto es, la capacidad emancipadora de lo imaginario.

Coccia, Emanuele. Filosofía de la imaginación. Averroes y el averroismo. Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2007.





domingo, 22 de junio de 2014

TEATRO CANÍBAL. PROPOSICIONES. 5.

SEGUNDA PARTE.

51. El Quinto Método es el método del teatro caníbal. Su nombre deriva del Teatro del Quinto Río, aunque se basa en muchas experiencias diversas, especialmente desde América Latina.

52. El Quinto Método no pretende ser un método más o un nuevo método teatral, que se propusiera reemplazar a los anteriores. Su fundamento radica en su estructura excedentaria: un plus, un extra, un elemento que no estaba, una extensión del dispositivo escénico.

53. Un excedente ciborg: no comparable pero compatible con los otros métodos, porque si bien funciona con ellos, a través de ellos, es una disposición que conduce a otro dispositivo. En este sentido es un excedente parcial, hecho de conexiones parciales que fácilmente pueden desprenderse del espacio al que pertenezcan, del hecho teatral en el que estén actuando, y se trasladan a otra esfera.

54. Un excedente metódico –y metodológico- que penetra en la dramaturgia con la que estamos trabajando y la transfigura. La transfiguración del método lleva a una transformación no solo en el orden de la figura –imagen y representación- sino que altera lo figural. (Lyotard)

55. El Quinto Método como estrategia figural altera el régimen estético y por lo tanto, su régimen de enunciación. Se abre a un nuevo espacio figural que conduce a una estética distinta, trasladando a otro campo las sensaciones, las sensibilidades y la imaginación.

56. Desplazamiento de este triple plano estético: deslices, fugas, contagios virales, phylum, territorios existenciales, en donde todas funcionan como estrategias de desplazamiento. Y con esto: transducciones, traslaciones, transposiciones, transacciones, trasplantes, tránsitos. Introducción de otros elementos que fracturan la linealidad del método usado. (Braidotti, Guattari)

57. El Quinto Método introduce la tragedia en el lenguaje; no tanto en su plano semántico sino el significante. Un lenguaje que intenta decir y no logra hacerlo; una enunciación truncada; una expresión frustrada. Una gramática trágica.

58. ¿En qué consiste el excedente dramático del Quinto Método? Su núcleo radica en la economía política del teatro, que versa sobre el Estado-teatro y el excedente teatral. Se trata de devolver al teatro a su lugar de origen, sacándole del secuestro en el que se encuentra. El Estado-teatro es en donde la política se ha vuelto simulacro, mientras su verdadero contenido –que es en donde se toman las decisiones económicas permanece oculto- El Quinto Método afirma la simple y directa teatralidad del teatro. Dice al espectador: usted está aquí ante una ficción. Y ante el Estado-teatro: usted está aquí ante una ficción que se hace pasar por lo real. Porque el poder que mueve al mundo está fuera del mundo del espectáculo, en esa permanente estrategia de ocultamiento del poder efectivo.

59. El Quinto Método nace en la época del capitalismo tardío y, sin embargo, no es posmoderno ni posdramático. Emerge, igualmente, en el momento de la invasión sin límites de lo digital, de lo virtual, en el triunfo de las máquinas abstractas. ¿Qué otra cosa puede ser el teatro sino una máquina abstracta?