Se puede decir que uno de los
textos fundacionales del marxismo, para la teoría y la práctica, ha sido La Ideología Alemana, especialmente el Capítulo 1. Feuerbach, del que
desprendimos muchas de nuestras concepciones:
“La Ideología
Alemana (GI) fue publicada por primera vez en el formato actual en 1932 como
parte de Marx Engels Gesamstausgabe (MEGA), esta edición sirvió de base para muchas traducciones
y ediciones. La edición Mega fue precedida por una traducción rusa y por la
publicación de lo que hoy conocemos como Capítulo 1: Feuerbach. En este formato
el libro y en particular el capítulo sobre Fuerbach, fue por largo tiempo
considerado un texto central para la comprensión de las enseñanzas de Marx y
Engels. Este fue el texto en donde, como Althusser dijo e hizo fama, Marx descubrió
el continente de la historia.” (Maidan)
Sin embargo, La Ideología Alemana es un libro que nunca existió. Fue
una invención de los editores que, tomando fragmentos de diversos lugares, se
inventaron un libro, tal como la publicación de los manuscritos originales de
Marx y Engels lo demuestran:
“Como
resultado de la investigación sobre el manuscrito original para la publicación
de una nueva edición científica de las obras y artículos completos de Marx y
Engels, el equipo editorial del MEGA2 ha concluido que el capítulo
sobre Feuerbach es más como una reconstrucción editorial –basados sobre la
evidencia fílmica de las intenciones autorales de Marx y Engels- de algunos
fragmentos que Marx y Engels colocaron al lado del manuscrito original para su
uso posterior…” (Maidan)
Hasta ahora continúan las discusiones
sobre cómo publicar efectivamente estos fragmentos y existen al menos “siete
propuestas diferentes”, aunque el Capítulo 1 ya ha sido publicado por MEGA2
en el 2004. (Maidan)
Este hecho muestra cómo los
textos de Marx y Engels sufrieron una serie de distorsiones significativas, en
la medida en que su publicación estaba sometida a los intereses políticos
inmediatos de una corriente u otra, especialmente de parte de la burocracia
soviética. Digamos que con La Ideología
Alemana también se construía una ideología propia, un Marx hecho a la
medida de las necesidades de un partido político, de una doctrina.
No está demás señalar la
importancia que tuvo este texto en la conformación del “materialismo
histórico”: “La Ideología Alemana es usualmente mirada como el más temprano y
más importante trabajo preparado en colaboración por Marx y Engels, y es
considerado como la “cuna” del materialismo histórico. El Capítulo I, en
particular, es considerado como la más completa realización del temprano
materialismo histórico”. (Xiaoping 3)
La tarea en el presente es una
primera lectura de estos fragmentos, de acuerdo a los manuscritos originales, a
fin de indagar qué es lo que efectivamente se decía en ellos, cuáles son los
cambios, cuáles son las consecuencias de esos cambios, para nuestra visión actual
del marxismo.
Es indispensable volver sobre estos
textos y confrontarnos con esa historia que era capaz de manipular los textos,
para responder a las necesidades de la batalla política o de la inmediatez de
las necesidades de una burocracia.
Lamentablemente no existe una
edición en español y al parecer ni siquiera está en curso una traducción
científica apegada al texto. Utilizará la versión inglesa de los fragmentos,
basada fiel y literalmente en la publicada por MEGA2 en el 2004, llevada
a cabo por Terrel Carver y Daniel Blank, Los
manuscritos de Marx y Engels de la “Ideología Alemana”. Presentación y análisis
del “Capítulo Feuerbach”. Además, estos autores, en otro libro, trazan las
vicisitudes históricas y políticas por las que atravesaron estos manuscritos. (Carver, Terrel y Blank, Daniel) (Carver) Una síntesis de este
largo recorrido de La Ideología Alemana
se puede encontrar en el propio Carver. (T. Carver)
A continuación mostramos las tres
primeras páginas del manuscrito, precedidas por las notas técnicas de la
edición, que es la manera cómo MEGA2
lo publicó y que se encuentra en pleno debate. No hay un acuerdo sobre el modo
cómo deberían presentarse esos manuscritos, para evitar reconducir a la idea de
un texto orgánico, en donde solo hay fragmentos destinados a un uso futuro,
todavía no decidido.
Como se puede ver, el texto es
completamente tentativo, lleno de tachaduras y correcciones. La columna
izquierda pertenece a Engels y a la derecha, en negrita, las observaciones que
Marx iba realizando y, desde luego, las variaciones incluso mínimas que hacía
Marx sobre su propio texto, tal como aparecen en las páginas de muestra
colocadas aquí.
A continuación revisaré dos
análisis de los nuevos fragmentos que reemplazan al Capítulo 1. Feuerbach, para
establecer los nuevos debates que se dan allí y sus perspectivas; entonces,
tomaré la introducción de Carver en extenso y de manera más puntual, el estudio
de Wei Xiaoping.
Para Carver, el acceso a la
versión original de estos fragmentos permite una reconstrucción a las
preocupaciones efectivas de Marx y Engels y a la manera en que sus perspectivas
teóricas se interrelacionaban y superponían, sin dejar de lado los desacuerdos
que pueden llegar a ser significativos:
“El lector así
gana un acceso fácil al laboratorio “colaborativo” en el que Marx y Engels
trabajaron activamente juntos –muchas veces luchando uno con otro- para
encontrar una nueva forma de responder a cuestiones tales como: ¿Qué deberíamos
entender por humanidad, civilización, industria, política y sociedad? ¿Cómo
deberíamos conectar el cambio social con el futuro deseable? ¿Qué valida la
verdad y las políticas de sus respuestas?” (Carver, Terrel y Blank, Daniel 1)
Sin embargo, es indispensable en
cualquier lectura que se haga, el insistir en su carácter fragmentario,
provisional, no corregido, lleno de cruces, tachaduras, reformulaciones y así
evitar que al final tengamos, otra vez, un “libro” o un texto sistemático. Insistir
que no se encuentra aquí una formulación acabada y pulida del materialismo
histórico, lo que ya es bastante decir.
En su aproximación, Carver
resalta ese trabajo conceptual y, por ende, lingüístico que acerca o distancia
a las formulaciones de Marx respecto de las de Engels: “Más bien hay que
enfocarse en el vocabulario que se contrasta y mirar cómo surge esas
diferencias y cómo se desarrollan”. (Carver, Terrel y Blank, Daniel 6)
Uno de los aspectos centrales que
trata Carver es acerca del carácter del texto, del enfoque que los autores
tienen. Se produce un desplazamiento de un texto inexistente entendido ante
todo como una formulación teórica, conceptual, que inaugura un paradigma, e
incluso una doctrina, a unos fragmentos que son, básicamente, políticos:
“Lo que emerge
en la discusión de los manuscritos es que ambos tienen una posición común –que
ellos están trabajando en cierto sentido, juntos- pero uno concibe
preeminentemente como una posición política y la argumentación como política”;
mientras que el otro, Engels, tiene un enfoque más polémico respecto de las
posiciones conceptuales, “ideológicas”, de la “ideología alemana”. (Carver,
Terrel y Blank, Daniel 7)
Dentro de este acuerdo general,
Marx elige una versión mucho más política, acudiendo a una terminología que
hace descender el discurso teórico a las cuestiones políticas prácticas. De
todas formas, es una cuestión de matices porque para ambos no se trata
solamente de que los autores que discuten “estén pensando equivocadamente” sino
que “están haciendo política de forma equivocada”. (Carver, Terrel y Blank, Daniel 7)
Marx se desplaza –los añadidos de
Marx en negrita- desde las consideraciones abstractas hacia aquellas que son
más políticas: realidad, materialistas prácticos, comunistas, revolucionar,
mundo existente:
in reality {it} is a matter of & for the
practical materialists, i.e. the communists,11
it
is a matter of revolutionising the existing
world
[06 Bogen, 08 Seite, L Column, p. 44]
en realidad es {it} cuestión
de y para
materialistas prácticos, esto es los comunistas,
es una cuestión de
revolucionar el mundo existente
Como
señala Carver: “En las páginas que siguen, Marx está devaluando el lenguaje de
las teorizaciones con intimidantes notas y extirpando una abstracción en favor
de una referencia concreta:
Feuerbach’s
theoretical conception “conception” of
perceptibility the perceptible world
is limited on the one hand to
merely viewing it, & on the
to merely
other feeling {it}
[06 Bogen, 08 Seite, L Column, p. 44]
La “concepción”
teorética de
Feuerbach
de la perceptibilidad del
mundo perceptible
es limitada de una parte a
meramente observarla, y
de otra meramente sentida
Siguiendo
con Carver: “Aquí está una inserción de Marx (p.44) estableciendo este
contraste –entre la muy general abstracción de un filósofo y la “concreta”
referencia de una potente alternativa política:
{insertion}
{he} considers “man” instead of “actual
historical man”. “Man”
is in reality
“German man”. {end insertion}
{inserción}
{él} considera
“hombre” en vez de “actual
Hombre
histórico”. “Hombre” es en realidad
“hombre
alemán”. {final de la inserción}
Ambos
critican la “ideología” de Feuerbach, resaltando su carácter no práctico, el
quedarse en abstracciones vacías e intemporales, sin un adecuado sentido de la
realidad política:
He does not see
how the perceptible world surrounding him is
not a thing handed down directly from
eternity, staying always the same, but
rather
the product of industry & of social
conditions & to be sure in the sense that
it is
a historical product, the result of the
activity of a whole series of generations,
[06 Bogen, 08 Seite, L Column,
p. 44]
El
no ve
cómo
el mundo perceptible que le rodea es
o
una cosa manejada directamente desde
la
eternidad, manteniéndose siempre la misma, sino
más bien
el producto de la industria y de
las condiciones sociales
y para estar seguro en el
sentido de que es
un producto histórico, el
resultado de
la actividad de una totalidad de
series de generaciones,
En esta cita larga, pero
necesaria para mostrar el giro del pensamiento de Marx, se hace visible, en las
inserciones en negrita realizadas por Marx, hacia lo más concreto y político
que se quiere dar a este debate; hay una exigencia de un vocabulario mucho más
específico en Marx: producto, condiciones sociales, actividad, etc. (Carver,
Terrel y Blank, Daniel 7-8)
Más bien, estaríamos ante un
texto que se separa de las grandes afirmaciones ontológicas sobre la historia y
que produce una “epistemología de la acción, antes que una conocimiento como
tal”. (Carver, Terrel y Blank, Daniel 9)
Por ejemplo, en otro pasaje, no
tratan de definir lo que una cosa es, sino más bien cómo se da históricamente
un hecho. Los insertos de Marx muestran como Bauer “no capta el carácter
profundamente histórico de las cosas/objetos, incluso de los naturales, porque
ellos presumen una antítesis entre la naturaleza “intemporal” y la historia
“que sucede”. (Carver, Terrel y Blank, Daniel 9)
Inclusive cuando se trata de
referirse al “materialismo”, o a la concepción “materialista”, este giro que va
de lo ontológico a lo político se torna evidente:
The French & the English at
least, even when they have conceived
conceived of the connection of this fact with
so-called history in a highly tendentious way,
particularly as long as they were biased by
political ideology, have always all the same
made the first attempts to give a materialistic
basis to the writing of history by being the
first
to write histories of civil society, of trade
&
of industry.
[06 Bogen, 11 Seite, L Column, p. 64]
Los franceses & los
ingleses por
último, hasta cuando ellos han
concebido
concebido de las conexiones de
este hecho con
la así llamada historia en una
altamente forma tendenciosa,
particularmente en cuanto
están sesgados por
una ideología política, tienen
todos siempre
la misma hechura la primera
tentativa de dar una base
materialista a la escritura de
la historia por ser los primeros en
escribir historias de la
sociedad civil, el comercio &
la industria. (Carver,
Terrel y Blank, Daniel 13)
Así que aquí Marx y Engels no
están interesados en una “concepción general de la historia”, sino en mostrar
la importancia de la historia concreta de la “sociedad civil, el comercio &
la industria”, que constituye como su “base materialista”. En otras palabras el
enfoque materialista no surge aquí en oposición a alguna suerte de idealismo o
idealidad, sino de colocar con claridad los aspectos concretos, “historias”, de
una sociedad dada. Por supuesto, no hay aquí una formulación abstracta de lo
que sería el materialismo histórico, aunque pueda estar presupuesta.
Carver avanza algunas
conclusiones: estos fragmentos no muestran tanto una “ruptura” radical, como el
paso de una “mirada filosófica sobre la humanidad, organizada a través de
tropos de la totalidad, pérdida y recuperación (incluso redención), da paso… a
un discurso politizado de una historia que se hace siguiendo objetivos, que los
dos autores asociación con el comunismo como movimiento”. (Carver, Terrel y Blank, Daniel 30)
Y especialmente porque la versión
exacta del texto se aleja de cualquier visión fundamentalista o dogmática;
muestra, más bien, el lento hacerse de una teoría, con sus vaivenes,
retrocesos, oposiciones y no una especie de verdad dada de una vez y por todas.
En el caso de Wei Xiaoping, se
avanza todavía más para dilucidar algunos temas claves especialmente
relacionados con la conciencia y con su racionalidad o irracionalidad, a la luz
de la nueva edición de los fragmentos llamados “Ideología alemana”. (Xiaoping)
“Exploro
algunos de los problemas teoréticos cruciales en torno a la naturaleza de la
subjetividad y la conciencia, y las diferentes aproximaciones aparentes en Marx
y Engels en varios niveles de su propia evolución”. (Xiaoping 4)
Wei Xiaoping encuentra que no
existen solo tres premisas históricas para entender cualquier fenómeno, sino
que en estos fragmentos aparece un cuarto elemento que ha sido prácticamente
descuidado: primero, la satisfacción de necesidades vitales; segundo, la producción de la vida material a
través de los instrumentos de producción; tercero, la vida humana como
consecuencia de los dos anteriores.
Sin embargo, junto a estos
elementos harto conocidos, se añade otro; Wei Xiaoping cita un texto que sería
clave para introducir este nuevo aspecto:
“Solo ahora,
después de haber considerado cuatro momentos, cuatro aspectos primarios de las
relaciones primarias históricas, encontramos que los hombres también poseen
´consciencia´” (Marx and Engels, 1976, 43; cf. 2004,
15-16). (Xiaoping 4)
Y más
adelante, una anotación de Marx al lado derecho del manuscrito, como nota al
margen:
“Los hombres tienen historia porque ellos deben producir su vida, y porque ellos deben
producirla además de una cierta
manera: esto es determinado por su organización física; su consciencia es
determinada justo de la misma manera”. (Xiaoping 5)
Este elemento que aparece
solamente en la edición del MEGA2, que introduce la consciencia
junto con las otras determinaciones ya conocidas, abre un campo para una nueva
reflexión, que trata de las relaciones de los seres humanos con las relaciones
sociales e incorpora como aporte crucial, el tema de los elementos irracionales
de la conciencia.
En este momento, se produce una
diferencia entre los enfoques de Engels y Marx. Para Engels la “Consciencia es,
por lo tanto, desde el inicio efectivo de un producto social, y permanece así
en la medida en que los hombres existan, que refleja no solo la escritura de
Engels sino el punto de vista de Engels”. (Xiaoping 6)
Así aparece la diferencia en los
enfoques: “la consciencia reflejada o restringida por el deseo natural, o por
las relaciones sociales; la una basada sobre la existencia natural y la otra
sobre la existencia social”. (Xiaoping 6)
Para decirlo de manera explícita:
o bien la conciencia es producto exclusivamente de las relaciones sociales o la
consciencia “depende de la existencia natural de los seres humanos” y llega a
ser social solo indirectamente. (Xiaoping 6)
El texto abriría el espacio para
un nuevo debate, que añade, de manos de Marx, ese otro aspecto igualmente
fundamental, que mira a los seres humanos en una doble dimensión: como ser
natural consciente y como ser social, como una consciencia irracional y como
consciencia racional.
Cualquier análisis, por ejemplo
de la consciencia de clase, debería tomar en cuenta estas dos entradas, que
confluyen y que quizás se fusionan, aunque nunca desaparecen del todo, de tal
manera que en la cuestión de la formación de la consciencia de clase ya no solo
se trata de analizar su emergencia, su conformación, a partir de las
condiciones de producción del capital, de las tareas que el proletariado y la
humanidad se plantean en una época dada, pero, con igual fuerza, establecer las
condiciones actuales de la relación entre la consciencia y la naturaleza, más
aún en un momento de desastre ecológico de la humanidad.
Así, finalmente, los cuatro
elementos de la concepción de la historia, quedarían de la siguiente manera:
“1. La
producción material es requerida para la vida diaria.
2. El modo de
producción corresponde con el progreso real de la producción.
3. La forma de
la relación, por lo tanto la sociedad civil, relacionada con el modo de
producción.
4. Los
diferentes niveles de la función de la sociedad civil como la base del
entendimiento de los diferentes resultados teoréticos y las formas de la
consciencia.” (Xiaoping 12)
Para concluir, hay que señalar
que todavía hace falta una serie de estudios que tope tanto los aspectos generales
del texto como temas particulares; además, habría que producir una
confrontación entre la obra inventada, La Ideología Alemana, que nunca existió,
y los fragmentos tales como aparecen en los manuscritos.
Todo esto llevará a repensar los
fundamentos mismos del marxismo, para comprenderlo a cabalidad como para
aplicarlo a la realidad actual, desde nuevas bases, con nuevos fundamentos.
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Engels, Marx y. La ideología alemana. Barcelona:
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Xiaoping, Wei.
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