83. Superficies de inscripción del teatro caníbal
en donde se entrecruzan diferentes regímenes textuales y figurales, planos de
la representación y planos expresivos, que conducen a la formación de una máquina
abstracta.
84. El orden de la representación en la época
de lo figural estuvo presidida por el predominio de lo performativo y
expresivo. Ahora se trata de preguntarse por la representación –teatral, política,
cognoscitiva- en la época de las pantallas, del efecto superficie como espacio
de inscripción ineludible.
85. El teatro deviene pantalla como su
superficie de inscripción, que no es la del cine sino la de los aparatos
digitales. ¿Cuáles son las negociaciones que se dan o se pueden dar entre los
regímenes textual y figural en la época de las pantallas?
86, El teatro posmoderno se aproxima, por la vía
del performance, cada vez a la danza y desplaza a esta que viaja hacia el
cuerpo, como aquel objeto que resulta imposible de aprehender y que, entonces,
se pierde o bien en la a-significatividad o bien en el sometimiento del cuerpo
a diferentes tipos de almas que le aprisionan.
87. El teatro caníbal coloca los dos regímenes –textual
y figural- en igualdad de condiciones. Inmediatamente comprende que esto no
significa el regreso a alguna forma clásica de dramaturgia, sino la apertura
-¿y el sometimiento?- a las pantallas como nueva superficie de inscripción.
88. Los regímenes textual y figural en la
superficie digital de inscripción se caracterizan por su proliferación,
banalidad, transformación de lo privado en público, reconfiguración de las
subjetividades en donde los avatares son más importantes que las subjetividades
iniciales, simulacros por encima de lo real, viralidad: aquello que será percibido
por millones de personas, ocultamiento de las brutales condiciones de producción
material de lo inmaterial, estructuración del mundo desde el software.
83. El teatro caníbal se confronta con el desafío
de introducir el mundo de las imágenes digitales en su espacio sin lanzarse
desesperadamente detrás de la lógica del performance ni retroceder hacia unas
imágenes ilustrativas, modernas.
84. Un teatro que estuviera organizado por
bloques textuales, bloques de imágenes, que no son fragmentos de unidades
perdidas ni totalidades cerradas en sí mismas, sino unidades que entran en
conexión con otras de manera parcial, provisional, inconstante. Bloques que
mantienen entre sí conexiones parciales, que se pierden a menudo para entrar en
otros arreglos, ensamblajes, composiciones. La superficie digital de inscripción
no se reduce a la introducción de las pantallas en el teatro, sino a la
penetración de este tipo de organización por bloques en diferentes clases de
superficies de inscripciones.
85. Una máquina abstracta no pertenece a la
esfera del fragmento sino de las máquinas, con sus partes, sus reglas y su modo
específico de componer la realidad.
86. Un teatro espectacular hecho de bloques
textuales y bloques de imágenes, cuyo principal destino sea escapar a la
banalidad sin renunciar a la espectacularidad; por supuesto, a un nuevo tipo de
espectacularidad, que sea post-situacionista.