La reflexión de Nishida se
continúa a través de precisar qué se entiende por lugar y de qué manera este se comporta de manera como un quiasma.
Su punto de partida se encuentra en la noción de lugar -khora-, tomada del Timeo de Platón-
Para Platón, las ideas y sus
copias deben estar en un lugar, en donde las ideas se forman y se inscriben
produciendo el cosmos; de tal manera que este lugar no es un mero espacio o
sitio, sino que es una matriz generadora. Un lugar que es el mismo indefinido,
que no es ni idea ni copia, sino un tercer lugar en donde sucede el paso de la
una a la otra, como un receptáculo que no es ni inteligible ni sensible, sino
el lugar en donde estos se vinculan. (Krummel, 2015)
Ciertamente un lugar muy especial
porque es “el sitio de la generación y de la destrucción” (Krummel, 2015, pág. 203) y es por este motivo
por el que Nishida puede utilizarlo para su propia noción de nada, esta
entendida como “basho”, como lugar, que “en su nivel más concreto elude
cualquier descripción positiva, aunque en su “nada” -no-thingness- se abre a un
espacio de cosas determinadas y diferenciadas de una a otra y en la incluye”. (Krummel,
2015, pág. 203)
Pero este lugar de generación y
destrucción se comporta de manera quiasmática, que implica una dialéctica; esto
es, una concepción dialéctica que es quiasmática y corológica y que permite que
se mantenga en un nivel de “indeterminación que nunca puede ser reducida a una
cualquiera de los lados. Y es esta indeterminación lo que Nishida caracteriza
como mujun…, “contradicción “ o “paradoja”. (Krummel, 2015, pág. 192)
Y en este momento llegamos a la
idea que es crucial para entender el nihilismo en un sentido no Occidental, más
cercana al budismo Zen, y que postulo pueden aproximarse al nihilismo caníbal o
a su expresión contemporánea: nihilismo hacker.
Para Nishida, es imposible que
los opuestos contradictorios se resuelven en un tercer término, sino que deben
permanecer como tales sin resolverse:
“La dialéctica de Nishida incluye
el juego entre ser y no-ser, afirmación y negación, en otras palabras, las
contradicciones lógicas, que desde una perspectiva trans-lógica pueden ser
vistas como bicondicionales en donde cada uno implica y condiciona al otro,
como el contradictorio que es”. (Krummel, 2015, pág. 192)
En este sentido escapa
completamente al nihilismo Occidental, como el de Nietzsche e impide cualquier
resolución metafísica en un tercer término que supere aquello que se está
negando: “…este incluye una dialéctica radical de auto-negación mutua… que clausura
cualquier resolución sintética de los opuestos”. (Krummel, 2015, pág. 192)
Pero, Nishida va mucho más lejos
aún, porque ataca de lleno cualquier tipo de sustancialización del lugar, de la
nada: “Su afirmación se obtiene solo en la auto-negación que es,
desustacianlización, que clausura cualquier inter-obstrucción de otros”. (Krummel,
2015, pág. 192)
La nada absoluta se coloca un
momento antes de la realidad, de las cosas, de los fenómenos, precisamente para
producirlos en su negatividad y en si positividad, porque tiene la capacidad de
ser “una nada fecunda, un potencial no definible que se despliega en sus
actualizaciones”. Aquí se percibe con toda claridad la distancia que le separa
de la dialéctica hegeliana. (Krummel, 2015, pág. 192)
Aquí entra en juego el aspecto de
quiasma de esta dialéctica, en la medida en que los elementos contradictorios
que se desprenden de la nada, como el ser y la nada (derivada), la afirmación y
la negación, se cruzan entre ellos, de tal manera que se juntan con el otro “y
condicionan al otro”, que se convierte en “una superficie de manifestación o de
expresión de una lógicamente irreductible plétora de multiplicidades en
interacciones quiasmáticas”. (Krummel, 2015, pág. 193)
Para Nishida, esta dialéctica
quiasmática conduce a una “inter-determinación entre el individuo y entorno, de
las determinaciones universales de lo individual y su determinación reversa…
por el individuo, y la correspondencia inversa… entre absoluto y finitud…”. (Krummel, 2015) 194
Esta concepción del nihilismo,
con sus componentes de lugar y quiasma, de un lugar-quiasmático, permite profundizar
la dialéctica del doble vínculo, en cuanto este se comporta siguiendo esta dialéctica.
El doble vínculo se convierte en un lugar en donde una multiplicidad de contradicciones
se generan, sin poder escapar hacia el exterior, interrelacionándose, integrándose,
deshaciéndose, destruyéndose, solo para volver a generarse.
Bibliography
Heisig, Kasulis, & Maraldo. (2016). La
filosofía japonesa en sus textos. Barcelona: Herder.
Krummel, J.
(2015). Nishida Kitaro´s Chiasmatic Chorology. Bloomington: Indiana
University Press.
Nishida, K. (2016). La experiencia pura. En Heisig,
Casulis, Maraldo, & Bouso, La filosofía japonesa en sus textos
(págs. 671-673). Barcelona: Herder.
Nishida, K. (2016). La lógica del lugar. En Heisig,
Kasulis, Maraldo, & Bouso, La filosofía janponsea en sus textos
(págs. 673-694). Barcelona: Herder.
Sjöstedt, P. (2015). Neo-nhilism. Amazon.
Weil, S. (1994). La gravedad y la gracia.
Madrid: Trotta.
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