1. 1. El método de la economía política en los
Grundrisse.
¿Qué dice exactamente Marx en los
Grundrisse respecto del método de la economía política?, ¿hasta qué punto
refleja el nivel de comprensión de la propia economía política que no alcanzado
todavía su plena madurez?, ¿cuáles son las ambigüedades del texto que oscila
entre la manera cómo la realidad se da y el modo cómo reconstruirmos en la
mente dicha realidad?, cuáles son las relaciones que se establecen entre el
orden ontológico y el epistemológico, entre la realidad y las categorías
utilizadas para pensarla?
Para el análisis detallado de Elementos fundamentales para la crítica de la economía
política (borrador), citado en adelante como Grundrisse, sigo la traducción de Aricó, Murmis y Scaron, e
introduzco cambios a la luz del texto inglés, en la traducción de Ernst
Wangermann, que toma en cuenta la segunda edición de las obras completas de
Marx, Marx-Engels Gesamtausgabe, Mega2
y que corrige varias deficiencias de la primera versión de 1939-1941. Las
modificaciones en el texto español solo se realizan cuando el sentido del texto
se ve alterado y esta segunda versión restaura el original. (Marx, 1971)
(Marx & Engels, Collected Works. Marx 1857-61,
2010)
Marx comienza afirmando la
necesidad de partir de “lo real y lo concreto”, como es el caso de la población;
pero, esta categoría se muestra como algo abstracto, porque esconde un conjunto
de determinaciones que son las que nos permitirán entenderla en su dimensión
real, como son el trabajo asalariado, el capital. En otras palabras, se admite
lo problemático y nada evidente que es decir que el punto de partido es lo
real, lo concreto, precisamente porque no se puede establecer con facilidad
estos niveles, como si estuvieren simplemente dados a la mente humana.
Por eso, una aproximación al
estudio de la población conduciría a “analíticamente a un incremento de conceptos
más simples: de lo concreto representado llegaría a abstracciones cada vez más
sutiles hasta alcanzar las determinaciones más simples”. (Marx, Elementos Fundamentales para la Crítica de la
Economía Política, 1971, pág. 21)
Desde la perspectiva de Marx en
este texto, no se trata solamente de partir de lo concreto, sino de alcanzar
los conceptos más simples, las abstracciones más altas y, por esto mismo, con
mayor poder explicativo. Y en este momento, Marx escribe quizás el texto más
famoso, convertido prácticamente en dogma, sobre el método de la economía
política:
“Lo concreto
es concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto,
unidad de lo diverso. Aparece en el pensamiento como proceso de resumen, como
resultado, como punto de partida, aunque sea el verdadero punto de partida, y, en
consecuencia, el punto de partida de la percepción y la conceptualización. El
primer camino, atenúa la visualización comprehensiva en una determinación
abstracta; en el segundo, las determinaciones abstractas conducen a la reproducción
de lo concreto”. (Marx, Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política,
1971, pág. 21)
Aunque lo concreto sea
efectivamente, en el plano real, el origen de todo, solo podemos acceder a este
a través de las abstracciones, que son los únicos que permitirán reconstruir “lo
concreto”. Por eso, el método se enuncia como el “avance” de lo abstracto a lo
concreto: Y continúa: “…el método que consiste en avanzar desde lo abstracto a
lo concreto es para el pensamiento solo la manera de apropiarse de lo concreto
y reproducirlo como concreto mental. Pero, esto no es de ningún modo el proceso
de formación de lo concreto mismo”. (Marx, Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política,
1971, pág. 22)
Se tiene acceso a las “múltiples
determinaciones” a través de hallar aquellas abstracciones en las que quedan fijadas
conceptualmente a lo largo de la historia. Insistiendo, como es característicos
de Marx en su afán de separarse y criticar cualquier forma de idealismo, en que
el proceso de conocer la realidad a través de las abstracciones es diferentes
del proceso del darse concreto de lo real.
“…la totalidad concreta, como totalidad conceptual, como un concreto del
pensamiento, es de hecho un producto del pensamiento y de la comprehensión,
pero de ninguna manera es un producto del auto-desarrollo del concepto…”. (Marx,
Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política, 1971, pág.
22)
La historia de las categorías
simples, altamente abstractas, que pueden servir para realidades cuyo
desarrollo todavía no ha alcanzado un grado alto de complejidad, solo se
realizan plenamente en sociedades más desarroladas; por eso, estos conceptos
encuentran su plena aplicación solo en las sociedades contemporáneas: “Esta
categoría totalmente simple no emerge en su forma intensiva hasta las fases más
altamente desarrolladas de la sociedad, y ciertamente no penetran en todas las
relaciones económicas”. (Marx, Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política,
1971, pág. 24)
Hasta aquí tenemos que Marx ha
hecho algunas afirmaciones metodológicas básicas: existe un concreto que es
síntesis de múltiples determinaciones; conocer este concepto y sus
determinaciones, únicamente se lo puede hacer a través de un proceso de
abstracciones, hasta llegar a aquellas más simples y por lo tanto más poderosas
heurísticamente, porque son las que explican el funcionamiento de dichas
determinaciones en su máximo nivel.
Este es el momento en el que Marx
se desplaza, sutilmente, del plano epistemológico y gnoseológico en el que se
ha estado movimiento en esta primera parte del texto y entra en los aspectos ontológicos.
La incomprensión de este desplazamiento ha originado muchísimas confusiones a
lo largo de historia de estos conceptos tan llevados y traídos, con tantos
fines.
Muestra como Adam Smith se
refiere al trabajo, tal como aparecerá en el capitalismo, a ese trabajo al que
se le quita cualquier determinación y se lo deja desnudo, únicamente como aquel
fenómeno que produce riqueza: “Un inmenso avance se dio cuando Adam Smith rechazó
todo carácter determinado de la actividad productora de riqueza, considerándola
simplemente trabajo; ni trabajo manufacturero, no trabajo comercial, ni
agricultura, sino tanto uno como otro”. (Marx, Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política,
1971, pág. 41)
Este no es un movimiento en los
conceptos, sino una situación terriblemente real, en donde aparece efectiva, realmente,
este trabajo como separado, abstraído de una serie de determinaciones, para
quedar fijado en una determinación simplísima, esto es, en una “universalidad
abstracta”:
“Con la
universalidad abstracta de la actividad creadora de riqueza, se da al mismo
tiempo la universalidad del objeto determinado como riqueza, como producto en
general, o una vez más como trabajo en general. pero como trabajo pasado,
objetivado”. (Marx, Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política,
1971, pág. 41)
Y aquí se ha producido el paso de
lo cognoscitivo, de lo metodológico, a la dinámica de lo real, de lo histórico,
de lo ontológico. Este trabajo en general está allí afuera, yace ante nosotros,
existe como tal y es el momento histórico crucial de emergencia del capitalismo,
en el que dado que es una sociedad burguesa desarrollada, se levanta
precisamente sobre esa abstracción del trabajo que deja de lado sus formas
particulares:
“Así, las
abstracciones más generales surgen en su totalidad únicamente allí donde existe
el desarrollo más rico, donde un fenómeno aparece como lo común a muchos, como
común a todos. Entonces, deja de ser pensado solamente bajo su forma particular”.
(Marx, Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política,
1971, pág. 41)
Así, se llega a la conclusión más
importante en este período de la comprensión de Marx respecto del capital,
porque ese trabajo general ya no es solo un concepto, una abstracción mental,
sino que se ha vuelto realidad: “El trabajo se ha convertido entonces, no solo
en cuanto categoría, sino también como realidad, en el medio para crear riqueza
y, como determinación, ha dejado de adherirse al individuo como una
particularidad suya”, (Marx, Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política,
1971, pág. 25)
Estamos en pleno plano
ontológico, porque esa categoría abstracta, del trabajo sin más, ahora la
tenemos existiendo, convertida en el motor de la realidad, en el único fenómeno
creador de riqueza: “Aquí, pues, la categoría abstracta de “trabajo”, “trabajo
como tal”, el trabajo sans phrase, que es el punto de partida de la economía
moderna, resulta ser prácticamente cierta”. (Marx, Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política,
1971, pág. 25)
Las categorías que se usan, los
conceptos que se ponen en funcionamiento para la comprensión inicial del
capitalismo, en su abstracción, coinciden con los fenómenos en su dinámica
real, por eso las categorías remiten directamente a “formas de ser”, modos de
existencia: “...el sujeto -la moderna sociedad burguesa en este caso- es algo
dado tanto en la realidad como en la mente y que las categorías expresan por lo
tanto formas de ser, determinaciones de existencia…” (Marx, Elementos Fundamentales para la Crítica de la
Economía Política, 1971, pág. 27)
Volvamos sobre el movimiento completo
realizado por Marx en este texto que, hay que insistir, es un borrador sobre el
cual no regresará, ni lo utilizará en El
Capital:
Metodología:
¿cómo se reconstruye la realidad en el pensamiento?
1.
El punto de partida es lo concreto, tanto para
la realidad como para el pensamiento.
2.
Las determinaciones de ese concreto son
conocidas a través de las abstracciones.
3.
Es preciso llegar a las abstracciones más simples,
y más poderosas heurísticamente, para comprender lo concreto como síntesis de
múltiples determinaciones.
Plano
ontológico: cómo se da efectivamente la realidad:
1.
El trabajo abstracto existe efectivamente,
separado de todas sus determinaciones, excepto, ser el único creador de
riqueza.
2.
Las categorías que se utilizan, como la abstracción,
se corresponden con “formas de ser”, con modos de existencia.
Y al poner en contacto los dos
planos, cosa que Marx no realiza, se podría deducir que el problema
metodológico fundamental sería cómo hallar aquellas categorías lo más
abstractas posibles, de tal manera que puedan explicar, precisamente, aquello
que es lo más abstracto en la realidad: el trabajo sin más.
Entonces, sería cómo producir la
unión entre las abstracciones reales -término que se introduce en El Capital, con los conceptos más
abstractos posibles; o si se prefiere, cómo garantizar que los dos niveles, el
real y el metodológico, tengan el mismo grado de abstracción, para que puedan
adecuarse mutuamente y se produzca el conocimiento. En vez llamarse dialéctica
de lo concreto, debería llamarse dialéctica de lo abstracto, en donde entran en
juego los dos tipos de lo abstracto: el real y el cognoscitivo.
2. 2. La
dialéctica de las abstracciones.
No hay nada en El Capital que se corresponda con la
formulación sobre el método tal como se encuentra en los Grundrisse. (Marx, El Capital, 1975) Aunque detrás de las
formulaciones sobre el funcionamiento del capital haya un método, que es
preciso sacar a la luz, separándolo de las discusiones específicas, aislándola
momentáneamente de su aplicación sobre la economía política, para mostrarlo
precisamente en su nivel metodológico.
Dejo de lado el debate sobre la relación
con Hegel; por ejemplo, si utilizó la dialéctica de los universal, singular y
particular; o, como creo que es el caso, más bien la terminología entera y el
enfoque provienen de las determinaciones de reflexión de la Ciencia de la Lógica. (Arthur, 2004) (Hegel, 1956)
Se trata de extraer dicha
metodología lo más apegados al texto de Marx y ver cómo procede en su análisis
de la mercancía, que es su punto de partida. Por supuesto, no deja de ser una
reconstrucción, puesto que la intención de Marx está lejos de proponer una
especie de guía metodológica, que le sirvió para escribir esta parte de El Capital. Y, además, hacerlo de tal
modo que sea comparable con la formulación de los Grundrisse.
El recorrido metodológico se
encuentra en El Capital sería el
siguiente:
Primer paso: Hallazgo
de formas de gran alcance.
Hallazgo de las
formas que son determinantes del todo el proceso involucrado en un fenómeno. Estas
formas son expresadas a través de categorías simples, pero de enorme alcance,
para cubrir toda un área de la realidad y que tenga al mismo tiempo una gran
capacidad heurística y descriptiva. Esto es, permite describir y explicar el
fenómeno.
Segundo
paso: Proceso de abstracciones.
Establecimiento
de los procesos de abstracción que se dan entra las distintas formas
implicadas; esto es, la separación de unas formas respecto de otras, su jerarquización,
sus conflictos, sus oposiciones.
Tercer
paso: determinación de la forma predominante.
Una forma se
establece como aquella que subsume, organiza, supedita, a las otras formas que,
aunque no desaparecen., quedan sometidas a la lógica de esta forma primordial.
Cuarto
paso: Despliegue de la forma predominante.
Despliegue de
la forma predominante a partir de su propia dinámica interna, de los elementos
contenidos de modo inmanente y de los procesos de supeditación de otras formas,
la forma predominante se desarrolla, se despliega, comienza a existir de muchas
maneras y en muchas direcciones.
Quinto
paso: Indexaciones.
Una vez dado el
conjunto de este proceso que lleva desde la primacía de una forma sobre otras y
su despliegue inmanente, la forma se vuelca históricamente, se encarna, adopta
diferentes modos de existencia, tal como lo encontramos en la historia de su aparición
y de los fenómenos tal como la conocemos.
(Esto no
quiere decir que, en la realidad, primero se dé la forma y luego sus
indexaciones; esta es una primacía ontológica y no temporal, porque se dan la
forma y sus indexaciones-como correlatos inseparables, en una suerte de vaivén
que lleva de la forma a sus indexaciones y de las indexaciones a las formas).
3. 3. La
dialéctica de las abstracciones en El
Capital.
Ahora podemos mostrar la manera
concreta como esta metodología funciona en El
Capital: se trata ahora de establecer qué es esa lógica del capital y cómo
funciona efectivamente, con todos los aspectos que dados anteriormente.
Introduzcamos las dos distinciones que sustentan toda la dialéctica del
capital:
Primera
distinción: la forma-valor
Mercancía: valor de uso/valor
Segunda
distinción: forma-dinero
Trabajo
socialmente necesario/dinero
La primera distinción introduce
en el mundo un campo marcado. La forma de esta distinción que conforma todo el
campo es la forma-valor, bajo la cual subyace la dualidad valor de uso/valor.
-
La forma-valor es ella misma un producto
histórico. Es una abstracción real creada por determinadas relaciones sociales,
efectivamente dadas. Pero, una vez dada, puesta, esta forma-valor, se indexa y
la vemos aparece como esta mercancía concreta que está siendo cambiada por
otra, guiada ya por la forma-valor.
La forma-valor tiene un valor
ontológico, existe como cualquiera otra relación social; y, por lo tanto, no es
producto de algún tipo de procedimiento cognoscitivo o epistemológico que la
extrae de una realidad social.
-
El modo de existir de la forma-valor, producido
históricamente, se torna productivo. Ha sido producido, pero ahora produce:
proceso de producción del capital. Introduce en ese campo marcado por el
capital, unas necesidades, unos planos rígidos, unas restricciones.
Es un tipo de necesidad que no se
opone a la apertura de posibilidades; por el contrario, significa el
surgimiento de un enorme campo de posibilidades, sometidas a esta distinción
originaria. Dentro de estas necesidades, caben unos grados de libertad. Esa
forma-valor producida, ahora produce una sociedad, la sociedad burguesa.
-
La primera y principal necesidad que está puesta
por esta primera distinción de la forma-valor, es el dinero como capital. Es
esta forma-dinero la que compra el trabajo socialmente necesario. Forma-dinero
que se indexa en fenómenos concretos, específicos, a los cuales subyace siempre
su relación con el trabajo socialmente necesario, aunque esto no aparezca de
manera evidente.
Este nuevo campo marcado por esta
distinción forma-dinero está incluida en la primera distinción, de tal manera
que detrás de la forma-dinero está, siempre y necesariamente, la dualidad valor
de uso/valor.
-
Cualquier movimiento en el dinero, es un
movimiento en el par valor de uso/valor y en su relación con el trabajo
socialmente necesario.
Por eso, los desplazamientos del
dinero, en cuanto capital, también implican transformaciones en esa relación
que le subyace, valor de uso/valor; y en lo que ella implica, la relación entre
clases sociales.
-
El sistema de indexaciones de la forma-valor y
la forma-dinero funciona de manera constante e inmediata; esas formas solo
existen en la medida en que se indexan, en que se expresan como fenómenos
específicos en realidades concretas.
Y esas indexaciones conforman un
bucle que vuelve sobre la forma llevándola a nuevos niveles de expresión; e
incluso, colocando debajo de estas dos distinciones primarias, otros igualmente
necesarias, como las crisis o el surgimiento del Estado capitalista.
El campo marcado de la
forma-valor es tanto una abstracción real como un productor de abstracciones;
esto es, es el resultado de la separación de valor de uso y valor; y una vez
puesto como tal, produce a un nivel cada más amplio, nuevas abstracciones
reales, tanto en la relación valor de uso/valor como en los demás campos de la
sociedad.
Las indexaciones de la forma-valor
y de la forma-dinero son sus expresiones concretas, que tienen que ser
analizadas a través del cúmulo de información empírica; pero que carecerían de
sentido a menos que se las vea como resultado de la realización de las estas
formas.
Entonces, en vez de una
dialéctica en donde se pasa de lo abstracto a lo concreto, en niveles
sucesivos, tenemos una dialéctica de las abstracciones reales que se indexan
-se concretizan siguiendo la forma-valor; y luego, la introducción de una nueva
distinción -al interior de primer campo marcado por la forma-valor- que es la
forma-dinero, como una abstracción real que se indexa, que se concretiza.
Hay una secuencia de forma e
indexación, en los diferentes niveles de la realidad que estemos analizando y
en las distintas etapas por la que ha atravesado el capital hasta llegar a la
actualidad. Cada onda larga está guiada por una abstracción a un nuevo nivel
respecto de la onda precedente y a su interior, las leyes necesarias abren un
campo de posibilidades en el cual se dan los fenómenos concretos del
capitalismo.
La ampliación de los límites de
cualquier de estos campos marcados, significa la ampliación de los límites del
otro; funciona como el universo inflacionario, que crece expandiendo sus
límites, sin que pueda nunca colocarse fuera. No hay un fuera desde la
perspectiva de la forma-valor.
Si la forma-valor se expande,
arrastra tras de sí a la forma-dinero; si la forma-dinero se incrementa,
también lo hace la forma-valor. El crecimiento en la forma-dinero,
como capital, significa una ampliación de la forma-valor; o, en términos
sencillos, la penetración del capitalismo en todos los aspectos de la
existencia.
Economía y política se compartan
igualmente siguiendo estos mismos patrones: un proceso en el plano económico,
una modificación significativa en las relaciones entre la forma-dinero y el
trabajo socialmente necesario -por ejemplo, el incremento del ejército
industrial de reserva-, significa una alteración de las relaciones entre las
clases fundamentales, burguesía y proletariado; y, por lo tanto, unas
modificaciones en el orden político, que tienen que ser estudiadas
específicamente.
Arthur, C. J. (2004). The
new dialectic and Marx´s Capital. London:
Brill.
Hegel. (1956). Cienca de la lógica (Vol. II).
Buenos Aires: Librería Hachette S.A.
Marx, K. (1971). Elementos Fundamentales para la
Crítica de la Economía Política. México: Siglo XXI.
Marx, K. (1975). El Capital (Vol. Tomo
I/Vol.I). México: Siglo XXI.
Marx, K., & Engels, F. (2010). Collected Works.
Marx 1857-61 (Vol. 28). London: Lawrence & Wishart.
Aquí hay que anotar que la edición en español dice “elevarse” en donde el texto
inglés, dice: “avanzar”; y cambio “espiritual” en vez de “mental”; y esto
clarifica bastante algunos debates, porque no se entendería que significa
elevarse.