Se puede escuchar en Bandcamp: https://awadaginpratt.bandcamp.com/album/stillpoint
El viernes 25 de
agosto de 2023, el internacionalmente aclamado pianista Awadagin Pratt,
conocido como "uno de los grandes y distintivos pianistas y directores
estadounidenses de nuestro tiempo" (NPR All Things Considered), y elogiado
por su "enorme rango dinámico [que] abarca desde la grave quietud hasta el
inmenso trueno" (Boston Musical Intelligencer), lanza su nuevo álbum,
STILLPOINT, via New Amsterdam Records. STILLPOINT es una colección de seis
obras recién encargadas de profunda gracia, poder y profundidad, compuestas por
un grupo de compositores estilísticamente diversos para piano (Pratt), orquesta
de cuerda (A Far Cry), y un ensamble vocal (Roomful of Teeth).
En el segundo
track, Code, compuesto por Paola Prestini, escuchamos la confrontación
entre el piano y las cuerdas. Luego, hay momentos de calma en donde parecen
acompañarse y superponerse; más aún, las cuerdas pretenden ponerse en primer
plano, únicamente para enfrentarse al piano que con toda la fuerza reclama su
lugar, la de aquel que cuenta la historia en la que, además es el protagonista.
El piano exige que las cuerdas sigan su rastro y se supediten a la melodía que él
se encarga de ampliar, indagar, recorrer.
Hay momentos en
que ambos bajan la voz, aunque manteniéndose cada uno sin dejar que queda una
sola voz; y otra vez regresa la oposición, que en algunos momentos encuentra
una tregua.
La voz nítida
del piano no es otra que la del sujeto que irrumpe en el escenario y que dice de
manera altiva: “yo, yo estoy aquí”. Impone su historia contada en el ir y venir
de la melodía, en la redundancia de una existencia quizás muy conocida; pero,
en donde lo fundamental es que se narra en primera persona.
Sin embargo,
esta afirmación subjetiva y potente siempre tiene frente a sí a la multitud, al
colectivo que por más esfuerzos que haga no desaparecerá. Fingirá ponerse en
segundo plano, aceptará momentáneamente ser el personaje secundario. Tarde o
temprano es el piano el que termina siguiendo el rastro de la cuerdas.
Porque todo
diálogo lo hacemos con la multitud, hasta desembocar en el reconocimiento de
que no somos sino una condensación efímera del colectivo que colapsa en un individuo,
el que tarde o temprano tiene que regresar a su origen, a pesar de que se
resista, tal como escuchamos hacia el final del track en donde escuchamos la
aceptación melancólica de lo que somos.