ACHARD DE SAINT VICTOR: UNIDAD Y PLURALIDAD
¿Cómo pueden la unidad y la pluralidad, la
divinidad y la multiplicidad de las creaturas estar relacionadas si parece que
cada término repele al otro? La tesis de Achard es que la absoluta unidad
permite la multiplicidad en ella misma. Podemos proceder desde la unidad de
Dios a la pluralidad de las creaturas si podemos mostrar que la unidad divina
admite una pluralidad primaria. SI esto es así, la multiplicidad de las
creaturas no es precisamente un resultado externo de la creación de Dios; más
bien, diversidad y diferencia tienen su fuente en la unidad divina, en la
medida en que esta unidad no contradice la pluralidad sino más bien la
contiene. La oposición entre ´unidad´ y ´pluralidad´ no puede resolverse
simplemente oponiendo una unidad “Allá” a la pluralidad “Aquí”, sino que sugiere
que la unidad “Allá” contiene en ella misma la pluralidad.
La vía tomada por Achard de Saint Víctor para
resolver la oposición entre unidad y pluralidad es largamente diferente de las
soluciones medievales e incluso contemporáneas. Se niega a disolver el un
elemento en el otro y, por el contrario, los coloca en el mismo estatuto
ontológico. Entonces, tendremos una imagen harto distinta de la de Hegel,
porque no se trata de una unidad originaria, el ser, que al estar indeterminado
es igual a la nada y da lugar a un movimiento de superación que es el devenir.
En Achard no se da el paso a través de la nada, sino de la plenitud absoluta de
Dios. Tampoco se parece a la versión del flujo permanente de los
diferencialismos, como en Deleuze. Para Achard hay que explicar tanto la
diferencia como la similitud, la unidad y la pluralidad simultáneamente.
Achard toma al parecer un extraño camino, muy
poco transitado por la metafísica occidental: afirmar que dentro de la
divinidad hay tanto unidad como pluralidad, y que estas existen en el mundo
como derivaciones de aquellas que son primarias y verdaderas. Pero ¿cómo es
posible la unidad y la pluralidad en Dios sin que implique contradicción? ¿De
qué manera la unidad contiene a la pluralidad? Achard se niega a borrar el
problema de un plumazo afirmando que es un misterio y entonces hay que pasar a
otra cosa.
La verdadera pluralidad de Dios, distinta de la
multiplicidad del mundo, no implica ni una diferencia de sustancias ni una
modalidad. No se trata de que haya tres dioses y tampoco que cada miembro de la
trinidad exista de un modo distinto. Por otra parte, la unidad y pluralidad
contingentes que caracterizan al mundo provienen de la verdadera unidad y
pluralidad divinas, sin las cuales no podrían existir. La pluralidad del mundo
no proviene exclusivamente de la unidad de Dios por creación, participación o
emanación. La pluralidad mundana se origina en la verdadera pluralidad que está
“Allá” y que define el “Aquí”.
Si Dios existe en su unidad inmutable siendo
una sola sustancia y existiendo de un solo modo, ¿cómo es posible que haya la
Trinidad? ¿De qué manera la unidad absoluta contiene la multiplicidad? Achard
realiza un doble movimiento metafísico para explicarlo: primero, separa
distinción de diferencia, de tal manera que los miembros de la Trinidad no son
diferentes, son una sola substancia existen del mismo modo, pero son distintos;
son tres expresiones de la unidad, la unidad existiendo ella misma en su
repetición absoluta.
Segundo, introduce una nueva categoría a fin de
sostener este punto de vista metafísico: la igualdad. Los tres miembros de la
Trinidad son iguales, lo que lleva a afirmar que hay entre ellos una similitud
perfecta, que les permite ser tres unidades con la misma substancia y modo de
ser. Como se ha dicho en el primer punto, se establece que son distintos
-similitud perfecta- pero no diferentes: “En este sentido, parece que el
argumento completo depende de una hipostatización de esta “similitud en sí
mismo como una cosa particular (similitudo ipsa cum sit res aliqua una)”.
Una vez establecida la unidad y la pluralidad
de Dios, y la Trinidad, como elementos coherentes, se puede entender con
facilidad la creación del mundo en donde se da la unidad y la pluralidad
contingente, derivada de sus pares absolutos que existen “Allá”.
La cuestión metafísica general, más allá de
este debate teológico, radica en pensar la unidad y la pluralidad como
movimientos simultáneos de la realidad, en donde se implican mutuamente y la
existencia de uno implica la existencia del otro. Se evita así tanto el
monismo, de la unidad y la presencia, como el diferencialismo que termina por
disolver la realidad entera.
Massie, P. (2008). The
Metaphysics of Primary Plurality in Achard de Saint Victor. The Saint Anselm
Journal, 2-18.