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martes, 9 de junio de 2020

ONTONEGRITUD

ONTONEGRITUD


Lunes 25 de mayo del 2020. Minnesota. George Floyd, afroamericano es asesinado por un policía que le presionaba el cuello con la rodilla, mientras George susurraba: “No puedo respirar”.

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En principio estas reflexiones deberían llamarse Ontología de la Negritud, pero desde el inicio nos topamos con una dificultad crucial: esta ontología desde su punto de partida se muestra como imposible. Entonces, ¿cómo aproximarse a este campo si está signado por lo imposible? ¿Y de qué negatividad absoluta se trata en la medida en que atañe al campo del ser? Una imposibilidad de hecho que proviene de que una parte de la humanidad, signada por la negritud, puede ser matada sin que se cometa un crimen, en la medida en que siguen siendo excluidos de los derechos básicos. El hombre negro reducido a la nuda vida. (Agamben, 1998)

Por este motivo, prefiero denominarla Ontonegritud, con la especial connotación que tiene el término en español, que tiene diversos matices y creo que todos estos confluyen en esta ontología: el cruce entre la denominación racial, un negro, y la situación infeliz de opresión a la que remite, aunque quizás desemboca en una postura que lleve a una serie de conceptos que nos permitirán entender no solo esta área en particular, sino iluminar el campo entero de la ontología e incluso de ciertos debates epistemológicos.

Link: 

https://mega.nz/file/0k81QAAB#icaw_6bsrQGWK6y13DyCx8eQPYwfhS7R6th1NyDnovk


lunes, 8 de junio de 2020

METAFÍSICA VUDÚ

METAFÍSICA VUDÚ

Análisis de la espiritualidad haitiana que reconstruye su ontología, más allá del tremendismo de Hollywood y de Occidente,

Aproximarse a la metafísica vudú, extraer de ella la ontología de la negritud haitiana, es una tarea extremadamente difícil, no solo por la distancia cultural sino por las profundas distorsiones a las que ha sido sometida por la intervención occidental. Una rápida búsqueda en Google arroja la imagen profundamente alterada de la espiritualidad vudú, en donde se mezclan toda clase de artefactos extraños: terror, zombis, muñecas clavadas con alfileres, magia negra, magia blanca, hechizos, experiencia pseudoespirituales que se venden y ocasionalmente algún estudio crítico y serio.

Link: https://mega.nz/file/Ns8SQQjA#chmhE5-ceeFxO_KJP_dbNuGSsQD2v4aOpG989QpxalY

miércoles, 29 de abril de 2020

PUERTA DOBLEMENTE CERRADA


PUERTA DOBLEMENTE CERRADA

Obra de teatro.

Autor: Isidro Luna.

Obra en un acto y diez escenas

Basada en A puerta cerrada de Sartre

Tres personajes, dos mujeres y un hombre, en un gran espacio dividido en tres cajas de cristal, en donde se encuentra cada uno de ellos. Cada caja tiene una puerta que da hacia la caja central, además de una ventana. Los personajes por ningún motivo llegarán a tocarse, habrá siempre entre ellos al menos dos metros de separación. Tienen una edad indefinida, podría ser treinta años o bien cincuenta. Son ese tipo de personas indescifrables a primera vista. Carmen está ubicada en la caja de cristal central, Damián a la derecha y Dora a la izquierda. Desde luego, las cajas están abiertas de cara al público.

Los personajes mencionan varias cosas, como cigarrillos o comida. Nada de esto aparecerá. Ellos imaginan esos objetos y hacen como si fueran reales.


PERSONAJES

Carmen
Dora
Damián
          
Música: Juan Campoverde, Topografías, 1996. (Se la puede escuchar en https://soundcloud.com/juancampoverdeq)

Ilustración portada: Valerio Valencia

Editorial Marvariable. Quito, abril del 2020. Edición Digital.

                            Escrito durante la pandemia.



Link de descarga: https://mega.nz/file/osklkYCD#842QWDU-10RsBVi-sVF0fCBvvVbuWFKLUjl6puHHvDU 

martes, 31 de marzo de 2020

GRAZNATÚA Y PATANCRUEL

GRAZNATÚA Y PATANCRUEL

Obra de teatro para estos tiempos oscuros:

https://mega.nz/#!d882BYoS!57KD2X3NvoMa6zcOdegYq-WldsJaGbS_6eXr18kuETA

viernes, 27 de marzo de 2020

SER PERSONAS EN AMERINDIA

SER PERSONAS EN AMERINDIA:

Artículo que analiza los modos de existencia de las personas en Amerindia, como diferenciadas de Occidente, desde una mirada estrictamente ontológica, y que parte del análisis de grupos étnicos tales como los Wari y Tzeltales:

https://mega.nz/#!0lsDHQIC!EqvH1NPE1XWixrn07BSe10B7EMX6XV_2Oef6yrDSJNY

martes, 12 de noviembre de 2019

LOS FENÓMENOS SATURADOS EN STÉPHANE VINOLO



STÉPHANE VINOLO, LA FENOMENOLOGÍA DE LA DONACIÓN COMO RELEVO DE LA METAFÍSICA.
(Puce, Quito, 2019)

Entre los distintos fenómenos que pueden darse, aparece este que se denomina: saturado, y que su primera característica es que rebasa al concepto que trata de aprehenderlo, que no puede estar contenido todo en él: “Al desbordar el simple concepto, sin ser precedido por él, el fenómeno saturado es imprevisible. No es iterable: al surgir la singularidad absoluta…” (105)

Y tiene relación inmediata con un fenómeno que no emerge primero de la comprensión del sujeto, sino que “se da de sí-mismo y en sí-mismo” (105), previo a toda conceptualización. Es el don puro el que tiene, de manera preeminente, este carácter de saturado, que le lleva a mostrarse de un modo “radicalmente nuevo, puesto que ya no se da en la medida en que se muestra…” (107)

El conjunto de fenómenos saturados, acontecimiento, ídolo, carne, ícono, tienen su realización en aquellos “fenómenos de la revelación”, que “llevan la lógica de la saturación a su límite extremo”. (111)

Antes de continuar con la revisión de dichos fenómenos, es preciso quedarse un momento en estas grandes afirmaciones que tienen implicaciones de fondo y que es preciso aprehenderlas correctamente. Admitiendo provisionalmente que efectivamente existieran estos fenómenos saturados, ¿qué son realmente? ¿De qué manera escapan a la conceptualización y, sobre todo, cómo vuelven a ella?

Lo primero que se cuestiona en este caso es la coincidencia plena entre fenómeno y concepto, de tal manera que no se da el caso de que una serie de nociones o teorías puedan agotar dicho fenómeno, sino que este siempre los rebasa. Esto no significa que el fenómeno deje de ser comprensible, sino que hay un exceso de significación.

Pero, ¿crea esto una región de irracionalidad en donde hay fragmentos de lo existente que no pueden ser entendidos? Si no me equivoco en la lectura de Vinolo, hay dos cuestiones que permiten evitar este riesgo: el fenómeno saturado se da a sí mismo y en este darse permitiría ser captado, al menos en parte, sin que se le pueda agotar. Este libro de Vinolo sería, en este sentido, una manifestación parcial de ese darse; y en cuanto es revelación, crea no solo la comprensión que se pueda tener de él, sino que produce el sujeto que lo capta, porque este emerge en ese fenómeno de la dación.

Añadiría, por mi parte, que esta no coincidencia plena entre fenómeno y concepto, es la norma, pero que esto no lleva siempre en dirección de un fenómeno saturado, sino que remite a las conexiones parciales que estos elementos tienen. Los fenómenos pueden ser pensados desde diversas teorías; pero, al mismo tiempo, nunca fenómeno expresa de manera completa unos determinados conceptos. Estas conexiones parciales establecen relaciones de doble vínculo entre ellas, así estamos viajando constantemente de una interpretación parcial a otra.

domingo, 10 de noviembre de 2019

EL DON PURO EN STÉPHANE VINOLO


EL DON PURO.

STÉPHANE VINOLO, LA FENOMENOLOGÍA DE LA DONACIÓN COMO RELEVO DE LA METAFÍSICA.

(Puce, Quito, 2019)

En el libro de Vinolo, de reciente publicación, hay un conjunto grande de temas que merecen ser discutidos con mucho detalle y profundidad, en la medida en que plantea cuestiones que, a pesar de su abstracción, son relevantes para el mundo actual; además, de que están expresados con el máximo rigor posible, alejándose de las banalizaciones que encontramos tan a menudo.

En esta primera revisión, se empieza por lo que denomina el don puro. Para llegar a establecer la posibilidad y, luego, la existencia del don puro, es preciso “liberar el fenómeno de a objetualidad y de la condicionalidad subjetiva”. (55) No podría ser puro si estuviera atrapado por las cosas y por nuestra aprehensión de ellas.

Utilizando una perspectiva fenomenológica, el don “invisible es condición de toda visibilidad” (5)), en donde no se trata de que lo invisible permita ver algo, sino que es “el invisible que repentinamente se da a la vista”. (59) Para llegar hasta este momento, se recorren tres reducciones fenomenológicas: el don sin objeto dado, el don sin donatario y el don sin donador.

Pero, si se excluye objeto del don, quién da y quién recibe, ¿qué queda del don? ¿Es equivalente a la nada? ¿Se deshace en el vacío? Ciertamente se puede aceptar con facilidad que, en el fenómeno del don, lo que se da, muchas veces, tiene poco que ver con el objeto; este seguramente transporta algo que le rebasa.

Mucho más difícil es sostener que no hay en el don puro un donatario: nadie recibe el don. Es indispensable poner entre paréntesis al sujeto; porque si sabemos a quién está dirigido el don, el donatario sería la causa del don “sea porque nos inspira compasión, o porque le deseamos el bien”. La pureza del don quedaría contaminada por esta suerte de utilitarismo del don, aunque sea en nombre del bien.

El don puro exige no estar motivado: “damos por ayudar o por aliviar nuestra conciencia o incluso, por reparar aquello que consideramos una injusticia”. (67) Si estas razones prevalecen se “suprime como don”. Además, introduce el peor aspecto del don que no es puro, que es la exigencia de 
reciprocidad, de que sea devuelto a través de algún tipo de compensación, como diría Simone Weil.

De igual manera, estos conflictos se reproducirían en caso de que existiera un donador. Por esto, es indispensable insistir en que es el mismo don el que se da y no hay alguien que da el don, que lo sacaría de sí mismo para dárselo a otro.

Entonces, se podría preguntar, tal como lo hace Derrida, ¿no será que el don puro es imposible? Se trataría de una imposibilidad constitutiva de lo que existe, sin lo cual lo que existe no podría darse, como es el caso de la relación justicia y derecho, amistad y la amistad específica de dos personas. También podría tratarse de una suerte de vaciamiento completo, subjetivo y objetivo, para dejarse atravesar por el don, como podría formularse en términos de Simone Weil. La respuesta de Marion, debatida por Vinolo, va en una dirección contraria. Este don puro existe, pero su modo de existencia está más allá del ser y del no ser.

Más allá de la respuesta específica que se dé a la cuestión del don, me parece que su importancia radica en que coloca ante nosotros la necesidad de un debate contra el capitalismo, y el dinero como su máxima realización, que está basada en el intercambio, en el cálculo exacto, en la transacción monetaria de absolutamente todo, porque todo se puede intercambiar a través de la moneda.
Entonces, ¿cómo sería posible el don puro en nuestras sociedades? ¿Qué forma adoptaría? ¿Qué sería aquello que se da a sí mismo, lo invisto que se muestra y que él mismo un don, más allá del sujeto y del objeto?

¿Se trata de una utopía o, por el contrario, estamos tan sumergidos en la lógica del intercambio, por norma, desigual, que no es imposible aceptar la existencia de un don que no sería otra cosa que la forma del darse en cuanto darse?