Translate

martes, 17 de diciembre de 2013

BAUDRILLARD O EL REVERSO DEL CANIBALISMO.



El pensamiento caníbal tiene entre sus ejes fundamentales, la comprensión de la lógica interna de la cultura dominante, necesitamos conocer sus mecanismos inherentes de funcionamiento, la calidad de sus abstracciones, las tendencias invasivas que no dejan lugar a salvo.
Este entendimiento debe incluir la visualización de los límites, fallas, fracturas del pensamiento occidental. Más aún aproximarse a aquellas posiciones que ponen en jaque los mecanismos de producción y reproducción de los conocimientos y los valores occidentales, desgarrando la densa trama del poder.
En este contexto, los debates propuestos por Jean Baudrillard nos resultarán útiles, no tanto por aquello que propone, sugiere o dice, sino porque es un síntoma exquisito de la quiebra de la razón occidental.
Si el pensamiento caníbal intenta reconstruir la lógica cultural del capitalismo tardío, las teorías de Baudrillard muestren en su máximo esplendor y con toda la ironía, las contradicciones, irracionalidades de la razón occidental, además de abrirse a otras tradiciones del saber, como las gnósticas y maniqueas, que están detrás de la razón posmoderna, aunque oculta en los planos subterráneos.
Por eso, se ha elegido este enfoque que toma a Baudrillard como el reverso del pensamiento caníbal. Sin embargo, hay que introducir un giro en su pensamiento, tal como insistía Husserl, en el sentido de que la crisis no era de la ciencia o el conocimiento en general sino la crisis es de la ciencia europea.
De este modo, podemos leer a Baudrillard como una descripción, muchas veces extrema, de lo que efectivamente pasa en esta época en Occidente y que conduce a su vaciamiento, que nos permite ver el agujero negro de la acumulación capitalista que lo devora toda, incluso aquellas ganancias que vinieron dadas por la democracia y por el estado de bienestar.
Se podría decir que los simulacros y las estrategias fatales le pertenecen a la civilización occidental y a su crisis. Sin embargo, estos elementos no están distribuidos de manera uniforme en el mundo, ahora bajo el signo de la globalización y la profunda crisis sistémica que vivimos.
En América Latina en donde la realidad es tan brutal, por la pobreza, desempleo, marginalidad, inseguridad junto a la ansiedad de modernidad, la relación entre lo real y su doble tiene que ser redefinida. ¿Cómo se expresan estos vínculos problemáticos entre la promesa de futuro y la fatalidad del destino que nos impone el capitalismo tardío vistos desde América Latina?

No hay comentarios:

Publicar un comentario