Si entrásemos en la lógica husserliana, ¿cómo
podríamos expresar el campo de las representaciones virtuales? Tengo la
impresión de que muchas de las dificultades que tiene Husserl para expresar lo
que quiere decir, provienen de la insuficiencia del entorno científico y
tecnológico de la época, que no le permitían vislumbrar con claridad ese
extraño campo de aquello que es la conciencia intencional en su perspectiva anti-psicologista,
en su objetividad que no podía estar alejada de la subjetividad.
También este caso, como en el kantiano,
diríamos que necesitamos duplicar el esquema husserliano de la conciencia
intencional: toda conciencia es conciencia de… Y para cada nivel de la
conciencia, ascenso guiado por la epojé, establecer una particular intencional,
hasta llegar al ego trascendental.
Tendríamos de una parte, el ego trascendental
con su respectiva intencionalidad, en su máximo nivel de abstracción-qué
fundamenta el máximo nivel de concreción-, como conciencia de… Esta es la parte
clásica de Husserl.
De otra parte, tendríamos no tanto la
duplicación de la conciencia, para adjudicarle algún nivel a las cosas, lo que
sería un error que se comete más a menudo de lo que se piensa, por ejemplo en
las corrientes del realismo especulativo, como Graham Harman, aunque de manera
harto sutil, en donde las formas de aprehensión de las cosas respecto del mundo
no se distingue con suficiente rigor de las maneras de aprehensión de los
sujetos.
Aparece otro tipo de intencionalidad, en este caso de las cosas que se dirigen hacia los
sujetos, como un hecho contingente, nunca necesario. Esta intencionalidad de
las cosas es la forma en que devienen al mundo, con un determinado proceso de
indexación; esto es, la intencionalidad de las cosas corresponde tanto a la
existencia específica de las cosas y a las reglas que permiten y estructuran
dicha existencia, sin las cuales simplemente no se darían.
La negociación de los dos tipos intencionalidad
se da de manera privilegiada, aunque no exclusiva, en nuestra época ciborg, mediada
por las interfaces virtuales, que actúan como aquellos elementos
trascendentales de los que habla Husserl. Las interfaces son los nexos, los
vínculos, los nudos de la red, de las intencionalidades de las cosas y de los
sujetos.
(Nuevamente hay que aclarar que el término
intencionalidad se presta a equívocas y se tiene que quitarle cualquier
antropocentrismo; por eso, intencionalidad como indexación trascendental en el
sentido de Badiou o, si se prefiere, cercana Alfred Gell.)
De este modo el ego trascendental no sería otra
cosa que el lugar de encuentro y de fusión entre la máquina virtual y la
máquina simbólica, a través de la interface.