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jueves, 29 de enero de 2015

MÁQUINAS ABSTRACTAS: DE LOS ENSAMBLAJES A LAS ESPECIFICACIONES.

Una adecuada comprensión de lo que son las máquinas abstractas –y luego estéticas- tiene que aproximar dos corrientes que han desarrollado a fondo la noción de máquinas abstractas, en sentidos que van en direcciones aparentemente opuestas. Me refiero a las máquinas abstractas del pensamiento nómada, especialmente Félix Guattari, y a aquellas que pertenecen al mundo de la computación, por ejemplo en Colburn. (Colburn, 2000) (Guattari, 2007)

Esta no es una elección casual, sino que corresponde a un pensamiento filosófico que ha tratado de dar cuenta de los fenómenos sociales y políticos desde una vertiente crítica; y, por otra parte, es imposible ignorar las grandes transformaciones tecnológicas, en donde, precisamente, surgen las máquinas abstractas –y su concepto-

Hagamos un primer acercamiento a estas tendencias, en sus aspectos nucleares y observemos las relaciones que se pueden establecer y las nuevas caracterizaciones que adquieren las máquinas abstractas.

En el caso de Guattari no intentaré una reconstrucción de su pensamiento, sino únicamente aproximarme a su concepto de máquinas abstractas y en cierta medida separarlo del pensamiento nómada, para extraerle su núcleo duro.

Guattari parte del inconciente maquínico que “está poblado no solo de imágenes y palabras, sino de toda clase de mecanismos que conducen a que se produzcan y reproduzcan aquellas imágenes y palabras.” (Guattari, 2007, pág. 10)

Es en este contexto que se introduce la noción de máquina abstracta, ciertamente en el contexto de la nomadología: “Ni idea trascendente platónica ni forma aristotélica adyacente a una materia a-morfa, estas interacciones abstractas desterritorializadas, o, más brevemente, estas máquinas abstractas atraviesan diversos niveles de la realidad y establecen y quiebran estratificaciones.” (Guattari, 2007, pág. 11)

Así una máquina abstracta se convierte en un plano de consistencia que tiene que ver directamente con un modo de existir. Mirando dentro de estas máquinas abstracta, Guattari descubre se “establecen sobre la base de ensamblajes que están en constante interacción e incesantemente involucradas en procesos de desterritorialización…” (Guattari, 2007, pág. 11)

Estas máquinas están lejos de ser aparatos puramente lógicos, fórmulas universales añadidas a cualquier entidad; por el contrario siempre son máquinas concretas históricas, en donde hay que encontrar aquellas determinaciones “de su ensamblaje enunciativo y la operación de poder que le ha conducido a esa pretendida universalidad.” (Guattari, 2007, pág. 12)

Si bien es un aspecto insuficiente desarrollado, se muestra en qué sentido las máquinas son formas, separándose de su versión lógica y aproximándose a las formas sociales.  Las abstracciones son posibles únicamente en la medida en que provienen de ese sustrato histórico concreto, aunque no se ve pone suficiente énfasis en que dichas abstracciones son reales:

“Dos actitudes o dos políticas son posibles de cara a la forma: una posición formalista que comienza con las formas universales trascendentales separadas de la historia y que se “encarnan” en substancias semiológicas, y una posición que comienza con las formaciones sociales y los ensamblajes materiales para extraer (abstraer) algunos de los componentes semióticos y las máquinas abstractas desde la historia cósmica y humana que ellas ofrecen.” (Guattari, 2007, pág. 14)

Por eso, cualquier descripción formal del orden maquínico se quedará en la construcción de un aparato meramente formal, cuando efectivamente se requiere explicitar su origen y efectos sociales contingentes. Mucho más discutible es esa precedencia desterritorializante de las máquinas, sería preferible adoptar la posición de fenómenos que co-existen, que se dan simultáneamente, precisamente para evitar la construcción de aparatos lógicos cuya potencialidad de actuar o explicar la realidad solo vendría después.

Estas máquinas abstractas, como se verá más adelante, presuponen desde su inicio su potencialidad de volcarse sobre la realidad, para definir campos específicos de acción:

 “… las máquinas abstractas enfatizan el hecho de que la desterritorialización en todas sus formas “precede” a la existencia de los estratos y de los territorios. No se realizan en un espacio puramente lógico sino solo a través de manifestaciones maquínicas contingentes, que nunca incluyen simples combinaciones, sino que siempre implican un ensamblaje de componentes irreductibles a su descripción formal.” (Guattari, 2007, pág. 16)

Finalmente, y este es un gran tema también insuficientemente tratado por el pensamiento nómada, hay que establecer los procesos de subjetivación que se desprenden de las máquinas abstractas y los modos de representación que están contenidos necesariamente.

La separación tiene que hacerse no solo respecto de las representaciones modernas o posmodernas, sino de las teorías expresivas, en cuanto las máquinas abstractas incluyen tanto esos aspectos afectivos como los representacionales:

“Los ensamblajes no reconocen… objetos y sujetos, lo que no significa que no tengan nada que hacer con algo que sea del orden de la subjetividad y representación, pero no de la manera tradicional de sujetos individuales y declaraciones separadas de sus contextos.” (Guattari, 2007, pág. 17)
Hasta aquí Guattari y el pensamiento nómada.

Si nos aproximamos al otro ámbito de las máquinas abstractas, aquel que surge en la esfera de la computación, ¿qué encontramos? Desde luego, no se trata de volcarnos a un análisis técnico computacional de estas máquinas, sino a sus presupuestos fundamentales, especialmente a los de carácter general y filosófico.

Partiré de la siguiente definición de máquina abstracta, tomada de Macura (Macura, 2015):

“Una máquina abstracta es un modelo de un sistema computacional (considerado tanto como hardware o software), construido para permitir un detallado y preciso análisis de cómo un sistema computacional funciona. Tal sistema usualmente consiste de input, output y operaciones que deben ser preformadas (el conjunto de operaciones) y que así pueden ser pensadas como un procesador. Las máquinas de Turing son las máquinas abstractas mejor conocidas, pero existen muchas otras tales como un autómata celular.”

Ahora se resaltan aquellos aspectos que son relevantes para precisar un concepto general de máquina abstracta, más allá del ámbito computacional:

1.    Su carácter de modelo y por lo tanto su función modeladora. En este caso hay que ir más allá y extraer las consecuencias de esta afirmación. En la época del predominio de las máquinas abstractas, estas tal como están conformadas en el espacio computacional, sirven de modelo a las demás, trátese de máquinas físicas, lógicas, culturales, sociales, simbólicas, políticas.

2.    Una máquina abstracta es una unidad operacional, en donde además de los elementos de entrada y salida, hay que insistir en el conjunto definido de operaciones que está en capacidad de realizar. Un análisis de la extensión de esta noción de unidad operacional a un campo mucho más amplio, como el de los videojuegos, se puede encontrar en Bogost. (Bogost, 2006)

3.  Representación: hay siempre en las máquinas un plano semántico, que define con precisión el contenido sintáctico, sin lo cual no podrían funcionar este tipo de máquinas. Ciertamente que se trata de una representación bastante alejada del modo en que lo hace la modernidad, a partir de un sujeto que se re-presenta la realidad en su mente. (Grupo de Herramientas Didácticas, 2015)

Más adelante, cuando se hable de las máquinas abstractas, estéticas, aparecerá el componente de la expresión, como correlato de la representación.  

4.  Especificación: no hay una máquina o máquinas universales; todas son máquinas que requieren procedimientos de especificación y que les convierte a ellas mismas en máquinas específicas. De hecho, se puede definir a estas máquinas como un procedimiento de especificación:

“En el marco del método B [2], el término Máquina Abstracta (AM: Abstract Machine) designa al esquema que sirve para la especificación de un sistema o de un subsistema. Esta estructura es esencialmente la misma que la correspondiente a los sistemas de acción (action system) [4], encargado de describir el comportamiento paralelo de los sistemas reactivos en términos de acciones atómicas (operaciones).” (Gruer y Rovarini , 2015)

5.      Relación entre máquina abstracta y mundo: este es un aspecto clave a ser resaltado, porque le permite diferenciarse de una propuesta de un sistema lógico o matemático y, al mismo tiempo, alejarse de sus generalizaciones que pretenden que todo en el universo es una máquina.

Una primera constatación es el vínculo de estas máquinas abstractas con el mundo físico: si bien se pueden diferenciar los aspectos puramente abstractos de una máquina, estos solo tienen sentido si funcionan en la realidad:

“De manera similar, los artefactos computacionales tienen un modo abstracto que permite nuestro razonamiento acerca de ellos. De otra parte, en algún momento, deben tener una implementación física que posibilite su uso como cosas en el mundo físico. Esto es obvio para las verdaderas máquinas, pero es igual para los programas: los programadores escriben programas para controlar los aparatos físicos. Un programa o máquina abstracta que no tiene una realización  física es de poca utilidad como un artefacto práctico para realizar computaciones no realizables por seres humanos.” (The philosophy of computer science, 2013)

A partir de esta gran afirmación, podemos dar un paso adelante y señalar que una máquina abstracta siempre tiene que ver con la realidad, que es una especificación de esta y un modo de especificar la realidad a la que regresa.

La formulación ontológica –y lógica- de lo que es una cosa, en el sentido de García (García, 2010, pág. 12 y ss) sirve de base a esta afirmación: 
 



Aspectos que no pueden separados y que son el fundamento de la cosa, sin lo cual esta no sería lo que es; esto es, no estaría especificada. Para los fines de este análisis, se podría formular de la siguiente manera:





Un primer movimiento que nos dice cómo ha sido formada la máquina, a partir de qué procesos de especificación, en qué mundos concretos surge, a partir de qué procesos se conforma. Y un segundo movimiento, que nos dice las especificaciones que está en capacidad de realizar una máquina abstracta. 

En los hechos, los dos movimientos tienden a confundirse y a integrarse, porque terminan por depender uno de otro, ya que son un bucle incesante que lleva desde el un extremo al otro.
Además, regresa la idea de machina ex machina, porque una máquina abstracta es el producto de otras máquinas abstractas y a su vez, produce otras máquinas.

Este ámbito es amplísimo y cubre desde lo físico, como ya se ha dicho, hasta lo simbólico, atravesando por lo virtual e incorporando el conjunto de aspectos socio-políticos, así como los mecanismos de poder que permean todo este campo.

Una vez que se ha sintetizado las dos grandes corrientes de las máquinas abstractas, se procederá a proponer una versión unificada que arroje un concepto mucho más preciso de lo que es una máquina abstracta, más allá del espacio computacional y más acá de cualquier universalismo. De tal manera que una máquina abstracta sería:

Una máquina abstracta es una unidad operacional, ensamblada de un determinado modo, que proviene de una indexación del mundo, producido en condiciones histórico-sociales que establecen su relación con el poder, capaz de realizar un conjunto definido de operaciones, que pueden ser físicas, lógicas, simbólicas, sociales, políticas, virtuales, y que, al volcarse sobre el mundo, lo especifican estratificándolo.


Bibliografía. 

Bogost, I. (2006). Unit operations. A approach to videogame criticism. Cambridge: The MIT Press.
Bryant, L. R. (2014). Onto-cartography. An ontology of machines and media. Edimburgh: Edimburgh University Press.
Colburn, T. R. (2000). Philosophy and computer science. New York: MESharpe.
García, T. (2010). Form and object. A treatise on things. Edinburgh : Edinburgh University Press.
Gruer y Rovarini . (27 de Enero de 2015). Las máquinas abstractas. Obtenido de http://www.herrera.unt.edu.ar/revistacet/anteriores/nro19/pdf/n19inv01.pdf
Grupo de Herramientas Didácticas. (27 de Enero de 2015). Grupoo de Herramientas Didácticas. Obtenido de http://www.profesores.frc.utn.edu.ar/sistemas/ssl/marciszack/ghd/T-M-Caracter.htm
Guattari, F. (2007). The machinic unconscious. Los Angeles: Semiotext(e).
Macura, W. K. (27 de Enero de 2015). Mathworld. Obtenido de http://mathworld.wolfram.com/AbstractMachine.html
The philosophy of computer science. (20 de Agosto de 2013). Obtenido de Stanford Encyclopedia of Philosophy: http://plato.stanford.edu/entries/computer-science/#MatCor

lunes, 19 de enero de 2015

¿QUÉ ES UNA MÁQUINA?

La humanidad casi desde sus inicios ha estado rodeada de máquinas, como la extensión de sus cuerpos que permitía una negociación con la naturaleza. En este sentido, las máquinas no son una novedad.

Sin embargo, vivimos una época en donde hay una proliferación sin límite de las máquinas y estas son de un tipo especial, nunca antes visto. Estas son unas máquinas abstractas, lógicas, en donde el software “ha tomado el comando.”

La noción de máquina se ha extendido en todas las direcciones: máquinas sociales, políticas, biopolíticas, matemáticas, conceptuales. En el caso de Levy Bryant, llevando esta tendencia hacia sus extremos, sostiene que todo lo que existe puede ser considerado una máquina. (Bryant, 2014)

La sobre-extensión del término en realidad lleva a su disolución. Si todo es máquina, entonces cómo entender a cabalidad la novedad de los fenómenos actuales, además de que es muy discutible que un concepto de máquina, por más amplio que sea, pueda incluir todos los aspectos del mundo, desde los quarks hasta los fenómenos ideológicos.

Ciertamente que una máquina funciona; pero no todo lo que funciona es una máquina. Se trata de unidades operacionales, definidas, estructuradas, que arrojan determinados resultados; y que pueden ser materiales, inmateriales, sociales, políticas, ideales, etc.: “Una máquina es un sistema de operaciones que realiza transformaciones en los inputs para producir outputs.” (Bryant, 2014, pág. 38)

Esta definición, al contrario de lo que sostiene Bryant, efectivamente delimita lo que es el campo de una máquina y evita que cualquier entidad pueda ser definida como tal.

Para completar esta aproximación general a la noción de máquina, Bryant introduce la relación entre máquinas, que funcionan como médium: “…cuando una máquina provee de una flujo a una segunda máquina, esta máquina funciona como médium para una segunda.” (Bryant, 2014, pág. 47)

Llegamos a esta característica central de las máquinas, especialmente de las actuales, en donde son médium –en el sentido de McLuhan- tanto para los seres humanos como para las máquinas. Podríamos decir que tenemos plenamente una machina ex machina, un entramado maquínico que quizás es uno de los ejes del maquinismo de nuestro tiempo.

Bryant, L. R. (2014). Onto-cartography. An ontology of machines and media. Edimburgh: Edimburgh University Press.



miércoles, 27 de agosto de 2014

MÁQUINAS ABSTRACTAS E INTELECTO GENERAL


Una máquina abstracta, como cualquier otra, es la concreción de un nivel de conocimiento y tecnología que la humanidad ha alcanzado en un momento dado, y esto es lo específicamente humano, porque solo nosotros producimos máquinas.

Sin embargo este nuevo tipo de máquinas son radicalmente diferentes, porque son recursivas: se vuelven hacia ellas mismas, devoran su origen, se comportan como uroboros. Así como algunas máquinas devoran hierro, aluminio, petróleo, estas tienen como “materia prima” el intelecto general. Producidas por el intelecto general son, ahora, productoras del intelecto general.

Este es su segundo nivel de abstracción, en donde el primero se refería a la enajenación que sufren los nuevos proletarios respecto de sus productos.

Mucho del debate sobre este tema se centra el aquello que se conoce como capitalismo cognitivo que, en sus versiones más desarrolladas, postulan que ha habido un cambio sustancial en las leyes del capitalismo, que se ha trasladado del trabajo material al trabajo inmaterial y que los productos son ante todo simbólicos.

Aunque no es este lugar para dar una discusión técnica, afirmaré que el trabajo de las máquinas abstractas con el intelecto general se aproxima al capitalismo puro, a la explicitación desnuda de los mecanismos de explotación del capital, que luego de haberse globalizado, invade los espacios del conocimiento, de la conciencia, de la imaginación.

Precisamente en esos debates se pasa muy rápido sobre el tema de qué sea el intelecto general, en primero lugar, y luego en qué consiste el trabajo que se realiza sobre este y sus productos. Así que en vez de lanzarnos al terreno de la polémica sobre el trabajo inmaterial, resulta pertinente interrogarse por el significado del intelecto general en la época del capitalismo tardío y puro.

Sin lugar a dudas el lugar en donde mejor se encuentra desarrollado el tema del intelecto general es en Averroes. (Cabría preguntarse por qué vías llega este término a Marx que, ciertamente, no lo vuelve a usar después de los Grundrisse, como un concepto nuclear en su teoría madura del capital).

Las máquinas abstractas trabajan con el intelecto general; esto es, se alimentan de la imaginación. Es el orden imaginario el primero que penetra y es devorado, para dar como resultado unas determinadas imágenes del mundo, que las usamos como conceptos que nos permiten interpretarlo.

E imágenes que se parten en una doble dirección: los aspectos estrictamente representacionales del mundo, que nunca son simplemente miméticos sino que siempre se desplazan metonímicamente respecto de lo real. Y aquellos otros elementos de la “potencia pura”, de la capacidad de ir más allá de lo real, de abrirse a otros mundos que no están presentes todavía o que no lo estarán jamás.

Este trabajo con las imágenes, los fantasmas que conforman el intelecto general, le confieren el carácter de máquinas estéticas, porque redefinen a fondo las sensaciones, la sensibilidad y, especialmente, el orden imaginario.

No tenemos por qué supone, quizás demasiado rápidamente, que este orden imaginario es una especie de nebulosa imprecisa flotando sobre la conciencia de los individuos. Por el contrario, a cada paso se indexa, se concretiza para tornarse este plano imaginario plenamente visible –como el caso de los videojuegos- Más aún aquí es donde se libra la batalla por la apropiación por parte del capital para convertir al intelecto general en una mera mercancía más como parte de la lógica del valor, o la posibilidad de imaginar otro futuro posible; esto es, la capacidad emancipadora de lo imaginario.

Coccia, Emanuele. Filosofía de la imaginación. Averroes y el averroismo. Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2007.





sábado, 26 de julio de 2014

MÁQUINAS ABSTRACTAS, MÁQUINAS ESTÉTICAS


La Forma estética es una máquina abstracta.

La justificación de esta frase exige un largo recorrido que nos conduzca desde la Forma hasta la máquina abstracta, que nos permita desarrollar esta concepción más allá de su uso metafórico. La Forma entendida como aquello que introduce una distinción y que a partir de esta produce fenómenos de indexación, de emergencia de disposiciones y dispositivos, de ensamblajes, de esquematismos trascendentales y que finalmente desembocan en estas unidades operacionales que las denominamos máquinas abstractas, como modos de existencia de los aparatos y regímenes estéticos.

Así que se tendrá que dilucidar no solamente aquello que constituye una máquina –y sobre todo a la luz de lo que son estas en la actualidad con los avances tecnológicos que hemos sufrido-, sino una noción precisa de la abstracción, como proceso tanto real como cognoscitivo. Únicamente entonces nos colocaríamos frente a las máquinas estéticas.

En la base de esta discusión tenemos dos realidades que le dan forma al mundo en el que vivimos ahora: el mundo digital gobernado por máquinas “inteligentes”, en ese particular encuentro de hardware y software; y el capitalismo tardío que se realiza como capitalismo desnudo, puro, guiado precisamente por el predominio pleno de las abstracciones reales.

Las dos realidades que permean todos los ámbitos de la existencia planetaria, deberán servirnos de modelo para las otras esferas, sin reduccionismos fáciles y tomando en cuenta, de manera constante, los desvíos, los deslices, las traslaciones, los equívocos, que se provocan en los procesos de modelización. Ningún esquematismo fácil es posible en este plano, ninguna resolución evidente; por el contrario, se tendrá que delinear con mucha claridad las reglas de pasaje de un plano a otro, las ritualidades, las secuencias, las rupturas, las escisiones con las que tendremos que lidiar a cada paso.

Por otra parte, ¿cómo pensar las máquinas sin una comprensión cabal de las que nos rodean y que se han convertido en prótesis y que nos han vuelto ciborgs? ¿Cómo dejar de lado las computadoras, los teléfonos inteligentes, las tablets, las máquinas lógicas y las virtuales? Y comprender, además, el modo en que el software nos obliga a apropiarnos del mundo de una determinada manera.

La primera hipótesis central es que estas máquinas abstractas modelan la realidad en la que vivimos y que penetran como tales en las esferas artísticas y del diseño, no solo como instrumentos tecnológicos sino como perspectivas arrojadas sobre la humanidad entera.

La segunda hipótesis, igualmente importante, consiste en que estas máquinas estéticas son abstractas. Y este término proviene no tanto de su referente obvio: la oposición entre concreto y abstracto en el conocimiento; sino que se origina en el capitalismo tardío, que es el otro gran modelador de este mundo globalizado. La separación de los trabajadores respecto de los productos, la brutal escisión entre valor de uso y valor de cambio, el trabajo abstracto como criterio de valoración de todo trabajo, están detrás del conjunto de abstracciones, reales o gnoseológicas.

Con estas dos hipótesis deberíamos estar en capacidad de modelar la Forma estética, a través de las máquinas estéticas, insistiendo en que detrás de estas subyace la abstracción del capitalismo puro –que se expresará en los regímenes de la sensibilidad- y lo ciborg entendido como la confluencia de elementos incomparables pero plenamente compatibles –que proviene del mundo digital-
A continuación un primer acercamiento bibliográfico a esta temática.

Bibliografía

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Bogost, Ian. Unit Operations. An Approach to Videogame Criticism. Cambridge, Massachusetts: MIT Press, 2006.
Brea, José Luis. La era posmedia. 2002.
Brynjolfsson, Erik and McAfee, Andrew. The second machine age. New York-London: Norton & Company, 2014.
Coccia, Emanuele. Filosofía de la imaginación. Averroes y el averroismo. Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2007.
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martes, 10 de junio de 2014

TEATRO CANÍBAL. PROPOSICIONES. 3.


27. El teatro es una máquina abstracta. Como tal, fabrica formas desde una perspectiva de heterogénesis. Producción de lo diverso articulado en flujos que oscilan en un mismo espacio de fase. En el lenguaje de Guattari: phylum que crea territorios existenciales

Es una máquina hecha de disposiciones que conducen a un dispositivo. Toda obra contiene estas disposiciones que aparecen en el montaje final como un dispositivo particular, con sus reglas internas, inmanentes.

Disposiciones/dispositivo que incluye una máquina discursiva, en donde el texto teatral es un fragmento, una parte. Una serie de enunciados que preceden a la obra y que continúan luego de esta.

El universo discursivo se transforma en phylum de enunciados, que desterritorializa los territorios existenciales pre-existentes y postula unos nuevos. Nuevos territorios existenciales que funcionan como marcos de referencia a las textualidades teatrales. En el teatro los planos no discursivos se continúan con los planos discursivos formando un entrelazado, un plano de consistencia que es la obra tal como la vemos, como fenómeno.

28. El teatro es una máquina abstracta. ¿En qué sentido hablamos aquí de “abstracto”? ¿Qué tipo de abstracción está implicada en el hecho teatral?

Estamos hablando de abstracciones reales; esto es, procesos de separación que se dan efectivamente, que suceden en el mundo, de las cuales dependen aquellas más conocidas como procesos cognoscitivos.

Abstracciones que son, además, tardías, porque corresponden al capitalismo tardío, al capitalismo puro, en una época en donde este se presenta en su crudeza, con la brutalidad de sus leyes llevadas al extremo.

La Forma mercancía, la Forma dinero, se separan violentamente del valor de uso. La Forma como tal se convierte en mercancía. La estética se vuelve mercancía inmediatamente, aquello que se compra y que se vende. El uso queda supeditado, casi desaparecido. La obsolescencia del modelo, confrontada con aquella del contenido.

La máquina abstracta del teatro pone en obra esta abstracción, lleva a la escena esta separación de la forma, se convierte él mismo en forma, en experimento, en recorrido mudo, silencioso, en vaciamiento de los significados, en persistente distanciamiento del espectador. El teatro se aproxima al perfomance, en el sentido postmoderno, que casi se vuelven indistinguibles.

El plano de los enunciados, los discursos, se cortan respecto de los no-discursos. El teatro se ve relevado de decir, de hablar, de proponer, de discursear. Las significaciones ya no son necesarias, las preguntas por el contenido son dejadas de lado. Expresión y contenido siguen sus propios puntos de fuga. La substancia del contenido queda alienada, porque se reduce a forma de la expresión. La forma del contenido deja de ser el lugar de encuentro de la obra como tal.

Una vez separados los planos, la máquina abstracta del teatro delira y alucina en su búsqueda insaciable de resolver la esquizofrenia introducida en su mundo. Al no poder decir, al estar cortados los enunciados, la expresión teatral prolifera, se parte, se escinde, se divide, se fragmenta sin límite, hasta disolverse en performance, en acción pura como el capitalismo puro.

Los contenidos, a su vez, se tornan irrelevantes, banales y poco importa el grado de su articulación con las formas de la expresión. Aquí no solo muere el texto teatral, sino la discursividad entera que articula el hecho teatral.


29. La Forma Teatro Caníbal también es una máquina abstracta. Después de lo postmoderno y de lo postdramático no puede regresar sin más a convertirse en una simple máquina concreta. Sin embargo, ¿de qué otro tipo de abstracciones estamos hablando? ¿Qué nuevo orden figural debería introducirse para que esto sea posible? ¿Cuáles serían estas abstracciones elevadas a un segundo grado, unas abstracciones de las abstracciones?

La máquina abstracta del teatro caníbal es una máquina colocada en el plano imaginario, poblada de fantasmas articulada sobre lo imaginario. Y lo imaginario como pantalla, como interface.

30. El cuerpo es una perspectiva lanzada sobre el mundo, que individualiza el alma colectiva. Esta perspectiva no hace referencia a una suerte de relativismo, sino que es una característica ontológica. Ciertamente se trata de una ontología desustancializada, en donde todo es perspectiva, definida por la posición que ocupa en un lugar. “… la concepción amerindia supondría una unidad espiritual y una diversidad corporal. Aquí, la cultura o el sujeto sería la forma de lo universal, mientras la naturaleza o el objeto sería la forma de lo particular.” (16) Un cuerpo es un particular. (Viveiros de Castro, Eduardo, Cosmological perspectivism in Amazonia and elsewhere, Hau, Cambridge, 1998).

31. Hay que llevar al cuerpo más allá del debate entre cuerpo orgánico y cuerpo sin órganos. No se trata de cómo nos hacemos un cuerpo sin órganos, sino cómo un cuerpo sin órganos nos hace a nosotros lo que somos.

32. El cuerpo es un esquema que diagrama el conjunto de transfiguraciones que podemos sufrir. Esquemas corporales en un “mundo altamente transformacional”. (48)

33. “La personalidad de los animales (y de los humanos) es de hecho una cuestión de contexto… definido en términos amerindios.” (54) Todos partimos de un fondo común “indiferenciado”; son los cuerpos los que nos permiten distinguirnos de los otros.

34. “Y perspectivas son acerca de intercambios, que relacionan sujetos o personas.”(77) Así que cuando decimos que un cuerpo es una perspectiva, en realidad estamos interrogando por el tipo de intercambio que realiza con otro cuerpo, por la posición que ocupa en la relación entre un cuerpo y otro.
                amo ------------------------- esclavo
                hombre -------------------- mujer
Amo, esclavo, hombre, mujer, son esquemas corporales –que definen sujetos-, en donde cada uno intercambio algo desde el lugar en donde está colocado. Solo se es amo cuando se ocupa esta posición respecto del esclavo. Todo concepto es relaciona.
¿Qué clase de intercambios se producen entre tu cuerpo y los demás cuerpos? ¿Los cuerpos de los otros qué lugar ocupan respecto del tuyo, en qué posición te colocan?

35. Un cuerpo es un intercambio entre cuerpos. Y en el capitalismo, un intercambio siempre desigual, opresivo, asimétrico.

36. Un cuerpo no se define por lo que es capaz de hacer; sino por la relación en la que se encuentra involucrado y por lugar que ocupa. Esta es una perspectiva.

Este intercambio es, en primer lugar, un intercambio de imágenes, aquellas que las hemos puesto en las pantallas, en las interfaces, en los avatares. El intercambio comienza siendo imaginario para volverse real.

37. ¿Es el cuerpo una interface? ¿Se comporta como tal?

38. El cuerpo es un ciborg: esquema corporal conformado por elementos compatibles pero incomparables, que entran en conexiones parciales. También las relaciones entre cuerpos están hechas de conexiones parciales de tipo ciborg.

39. El cuerpo es el origen de lo imaginario. Sensación –sensibilidad –imaginación –fantasmas- sujeto.

40. El doble vínculo del cuerpo: en un extremo, el cuerpo como marca del individuo; en el otro, el cuerpo como lugar que ocupa en la relación.

41. El momento subalterno del teatro: según Spivak, el subalterno es aquel que no puede representarse ni ser representado. Ante nuestra imposibilidad de acceder a este completamente otro, solo cabe imaginarnos cómo es y educarnos estéticamente, para que nuestra sensibilidad se abra a ese otro.

Se podría decir que el teatro ha ocupado históricamente el lugar de la representación. Pero, en la fase tardía del capitalismo, la representación entra en crisis. El teatro expresa el empuje devastador de lo tardío que deja sin espacio al teatro. Así el teatro cada vez menos cabe en la representación y bordea el abismo de la imposibilidad de enunciar algo acerca de sí mismo. La crisis del teatro radica en este proceso de subalternización.

Por otra parte, las interfaces virtuales, la televisión, el cine, la sociedad del espectáculo, también aceleran esa dinámica de subalternización del teatro, que se convierte en teatro minoritario.

Escapar de la subalternidad podría lograrse a través de imaginar el teatro, más allá de las formas específicas de manifestarse, reafirmar la voluntad de escribir y hacer teatro, aunque para esto se tengan que inventar nuevos modos de representación de sí mismo y de representación del teatro como tal.

Pero, ¿en qué consistiría una representación no moderna y no posmoderna, una que escape a la disyunción cartesiana-anticartesiana? O lo que es lo mismo: ¿cuál sujeto portaría esa nueva representación?

Estamos hablando de una representación caníbal. ¿Y esto qué significa? Por el momento es una exigencia que se desprende de la voluntad de imaginar el futuro, más allá de este presente perpetuo.