Estar siendo (3)
Edgardo Albizu utiliza la noción de estar siendo, aunque sin
mencionar a Kusch y en un sentido aparentemente diferente. Traduce Dasein por
estar siendo. ¿Qué implicaciones tiene este desplazamiento del ser-ahí
al estar siendo? ¿Provoca un cambio en la relación que Heidegger establece
entre ser y ente? ¿Regresa a un privilegio del ente sobre el ser? ¿Reafirma la
posición preeminente del ser humano en el acceso al ser?
En la interpretación de Albizu encontramos tres ideas centrales: katábasis,
conciencia, cuidado. Entender el Dasein como estar siendo contendría estos
elementos. En primer lugar, la katábasis:
La determinación conceptual como existencia -como
estar-siendo (Dasein)- de aquel que, en cada caso, es yo procede
de una in-volución katabásica del sistema especulativo trans-transcendental,
que retrocede a la mayor cercanía -no inmediatez- modal-sensorial del pensar… (35)
El Dasein como estar siendo implica el descenso del ser, katábasis,
a un yo que se aproxima a la existencia efectiva del ser humano que se define
precisamente por esta caída; pero, Albizu va más lejos e interpreta a Heidegger
en el sentido de que este fenómeno coincide con las determinaciones de la conciencia:
“modal-sensorial del pensar”.
De tal manera que el regreso del ser al ente privilegiado, que en cada
caso soy yo, se da por esta extraña formulación de la inmanencia:
trans-transcendental; esto es, si se aplica lo trascendental sobre sí mismo no
conduce a una esfera trascendente absoluta, sino que conduce a su negación y aparición
de lo inmanente; de allí que ya estemos en el mundo de las modalidades del
pensamiento ligadas siempre a lo sensorial.
En segundo lugar, la relación entre Dasein y conciencia. Albizu
continúa con su reformulación de Heidegger y vincula indisolublemente la
existencia de los seres humanos con su conciencia; ahora ambias se implican obligatoriamente:
Pero cualesquiera que sean los conflictos que haya
entre existencia y conciencia, aquella no anula esta, como tampoco la
conciencia destruye al Dasein… (37)
Digamos que la katábasis provoca no solo la caída del ser en el estar
siendo, sino que este existenciario contiene ya a la conciencia; así la
fenomenología es tanto el aparecer del ser como la experiencia de la conciencia
en cuanto modal-sensorial.
En tercer lugar, la aproximación del cogito al Sorge cierra
el círculo, en cuanto no se trata únicamente de una aprehensión racional de la
situación. El cogito que ha emergido de la caída del ser encuentra que su más propio
modo de ser es la cura o cuidado de ese yo que en cada soy:
No cabe, por lo demás, ignorar la cercanía semántica
de Sorge a cogito, iluminada tanto por la etimología latina cuanto por
la traducción castellana como cura o cuidado.( 37)
Desde luego, Albizu permanece en un nivel alto de abstracción porque esa
yo no se identifica con una fenomenología en particular, como es el caso
de Kusch, en donde la cura tendría que ser aplicada a los esfuerzos por
existir en medio de condiciones precarias de los pobres. De todas maneras, hay
en ambos autores una reformulación de las tesis heideggerianas que eluden sus
abstracciones que le llevaron a consecuencias políticas fatales.
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