La violencia ordenada
por el gobierno sigue al pie de la letra las órdenes del Ministro de Defensa:
hay que escalar las acciones y si es necesario usar la fuerza letal,
simplemente tirar a matar. Ya contamos con cuatro muertos, más de setecientos
detenidos, decenas de detenciones ilegales, manifestantes golpeados, desalojos,
posibles torturas.
Frente a la violencia
no hay otra respuesta que profundizar la movilización en todo el país,
demostrarle que el miedo que se nos quiere imponer no nos detendrá, que estaremos
en las calles hasta que se deroguen las medidas económicas tomadas por el
gobierno en contra del pueblo.
La agresión de la
policía y del ejército es tan brutal que necesitamos organizarnos mejor,
coordinar las luchas y sobre todo romper el cerco informativo de la prensa que
se ha volcado de lleno a apoyar al gobierno. El país que oímos en las radios y
que vemos en la televisión no es el que tenemos en la calle.
Difundir lo más
ampliamente posible los comunicados de obreros, indígenas, campesinos, mujeres,
movimientos sociales. Filmar con todos los medios a nuestro alcance lo que
realmente pasa en las calles, en donde resistimos contra las balas y los gases
lacrimógenos, registrar los desalojos en donde no se tiene ninguna
consideración, aunque haya niños y mujeres embarazadas.
Publicar los análisis
que muestran el estado desastroso de nuestro país: inseguridad, desempleo,
extrema pobreza, trabajo precario, jóvenes sin acceso a la educación, migrantes
abandonados a su suerte.
Hay que impedir que la
xenofobia que crece incluso entre sectores populares se detenga. Esto no es
culpa de los migrantes, es el gobierno el gran responsable de nuestros males. Y
los saqueos y vandalismos no son sino producto de esas grandes barriadas
abandonadas en las grandes ciudades que, aunque no se las puede justificar, se
combate con trabajo y oportunidades.
En estos momentos en
donde fuerzas políticas quieren aprovecharse de las manifestaciones populares,
se las tiene que rechazar, mostrar que tienen una enorme responsabilidad sobre
lo que está sucediendo. Pero, al mismo tiempo, combatir las declaraciones
gubernamentales y de otros partidos que, como ya lo hemos visto en tantas
ocasiones, solo tienen en la mente conspiraciones y golpes de estado.
Este paro nacional es
en defensa de los derechos de los pobres y no tiene que ver con los juegos
políticos. Es el pueblo ecuatoriano luchando en la calle y no somos títeres
manipulados por nadie ni de fuera ni de dentro. Hay que expulsar de nuestras
marchas a estos sectores que siempre nos dieron la espalda y ahora pretenden
apoyarnos.
Rechazamos
enérgicamente la política socialcristiana en Guayaquil que apoyada en el peor
de los localismos, pretende ponerse a la “defensa” de Guayaquil, después de que
ha gobernado por más de veinte año sin resolver los problemas de la gente, del
suburbio, sin haber generado las condiciones para enfrentar las oleadas
delincuenciales.
TODOS A LAS CALLES
CONTRA EL GOBIERNO ANTIPOPULAR
FUERA JARRÍN, MINISTRO
DE DEFENSA
FUERA ROMO, MINISTRA
DEL INTERIOR
POR UN GOBIERNO DE
OBREROS, INDÍGENAS, MUJERES, CAMPESINOS Y ORGANIZACIONES SOCIALES.
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