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miércoles, 24 de enero de 2018

TEORÍA DE LA FORMA

El proyecto Teoría de la Forma ha entrado en su fase final, que tiene que ver con una reflexión sobre sus teorizaciones y sus productos. Creemos que se ha logrado, con todas las limitaciones de las que somos conscientes, conformar una marca especial, una suerte de duplicación de sí misma, como proyecto y como “estilo”; por eso, hemos decidido colocar, en vez de TM -Trade Mark- esta redundancia como aquello que lo identifique visualmente: TEORÍA DE LA FORMATF

En el debate sobre la existencia de unas ciertas tendencias, estilo, corriente, escuela, o como se quiera llamar, a donde habríamos arribado luego de cinco años de investigación estética y práctica artística, consideramos que hay dos componentes que nos atraviesan y que pueden dar cuenta tanto de las proximidades como de las diferencias dentro del grupo, de los hallazgos colectivos como de las creaciones individuales, de aquellas distinciones que introdujimos y de las diferencias consecuentes.

Proponemos que esos componentes son al menos dos nucleares sobre los que tenemos que reflexionar y ver si efectivamente tienen una capacidad heurística sobre los productos realizados en este trayecto.
Primero, el pathos-formal que recupera la doble dimensión de nuestro trabajo: el cuidado por la forma y la pasión por la experiencia.

Segundo, la estética del gesto que atraviesa la serie de obras a pesar de la diversidad de sus campos: danza, teatro, escultura y pintura, música y que, de alguna manera, termina por contaminar a la teoría.
Ahora se trata de precisar el sentido que le damos a estos términos, la acepción precisa sobre estos, al igual que los desplazamientos en sus significaciones a través de una actitud predatoria sobre estos; esto es, en qué dirección se deslizan estos conceptos para encontrarse con nuestras reflexiones y producciones.

Comencemos con el pathos-formal: desplazamiento el pathosformeln de Aby Warburg, fórmulas estéticas que cada época de la historia del arte repite para construir su identidad y que producen tanto en el artista como en el espectador una determinada experiencia, con una cierta intensidad.

Desde este punto de partida, transformamos esta noción de Warburg en pathosformal, de la mano de Didi-Huberman, para indicar las constantes figurales de un estilo artístico o de un artista, que pueden o no ser figurativas o representacionales. (Lyotard)

Así desembocamos en este matiz especial que le damos a la idea de pathos-formal: estamos en el reino de la forma y de las formas; y nos interesa la experiencia que tenemos de ella, como núcleo del arte y de la estética, y no solo de los contenidos que estos puedan transmitir. El arte como preocupación por la forma, que se desdobla permanente en su plano figural y en su plano representacional.

Más aún, un arte que únicamente alcanza a representar adecuadamente en la medida en la que esta representación sea mediada, conducida, llevada por las figuraciones, que corresponden de lleno al orden de la forma.

Sobre esta forma, con sus desplazamientos figurales y sus concreciones, se vuelca nuestra experiencia estética, con tal grado de intensidad que termina por ser un pathos. Una pasión por la forma, que creemos que caracteriza la Teoría de la Forma™.

Entonces, más allá de las diferencias que son evidentes en las producciones de danza, teatro, música, escultura, pintura, literatura, de nuestro grupo, subyacería, casi siempre anunciada y no enunciada, una pasión por la forma, un cuidado preciso, redundante, insistente, obsesivo, sobre las formas que cada quien ha encontrado. Pasión por la forma e inmediatamente, pasión por nuestras propias formas.
Y, en segundo lugar, una estética del gesto formal, que rueda para convertirse en gestualidad específica en la obra de arte concreta, solo porque ha partido de este nivel de abstracción. Por eso, es un gesto figural, que inaugura espacios en donde las obras pueden parecerse y diferenciarse, cambiar yendo en otra dirección y, sin embargo, mantener un cierto aire de familia que los hace reconocibles, no tanto en el contenido o en la representación, sino en ese gesto que explicita la pasión por la forma.
Partimos de las reflexiones de Eisenstein sobre la forma del filme, en donde en la cadena de montaje hay una puesta en escena, que pone en juego un poner en gesto. Aunque, como en el caso anterior, introducimos variaciones, que en este amplían los significados, de esta noción de gesto, que sería consustancial a toda forma de arte.

Pero, ¿qué es un gesto? Un gesto es una mediación de la mediación, que no conduce a un fin determinado, sino que se agota en sí mismo. Como es el caso de la danza: “…Y como, por su ausencia de intención, la danza es la perfecta exhibición de la pura potencia del cuerpo humano,  de tal manera que se puede decir, en el gesto, cualquier miembro, una vez liberado de su relación funcional -orgánica o social-, puede por la primera vez explorar, sondear y mostrar sin agotarlas todas las posibilidades de que es capaz.” (135)

Así el gesto tiene que ver una especial relación del “agente respecto de la acción” (137), en el cual el medio carece de fin, suspende el fin, lo torna ineficaz y por lo tanto, puede ser ante todo gesto formal, sin lo cual después de todo, no es arte.

La acción cotidiana, aquella orientada hacia fines, queda convertida en “acción teatral”: “en el acto mismo en el que se cumple la acción, juntos la detienen, la expone y la coloca a una distancia de sí misma”. (137) Un gesto formal que suspende, que convierte en inoperativo el gesto cotidiano, el gesto que solo busca una finalidad.

En esta suspensión, en este volver inoperativa la acción tal como normalmente la entendemos, el gesto artístico se desplaza hacia su propia medialidad, se torna figural, como fundamento de cualquier posibilidad de representación:  “Si llamamos ´gesto´ a este tercer modo de la actividad humana, podemos decir ahora que el gesto, como medio puro, interrumpe la falsa alternativa entre el hace que siempre es un medio revuelto con un fin -la producción- y la acción que tiene en sí misma su propio fin-la praxis-“ (138)

En esta gestualidad, gesto de la forma y forma gestual que va de lo figural a lo figurativo, de lo figural a la representación, hay un nihilismo, una actitud predatoria que deja en suspenso también algún aspecto crucial de las tendencias modernas o posmodernas del arte, que se niega a sumarme completamente a una moda, a un paradigma, a una escuela establecida.

Un nihilismo que, al contrario del de Nietzsche, no se supera, sino que se mantiene dentro de los polos irrebasables, que se resiste constantemente a ser desbordado por alguna solución que provenga del predominio del contenido aislado de su figural o de la preeminencia de aquello que sea mera “forma”, gesticulación de los cuerpos que no exprese los subtextos, los códigos ocultos, las sustancias que le subyacen.

Desde luego, en cada obra de arte se establecerá ese doble nivel; de una parte, el gesto formal que le permite existir, que introduce la distinción constitutiva de tal o cual propuesta, y luego la puesta en escena, en donde se juega la explicitación de lo que había sido elidido, de ese subtexto que es la “verdad” de la obra, si seguimos a Eisenstein.

Puesta en juego permanente que se desplaza, con una inquietud que no cesa, de abstracciones formales, de dispositivos en movimiento y productos concretos de estas máquinas en plena acción.



 Agamben, G. (2017). Karman. Breve trattato sull´azione, la colpa e il gesto. Torino: Bollati Boringhieri.


miércoles, 3 de enero de 2018

ACCIÓN Y VOLUNTAD EN GIORGIO AGAMBEN, KARMAN. 1.

A fines del 2017 se ha publicado el más reciente libre de Giorgio Agamben, Karman. Breve trattato sull¨azione, la colpa e il gesto. (Agamben, Karman. Breve trattato sull´azione, la colpa e il gesto, 2017) Como se ha señalado en algunas recensiones, este libro bien podría formar parte del proyecto Homo Sacer[1], porque hay una clara continuidad con los debates contenidos en este y porque prolonga las reflexiones contenidas en L´uso dei corpi y en El sacramento del lenguaje. (Agamben, L´uso dei corpi, 2015) (Agamben, El sacramento del lenguaje, 2010)

Antes de entrar en los contenidos específicos de Karman me parece necesario ubicar con claridad la tesis que subyace a este trabajo y a los otros mencionados, sin lo cual quizás se pierde de vista lo que realmente se está debatiendo, lo que en el fondo está en juego.

Se trata, nada menos, que de rastrear la posibilidad de escapar de la lógica judeo-cristiana y preguntarse si no hay otro modo de pensar la realidad, otra manera de escapar a los paradigmas que han estructurado a Occidente de una tan brutal; y que han terminado por ser el fundamento de la modernidad y del capitalismo.

Por eso, las tesis que sostiene Agamben se verán tan radicales, tan contracorriente, impugnando aquellas bases sobre las cuales se levanta el edificio entero de Occidente, como es el caso de la relación entre la acción y la voluntad, que es el tema específico de este texto y que conduce inmediatamente a la introducción de la ley y la pena -junto con la culpa-

Agamben hace una lectura de ciertos términos y de su entendimiento para mostrar su irreductibilidad a la metafísica Occidental, señalando la ruptura que introduce el cristianismo con el pensamiento griego y ni se diga con el budismo.

Siguiendo el rastro de Simone Weil, Agamben reconstruye lo específico de la “fuente griega” y la imposibilidad de que provengan de allí aquellos conceptos fundamentales para la tradición judeo-cristiana. Más allá de las razones que Weil da para no aceptar el bautismo, subyace a sus reflexiones esta convicción de que su experiencia del mundo no es compatible con Occidente, porque ha leído a Grecia de otro modo. (Weil, 2007)

Por esto enuncia un programa entero contenido en sus propias palabras, que será necesario discutir, profundizar y extraer todas sus consecuencias:

“La política y la ética de Occidente no se liberará de la aporía que ha terminado por volverla impracticable, si el primado del concepto de acción -y de aquella de la voluntad, que son inseparables- no es puesto radicalmente en cuestión”. (Agamben, Karman. Breve trattato sull´azione, la colpa e il gesto, 2017, pág. 100)

Y más aún si esta aporía se ha convertido en el paradigma dominante, incluso para las posiciones crítica de la política en Occidente, de la mano de sus principales teóricos:

“Esto es tanto más urgente en este momento que hasta uno de los estudios que más influencia han ejercido sobre la filosofía política del siglo XIX, La condición Humana de Hannah Arendt, el rango de la acción en la esfera pública se ha afirmado con fuerza”. (Agamben, Karman. Breve trattato sull´azione, la colpa e il gesto, 2017, pág. 100)

Aquí tenemos ya los términos cruciales de la discusión: acción ligada a la voluntad, o una voluntad que lleva a la acción a partir de ella misma, sin otro fundamento que ella misma; y esta gigantesca afirmación convertida en el núcleo de la práctica política y ética.

Agamben, G. (2010). El sacramento del lenguaje. Buenos Aires: Adriana Hidalgo.
Agamben, G. (2015). L´uso dei corpi. Vicenza: Neri Pozza Editore.
Agamben, G. (2017). Karman. Breve trattato sull´azione, la colpa e il gesto. Torino: Bollati Boringhieri.
Weil, S. (2007). La gravedad y la gracia. Madrid: Trotta.





[1] He realizado una revisión crítica del proyecto Homo Sacer en: Rojas, Carlos, Estéticas caníbales. Del Ethos barroco al ethos caníbal, volumen 3, Universidad de Cuenca, Cuenca, 2018. (En prensa). Se puede consultar en su versión digital en: http://www.filosofiaecuador.org/carlos-rojas-reyes/

sábado, 9 de septiembre de 2017

ALCANCES HUSSERLIANOS A LA TEORÍA GENERAL DE LA FORMA

En la formulación de una Teoría General de la Forma -TGF- aparecen aspectos que requieren de una profundización, a fin de que el concepto general de Forma, con sus diferentes derivaciones, adquiera el máximo de precisión, sobre todo pensando en las enormes dificultades que atraviesa un acceso correcto debido al carácter generalísimo de esta noción.

Su campo significativo es tan vasto, su pragmática penetra en casi todos los campos de una y otra manera, la banalización y el uso automático del término, han conducido a las dificultades de su elucidación; incluso la vieja contraposición entre forma y contenido no deja de estar presente, así como un sesgo que lleva a que cada vez que se plantea una reflexión desde la forma, se la entiende como una variante de alguna escuela o tendencia formalista.

Estas primeras aclaraciones se sustentan en una reflexión sobre Husserl en su Lógica formal y lógica trascendental; desde luego, primero se tratará de establecer cuáles son los principales postulados y desarrollos en esta obra y luego confrontarlos con la TGF, a fin de permitir tanto una dilucidación del texto de Husserl como un avance en la comprensión de la Forma. (Husserl, 2009)

Husserl parte del par correlativo: ontología formal y apofántica formal, que siempre van juntos y en donde cualquier movimiento en el uno, significa un desplazamiento del otro; esto es, funcionan como correlatos, de tal manera que el uno no puede darse ni entenderse sin el otro porque se presuponen mutuamente.

Ontología formal que Husserl entiende como unas “objetividades inherentes a las mismas proposiciones; esta ontología formal lleva, en su nivel supremo, el nombre de teoría de la multiplicidad”. (Husserl, 2009, pág. 109)

Objetividades inherentes que crean una región formal, en donde se abstrae el contenido material; o si se prefiere, se deja de lado su apofántica, su modo de darse efectivo y queda solamente mostrada una “dirección óntica”, una intencionalidad que señala hacia dónde se dirige la ontología formal en su paso a la apofántica formal; esto es, no todavía el darse efectivo sino la posibilidad del darse efectivo guiado por la dirección óntica de la ontología formal. (Husserl, 2009, pág. 124)

Las objetividades inherentes contienen, entonces, unas “configuraciones ontológico-formales”, de las cuales dependen enteramente, como su intencionalidad; y como ha dicho antes, este es un espacio de la multiplicidad, que tiene un carácter productivo, pues a partir de este se produce el despliegue de ese campo específico de la realidad.

La cuestión fundamental radica en preguntarse si estas consideraciones husserlianas, ubicadas enteramente en el plano de la lógica formal y trascendental, así como en el plano cognoscitivo, pueden trasladarse al plano ontológico, y de ser el caso, mediante qué procedimientos, transformaciones, alteraciones, desplazamientos. Esto es, sacar a la forma de su contexto lógico y colocarle en el espacio ontológico, siguiendo la guía hermenéutica desarrollada por Husserl.

De ser este el caso, los conceptos mencionados anteriormente adquirirán una nueva connotación, porque en su desplazamiento arribarán a tener significados ontológicos. Así, la ontología formal no se refería a la serie de características y componentes de la forma “lógica” sino de la forma en cuanto existente, dada allí en la realidad. La ontología formal no se opone a la ontología, sino que se convierte en su núcleo central.

En este sentido, la noción de ontología formal no se referiría a un campo de la lógica, en donde se trata de hallar los aspectos universales y necesarios que fundamentan los juicios y los razonamientos, sino a la propia ontología como aquello que versa sobre lo real, en su momento formal. La forma existe realmente y de allí que se la analiza a través de la ontología formal.

Toda ontología debería tener, por lo tanto, una ontología formal; esto es, el modo de darse las formas en esa región específica de la estemos tratando. No puede existir una ontología que no sea al mismo tiempo, ontología formal, en cuanto la forma es productora de la realidad y, a su vez, es producida.

De la misma manera, el concepto de intencionalidad no está referido únicamente a la colocación de un objeto que siempre hace de correlato de un sujeto, en el sentido de que toda conciencia es conciencia de… un determinado objeto, sino que la intencionalidad se traslada nuevamente al plano ontológico, lo que permite decir que toda forma es intencional; esto es, toda forma es forma de… un contenido determinado, de una materialidad o una virtualidad, o de una realidad dada.

Ahora veamos los resultados que arroja el texto de Husserl leído en modo ontológico. Si miramos hacia los diferentes niveles de la reducción, con la epojé incluida, previamente a su dilucidación lógica trascendental, tenemos que buscar en la realidad y no solo en la esfera de la lógica, en dónde y cómo estos fenómenos de la epojé, de la puesta entre paréntesis, inauguran nuevos campos de lo real. Por ejemplo, se muestra plenamente en los procesos de abstracción real que dan surgimiento a la forma valor o al dinero, tal como mostró Marx en El Capital o como se puede ver en la manera cómo actúa efectivamente cada software.

Esas trascendencias de las que habla Husserl son, en primer lugar, fenómenos que se dan, que se constituyen y, como él lo muestra bien, una vez dadas se convierten en “guías transcendentales, en modos en los que se conforma la realidad. El análisis lógica trascendental solo es posible en la medida en que unas “una reducciones”, una puesta entre paréntesis, unas abstracciones se han producido efectivamente:

“Sin duda, solo el descubrimiento de la reducción fenomenológica-trascendental, con su epojé universal respecto de todos los datos mundanos, respecto de todas las trascendencias que aparezcan con pretensión de ser “en-sí”, puso en franquicia la esfera concreta del ser trascendental y abrió camino a los problemas constitutivos, particularmente a los problemas para los cuales las trascendencias “entre paréntesis” deben fungir como “guías trascendentales”. (Husserl, 2009, págs. 332-333)

Los procesos descritos rigurosamente por Husserl, especialmente la conformación de una esfera en un campo marcado por la introducción de una forma y la apertura a un conjunto de posibilidades y de un entero mundo posible, tiene que ver con el modo de darse de todas las cosas, incluido el fenómeno específico de la constitución de la subjetividad trascendental.

El sujeto trascendental no se deriva de una epojé fenomenológica y trascendental que mostraría el núcleo que lo hace ser tal, como correlato de una objetividad en su intencionalidad, sino que se desprende de la forma que ha creado un campo marcado, en donde estas u otras subjetividades se tornan posibles y luego, efectivas:

“Una ontología formal de un mundo posible, en cuanto mundo constituido por la subjetividad trascendental, es un factor dependiente de “otra ontología formal” que se refiere a todo ente con cualquier sentido, al ente como subjetividad trascendental y a todo lo que en ella se constituye.” (Husserl, 2009, pág. 335)

Sin embargo, no significa que tengamos que desechar las dilucidaciones de Husserl, sino que mostrar a qué debería referirse efectivamente; es decir, que aquellos procesos de reducción, de epojé y las relaciones que se exponen en la lógica trascendental se dan, pero no solo en la esfera lógica sino en el campo de lo real. Así, se historiza plenamente la lógica trascendental, tal como se ha mostrado en otro lugar[1].

Entonces, hay que preguntarse por el modo de constitución de lo real, que incluye una ontología formal y el modo en que se vuelve efectivo a través de su apofántica, de su manera de volcarse sobre la realidad siguiendo las determinaciones y el conjunto de posibilidades abiertas por la forma

“Pero cómo poner esto en práctica: cómo realizar sobre una base absoluta, la idea más general de una lógica formal como ontología formal y como apofántica formal; cómo constituir, en el marco de la ciencia universal absoluta y última, la fenomenología trascendental como un estrato que necesariamente forma parte de dicha ciencia…” (Husserl, 2009, pág. 333)

Luego, de manera derivada a este primer proceso, se da paso a la cuestión de cómo se da la forma, en sus estructuras generales y también en sus modos de darse generales, dentro de un campo marcado por una forma determinada. Esto es lo que debería entenderse por fenomenología trascendental.

Interesa sobremanera preservar la relación entre la ontología formal y la apofántica formal, porque nos envía a la cuestión de cómo la forma parte de su ontología formal, de la introducción de una distinción que abre un mundo posible y la apofántica formal como la sucesión de concreciones posibles de esa forma en ese mundo posible. Más adelante, tendremos ya una apofántica, un volcarse de ese par ontología formal/apofántica formal en una realidad efectiva o virtual.

La forma tiene ansiedad de expresión, en cuanto existe únicamente como desdoblado con su par correlativo apofántico; no son dos aspectos que puedan ser separados, sino que oscilan constantemente de un extremo a otro. La forma establece el modo de existencia, la apofansis es la existencia misma en el conjunto de sus determinaciones, de sus condiciones, incluso de sus procesos azarosos.
  
Husserl, E. (2009). Lógica formal y lógica trascendental. México: UNAM.







[1] Véase Rojas, Carlos, Estéticas Caníbales, Vol.2. 

viernes, 8 de septiembre de 2017

Giorgio Agamben, The Omnibus Homo Sacer.

Como sabemos el Proyecto Homo Sacer está completo; aunque fueron escritos y publicados en un orden distinto a la organización final que le ha dado Agamben; por esto, se ha publicado en inglés este The Omnibus Homo Sacer, que recoge los nueve tomos que lo conforman. De hecho, la idea sería realizar una lectura siguiendo este orden y así establecer la secuencia lógica -o las dificultades de esta-, así como las relaciones, continuidades y discontinuidades del proyecto.

Una primera aproximación crítica a esta lectura se puede encontrar en Carlos Rojas, Estéticas caníbales, volumen 3, que sigue la secuencia propuesta y que es posible porque los nueve tomos se encuentran publicados en español, aunque en volúmenes separados.

Por otra parte, la edición en inglés se extremadamente útil porque contiene un índice temático y de autores de todos los tomos, lo que permitirá una mejor lectura del proyecto Homo Sacer. Este es el contenido tal como se encuentra en esta edición del proyecto completo del Homo Sacer:

CONTENTS
I. HOMO SACER:
Sovereign Power and Bare Life
1
II, 1. STATE OF EXCEPTION
161
II, 2. STASIS:
Civil War as a Political Paradigm
247
II, 3. THE SACRAMENT OF LANGUAGE:
An Archaeology of the Oath
295
II, 4. THE KINGDOM AND THE GLORY:
For a Theological Genealogy of Economy and Government
363
II, 5. OPUS DEI:
An Archaeology of Duty
643
III. REMNANTS OF AUSCHWITZ:
The Witness and the Archive
761
IV, 1. THE HIGHEST POVERTY:
Monastic Rules and Form-of-Life
881
IV, 2.
THE USE OF BODIES
1011

Index
1291
Credits
1323

Los vínculos para descargarse este tomo, así como el primer análisis mencionado son:

Agamben, The Omnibus Homo Sacer:

Estéticas caníbales volumen 3:  


miércoles, 23 de agosto de 2017

Proyecto Estéticas Caníbales

PROYECTO ESTÉTICAS CANÍBALES

Estéticas caníbales. Volumen 1. Del canon posmoderno a las estéticas caníbales.


Primera Parte. Arte y política.
1.      Fracturas del tiempo.
2.      Tres lecturas al modo de Glas.
Segunda Parte. La forma arte.
3.      La forma arte.
4.      Rubens Mano, Vaçadores.
5.      La génesis de la forma: Magdalena Fernández.
6.      La formación del canon posmoderno.

Tercera Parte. Las estéticas caníbales.
7.      Estéticas caníbales.
8.      El arte en estado play.
9.      Hacia una estética queer.

Estéticas caníbales. Volumen 2. Máquinas formales estéticas.


Introducción. ¿Qué son las estéticas caníbales?
Capítulo 1. Teoría general de la forma.
1.      Teoría general de la forma: proposiciones.
2.      La forma como distinción.
3.      Forma y contenido.
4.      Indexación: la forma como modo de indexación.
4.2. Los trascendental como forma.
5.      Economía política de la forma.
5.1. La forma en Marx.
5.2. La dialéctica de la forma.
5.3. A modo de síntesis.
6.      La forma arte.
7.      La forma diseño

Capítulo 2, Máquinas abstractas, máquinas estéticas.
1.      ¿Qué es una máquina?
2.      La forma estética es una máquina abstracta.
3.      Abstracciones maquínicas.
4.      El efecto superficie o pantallas por todos lados.
5.      Máquinas abstractas e intelecto general.
6.      Máquinas teatrales.
7.      Estética de las conexiones parciales.

Capítulo 3. Estética amerindia, una perspectiva caníbal.
1.      Introducción.
2.      La estética pasto.
3.      Abstracciones incas.
4.      Estética Jama-Coaque.

Capítulo 4. Baudrillard, el reverso del canibalismo.
1.      Baudrillard y el juego de Ender.
2.      De regreso a la economía política.


Estéticas caníbales. Volumen 3. Del ethos barroco al ethos caníbal.


INTRODUCCIÓN.
I.                 TEORÍA GENERAL DE LA FORMA.

1.      Introducción a la teoría general de la forma.
a.      Distinciones: identidades y diferencias.
b.      La imagen actual del mundo.
2.      Leyendo las Leyes de la forma de Georg Spencer Brown.
3.      Campo marcado, campo no marcado.
3.1. Inclusión excluyente: aquello que está incluido bajo la forma de la exclusión.
3.2. Exterior fundamentante como referente ideal inalcanzable.
3.3. Las formas de la recursividad.
3.4. Perspectivismo como predación de los espacios marcados.
4.      Medio/forma.
5.      Affordance o campos de acciones posibles.


II.                DEL ETHOS BARROCO AL ETHOS CANÍBAL

1.      La voluntad de forma.
2.      La economía política de los signos de Bolívar Echeverría.
3.      La forma negritud y la doble prescripción: blanquitud/negritud.
4.      Del ethos barroco.
4.1. Hegemonía: institución y destitución
4.2. Ethos barroco, institución y destitución.
4.3. Teologías políticas del barroco americano.
4.4. Abstracciones barrocas

5.      Del ethos barroco al ethos caníbal.
5.1. Lo invivible.
5.2. Vivir lo invivible o del ethos barroco al ethos caníbal.
5.3. Decir lo indecible.
5.4. Decidir lo indecidible. Sobre la política.

III.              AGAMBEN Y EL PROYECTO HOMO SACER.

1.      El proyecto Homo Sacer: una síntesis.

1.1. Introducción
1.2. Homo sacer: el poder soberano y la nuda vida, I, 1. (1995)
1.3. Estado de excepción, Homo sacer II, 1, (2003)
1.4. El reino y la gloria. Por una genealogía teológica de la economía y del gobierno, Homo sacer, II, 2. (2007)
1.5. Stasis, Homo sacer II, 2, 2015. (Basado en una conferencia del 2001 en Princeton)
1.6. El sacramento del lenguaje, Arqueología del juramento, Homo sacer II, 3. (2008)
1.7. Opus Dei, Homo Sacer II, 5. (2012)
1.8. Lo que queda de Auschwitz. El archivo y el testigo, Homo sacer III. (1998)
1.9. Altísima pobreza. Regla monástica y forma de vida, Homo sacer, IV, 1. (2011)
1.10.                 El uso del cuerpo, Homo sacer IV, 2. (2014)

2.      Una aproximación crítica al proyecto Homo Sacer de Agamben.

Estéticas hacker. (Provisional) Volumen 4. Estéticas caníbales


               Nicolás Rojas y Carlos Rojas.
1.      La forma hacker: del canibalismo a lo hacker.
2.      Pensamiento caníbal: Proposiciones.
3.      La forma dinero.
4.      Nihilismo hacker.
5.      El reverso de la metafísica o la ontología de los otros.
6.      La forma plástica.
7.      La forma cómic.
8.      La forma de vida Jama-Coaque; la forma Valdivia.
9.      Aproximación a Avet Terterian.


PROYECTO TEATRO CANÍBAL.


ISIDRO LUNA.

1.      Proposiciones del teatro caníbal.

2.      Obras:

2.1. Teatro político.

2.2. Teatro caníbal.



Proyecto Hacker:


               ¿SUEÑAN LOS HACKERS CON REVOLUCIONES ELÉCTRICAS?
                              Crítica de la razón digital.


DIRECCIONES:

Carlos Rojas:      carlos.rojas@ucuenca.edu.ec
                              http://esteticascanibales.blogspot.com

 

Nicolás Rojas: 

Juan Carlos Rojas

               Juanca720@hotmail.com

martes, 15 de agosto de 2017

EL NIHILISMO DE NISHIDA. 2. LUGAR Y QUIASMA.

La reflexión de Nishida se continúa a través de precisar qué se entiende por lugar y de qué manera este se comporta de manera como un quiasma. Su punto de partida se encuentra en la noción de lugar -khora-, tomada del Timeo de Platón-

Para Platón, las ideas y sus copias deben estar en un lugar, en donde las ideas se forman y se inscriben produciendo el cosmos; de tal manera que este lugar no es un mero espacio o sitio, sino que es una matriz generadora. Un lugar que es el mismo indefinido, que no es ni idea ni copia, sino un tercer lugar en donde sucede el paso de la una a la otra, como un receptáculo que no es ni inteligible ni sensible, sino el lugar en donde estos se vinculan. (Krummel, 2015)

Ciertamente un lugar muy especial porque es “el sitio de la generación y de la destrucción” (Krummel, 2015, pág. 203) y es por este motivo por el que Nishida puede utilizarlo para su propia noción de nada, esta entendida como “basho”, como lugar, que “en su nivel más concreto elude cualquier descripción positiva, aunque en su “nada” -no-thingness- se abre a un espacio de cosas determinadas y diferenciadas de una a otra y en la incluye”. (Krummel, 2015, pág. 203)

Pero este lugar de generación y destrucción se comporta de manera quiasmática, que implica una dialéctica; esto es, una concepción dialéctica que es quiasmática y corológica y que permite que se mantenga en un nivel de “indeterminación que nunca puede ser reducida a una cualquiera de los lados. Y es esta indeterminación lo que Nishida caracteriza como mujun…, “contradicción “ o “paradoja”. (Krummel, 2015, pág. 192)

Y en este momento llegamos a la idea que es crucial para entender el nihilismo en un sentido no Occidental, más cercana al budismo Zen, y que postulo pueden aproximarse al nihilismo caníbal o a su expresión contemporánea: nihilismo hacker.

Para Nishida, es imposible que los opuestos contradictorios se resuelven en un tercer término, sino que deben permanecer como tales sin resolverse:

“La dialéctica de Nishida incluye el juego entre ser y no-ser, afirmación y negación, en otras palabras, las contradicciones lógicas, que desde una perspectiva trans-lógica pueden ser vistas como bicondicionales en donde cada uno implica y condiciona al otro, como el contradictorio que es”. (Krummel, 2015, pág. 192)

En este sentido escapa completamente al nihilismo Occidental, como el de Nietzsche e impide cualquier resolución metafísica en un tercer término que supere aquello que se está negando: “…este incluye una dialéctica radical de auto-negación mutua… que clausura cualquier resolución sintética de los opuestos”. (Krummel, 2015, pág. 192)
Pero, Nishida va mucho más lejos aún, porque ataca de lleno cualquier tipo de sustancialización del lugar, de la nada: “Su afirmación se obtiene solo en la auto-negación que es, desustacianlización, que clausura cualquier inter-obstrucción de otros”. (Krummel, 2015, pág. 192)

La nada absoluta se coloca un momento antes de la realidad, de las cosas, de los fenómenos, precisamente para producirlos en su negatividad y en si positividad, porque tiene la capacidad de ser “una nada fecunda, un potencial no definible que se despliega en sus actualizaciones”. Aquí se percibe con toda claridad la distancia que le separa de la dialéctica hegeliana. (Krummel, 2015, pág. 192)

Aquí entra en juego el aspecto de quiasma de esta dialéctica, en la medida en que los elementos contradictorios que se desprenden de la nada, como el ser y la nada (derivada), la afirmación y la negación, se cruzan entre ellos, de tal manera que se juntan con el otro “y condicionan al otro”, que se convierte en “una superficie de manifestación o de expresión de una lógicamente irreductible plétora de multiplicidades en interacciones quiasmáticas”. (Krummel, 2015, pág. 193)

Para Nishida, esta dialéctica quiasmática conduce a una “inter-determinación entre el individuo y entorno, de las determinaciones universales de lo individual y su determinación reversa… por el individuo, y la correspondencia inversa… entre absoluto y finitud…”. (Krummel, 2015)194

Esta concepción del nihilismo, con sus componentes de lugar y quiasma, de un lugar-quiasmático, permite profundizar la dialéctica del doble vínculo, en cuanto este se comporta siguiendo esta dialéctica. El doble vínculo se convierte en un lugar en donde una multiplicidad de contradicciones se generan, sin poder escapar hacia el exterior, interrelacionándose, integrándose, deshaciéndose, destruyéndose, solo para volver a generarse.

Bibliography

Heisig, Kasulis, & Maraldo. (2016). La filosofía japonesa en sus textos. Barcelona: Herder.
Krummel, J. (2015). Nishida Kitaro´s Chiasmatic Chorology. Bloomington: Indiana University Press.
Nishida, K. (2016). La experiencia pura. En Heisig, Casulis, Maraldo, & Bouso, La filosofía japonesa en sus textos (págs. 671-673). Barcelona: Herder.
Nishida, K. (2016). La lógica del lugar. En Heisig, Kasulis, Maraldo, & Bouso, La filosofía janponsea en sus textos (págs. 673-694). Barcelona: Herder.
Sjöstedt, P. (2015). Neo-nhilism. Amazon.
Weil, S. (1994). La gravedad y la gracia. Madrid: Trotta.


domingo, 13 de agosto de 2017

FILOSOFÍA EN ECUADOR

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