Translate

Mostrando entradas con la etiqueta realidad aumentada. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta realidad aumentada. Mostrar todas las entradas

lunes, 8 de octubre de 2012

OBJETOS 2. LA VIDA DE LOS OBJETOS.



La primera imagen que se viene a la mente es la del muchacho que entra en la habitación del brujo y comienza a tocar las cosas que, inmediatamente,  cobran vida. Felizmente al final de la obra, el brujo entra y las cosas se calman. (Paul Dukas, El aprendiz de brujo)
Podemos imaginarnos una situación en la que el brujo no logra controlar a las cosas que han adquirido vida definitivamente. Esto es lo que nos pasa ahora con los innumerables objetos que pueblan nuestra vida, en todos y cada uno de sus aspectos.
Es una suerte de animismo generalizado. Pero, ¿qué significa realmente que los objetos se han animado? Conocemos ya desde hace mucho tiempo que los objetos intermedian entre las relaciones de las personas: cuando entramos a comprar en la tienda, son las cosas que vamos a adquirir las cosas se colocan entre el comprador y el vendedor; lo demás carece de importancia; o si estamos en la fila del banco, en donde el dinero se convierte en el gran mediador, en el equivalente general, en el modelo de la objetualidad.
Este fenómeno llamado fetichismos de la mercancía sigue existiendo de manera poderosa y ocupa los espacios de la vida. Sin embargo, con el desarrollo brutal de las nuevas tecnologías, la vida de las cosas avanza a otro nivel.
Digamos que la existencia de los objetos tiene una vida propia y no solo aquella que se deriva del hecho de que están transportando relaciones sociales, sirviendo de intermediarios, aunque no dejen de cumplir esta función.
Los objetos se vuelven sobre sus hacedores y conforman sus espacios sociales, políticos, subjetivos. Basta referirse al efecto de la entrada de la televisión en los hogares, los cambios radicales que provocan las computadoras, los celulares, en las interrelaciones humanas. Construimos nuestras subjetividades allí en medio de las cosas, empujadas por estas en una dirección o en otra.
Los objetos delimitan y le dan forma a la experiencia de cada uno de nosotros: nos conducen a ciertos mundos, nos alejan de otros, nos dicen lo que debemos sentir y lo que tenemos que desear. Son máquinas deseantes por las que somos devorados.
Además, los objetos son puntos de vista, perspectivas, modos de aprehensión del mundo  que o no coinciden o lo hacen parcialmente con la percepción humana. Tomemos la cámara digital y reflexionemos sobre la pixelación de lo observado y su reconstitución posterior, sobre el tipo de fragmentación del mundo que introduce: un campo gigantesco de resoluciones, un grado creciente o decreciente de percepción de los detalles del mundo. O esa enorme paradoja del avance incontenible de la televisión en 3D juntada con la peor crisis del cine; así que estamos obligados a ver una horrible película en 3D, como si eso resolviera o encubriera su falta de calidad.
Estos objetos no solo son formas de percepción propias del mundo sino que alteran nuestra percepción, son prótesis que nos convierten en ciborgs. La visión humana quedará completamente alterada, más aún cuando se termine de implementar e introducir en la vida diaria, los mecanismos de producción de realidad aumentada.
(Una discusión detallada de estos temas se puede encontrar en Bogost Ian, Alien phenomenology o What it´s like to be a thing, University on Minnesota Press, Minneapolis, 2012)

miércoles, 12 de septiembre de 2012

HACIA UNA NUEVA DIALÉCTICA: 10: LA DIALÉCTICA COMO REALIDAD AUMENTADA


Este largo siglo XXI tiene marcado en la frente la tecnología, su exaltación, su triunfo, su promesa y su maldición. Difícilmente cualquier propuesta de comprender el mundo en el que vivimos podrá escapar a un profundo diálogo con la tecno-ciencia.
Hemos ido tan lejos que los límites entre lo natural y lo artificial se vuelven cada vez más borrosos. ¿Qué puede ser más natural que la tecnología que usamos todos los días como el celular o la computadora? ¿Qué puede ser más artificial que un maíz transgénico? La naturaleza es naturaleza producida y lo artificial se incorpora a lo humano para convertirnos en ciborgs. Lo posmoderno se transforma en poshumano.
Por esto, cabe entrar en las reflexiones que se desprenden de la tecnología; es pertinente analizar la utilidad de los conceptos de ese campo ciborg para nuestra comprensión dialéctica del mundo y no solo como metáforas sino como verdaderos instrumentos analíticos. Un ejemplo esclarecedor de esta relación lo encontramos en la comprensión de la dialéctica como realidad aumentada.
Entendemos por realidad aumentada la complementación de la realidad que vemos con otros elementos –reales o no- que no están presentes o que no se muestran de manera explícita aunque correspondan a esos fenómenos.
Un celular que toma una foto de una calle y la realidad aumentada le provee del resto de la información que se requiere: distancias, transporte, servicios, la dirección que buscamos. La imagen delineada de un auto o el logo de Toyota que mostrados a la cámara de un determinado programa nos permite conducir virtualmente el auto, verlo por dentro, desarmarlo.
En el momento en que se afirma que la dialéctica es la realidad aumentada se quiere decir que nos proporcionar los elementos que nos llevan más allá de las apariencias, de lo que efectivamente vemos, en donde emergen  los otros componentes de la realidad.
Esos otros aspectos de lo real están ocultos porque lo que vemos no puede proporcionarnos toda la información y nosotros no estamos en capacidad de percibirla de modo completo. Además, la dialéctica corrige las distorsiones introducidas por la ideología dominante, dejando que salgan a la luz los procesos de explotación, de dominación, de sometimiento al que nos tiene sometido el capital y su sociedad.
La dialéctica como realidad aumentada también actuaría como espacio virtual en el que rastreamos ese otro mundo posible que anhelamos, esa sociedad alternativa, esos procesos de emancipación por los que luchamos. Nos permitiría construir virtualmente a partir de la realidad actual, esa otra sociedad sin explotación.
Igualmente la utilizaríamos como instrumento educativo, por ejemplo, en el ámbito ecológico para explicitar los efectos de la explotación minera o para proponer un entorno en donde cuidados de la naturaleza.
En síntesis, la realidad aumentada le serviría a la dialéctica para insistir en lo insuficiente de nuestro concepto de realidad, que tiene que ser sustancialmente ampliado para incorporar todo lo que ella oculta.