La noción proviene
de la física y ha sido trasladada a diferentes ámbitos; en este caso tomo las
elaboraciones realizadas por Fligstein y McAdam (Fligstein and McAdam, 2012), que constituyen una
buena síntesis de los debates actuales y de las posibilidades de aproximación y
síntesis con otras corrientes, especialmente con las teorías del actor-red.
Antes de entrar
directamente en estos dos autores, algunas consideraciones sobre la teoría de
los campos. Se entiende por campo un espacio en donde cada elemento tiene un
valor. Sobre esta definición generalísima es indispensable avanzar hacia
algunos aspectos de la teoría de campos cuánticos.
En esta última se
rompe con el determinismo de la física clásica; por eso, el campo cuántico es
fundamentalmente indeterminístico. Esto es importante para nosotros porque nos
puede permitir una aproximación mucho más flexible y dinámica a los campos, a
sus dinámicas y transformaciones, incluso a su ruptura y a la emergencia de
otros.
Se trata, por lo
tanto, de mostrar que estos campos –desde la física hasta las ciencias
sociales- si bien tienen reglas y leyes, consisten en mundos con un grado alto
de incertidumbre, que penetran hasta en las decisiones estratégicas de los
actores-red.
Por otra parte, la
teoría cuántica de campos muestra que estos no se reducen a los elementos que
lo conforman y a los valores que toman en las diferentes regiones del espacio
que lo conforma; sino que el mismo campo tienen propiedades que tienen que
describirse adecuadamente y que, desde luego, se expresan en la posición que
toman los elementos en dicho campo.
Las características
del campo no solo permiten la adopción de valores sino que determinan el
surgimiento de los elementos, la construcción de estos que de otro modo no
existirían. Esto evitaría cierto esencialismo de los campos aplicados a las
ciencias sociales, en donde los actores-red parecieran pre-existir al campo o
al menos se independientes en su existencia, aunque una vez que entran ellos,
queden definidos por estos.
Los elementos del
campo dependen para su existencia del campo; incluso en aquellos casos de
objetos que provienen de otros campos, al ingresar a uno nuevo sus
características ontológicas, su modo de ser, se transforma por el sometimiento
a las nuevas condiciones.
Con estas
consideraciones breves pero claves, podemos entrar en los campos de acción
estratégica. La primera afirmación que sirve de punto de partida es que las
estructuras de las que está formada una sociedad está partida en campos que
ocupan un nivel meso, frente a los macro niveles, como el estado o la sociedad
civil; y frente a los espacios micro sociales.
La primera cuestión
para aproximarnos a la comprensión de cualquier fenómeno social consistiría en
establecer a qué campo pertenece en este meso nivel. Una vez que hemos hecho
esto, se puede pasar a las acciones estratégicas; esto es, a preguntarnos por
las acciones orientadas hacia fines que los actores-red realizan dentro del
campo específico al que pertenecen y en el que actúan relacionándose con los
otros actores-red. Como señalan los autores mencionados antes:
“Primero,
la teoría descansa sobre una perspectiva que ve el campo de acción estratégica, que puede ser definido como el nivel
meso del orden social, como los bloques estructurales básicos de construcción
de una vida organizacional y política moderna en la economía, la sociedad civil
y el estado.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 3)
Cambio y
continuidad siguen siendo las claves del análisis: cómo los campos garantizan
su estabilidad, de qué manera se producen transformaciones que lo alteran de
una manera parcial o radical, qué medios utilizan para contrarrestar las
tendencias a la ruptura, qué dinámicas de conflicto llevan a su ruptura y
reemplazo.
“La
preocupación por la estabilidad y el cambio en las dinámicas a nivel de campo
es la tarea central de teóricos como Bourdieu…” (Fligstein and McAdam, 2012, pág.
3)
Desde luego, estos
campos diversos, múltiples, variados, no se encuentran aislados en
compartimentos estancos sin relación con otros; por el contrario solo actúan en
relación con otros, desarrollando toda clase de vínculos; soporte, confrontación,
apoyo, oposición, creación de marcos de acción y de sentido comunes, entre
tantos otros.
Más aún,
generalmente forman unidades mayores que terminan por adquirir grados de
organización más elevados, jerarquizados o no:
“…vemos
cualquier campo cada como incluido en un ambiente más amplio que consiste de
innumerables campos próximos o distales,
así como estados, que están ellos mismos organizados como sistemas intrincados
de campos de acción estratégica.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 3)
De esta manera, los
campos son tanto productores de realidades como producidos por las acciones de
los actores-red. Los comportamientos de estos actores, si bien siempre están
enmarcados en una determinada lógica del poder –toda acción está guida por
intereses-, al pertenecer a un campo se amplían e incorporan un conjunto de
elementos que tienen que ver con nuevos tipos de acciones y de sentidos de
estas que se definen a partir del marco de referencia.
Los campos crean el
espacio para que unas acciones sean posibles y otras no, para que unos sujetos
y subjetividades se constituyan y, lo que es igualmente importante, para que
estas acciones tengan unos sentidos y los sujetos adquieran unas identidades y
diferencias.
Las acciones de los
actores-red quedan enmarcadas en los intereses, el poder y además el conjunto
de los diversos aspectos de la vida, tanto lo que hace referencia a su
reproducción material como simbólica. La existencia entera queda implicada:
“Finalmente,
en el núcleo de la teoría está un descripción de cómo los actores sociales
incluidos buscan producir y mantener un campo dado. Mientras la mayoría de las
teorías resalta la importancia central de los intereses y el poder, nosotros
insistimos que la acción estratégica en los campos gira hacia una complicada
mezcla de consideraciones materiales y existenciales.”
(Fligstein and
McAdam, 2012, pág. 3)
Así se establecen
marcos de referencia de la acción que incluyen sus propias reglas de operación
y que proveen de sentido a todo lo que hacemos. Los emprendedores
institucionales transportan estos marcos a otros ámbitos sociales:
“Todo
lo que hemos descubierto es que en tiempos de cambios dramáticos, nuevas formas
de organizar “marcos culturales” o “lógicas de acción” llegan a existir. Estas
son muy utilizadas por actores sociales entrenados, algunas veces llamados
“emprendedores institucionales” quienes innovan, propagan y organizan campos de
acción estratégica.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 4) Por esto, el campo
termina “…enfocado en el rol de “enmarcar procesos” en la acción colectiva.” (Fligstein and
McAdam, 2012, pág. 5)
Hasta ahora cada
una de la ciencias sociales se han ocupado de alguno de los aspectos, bien sea
lo economía, la política, la cultura o cualquier otro. Hace falta un enfoque
integral, una teoría que sea capaz de incorporar los diversos aspectos desde
una sola perspectiva y que permita superar las dualidades en las que hemos
estado prisioneros.
Especialmente
aquella que hace referencia al colectivo y a los individuos, a los campos de un
lado y a los actores-red por otro. Cada teoría privilegia una de las entradas y
tiende a dejar de lado la otra, o a considerarla una subsidiaria. El enfoque de
Fligstein y McAdam trata, precisamente, de aunar estas dos tendencias en unos
conceptos que los sintetizan,
produciendo un nuevo ámbito del conocimiento, sin limitarse a colocarse
de modo adyacente:
“El
problema es que estos elementos –acción colectiva, espacio social, cultura,
organización, el estado y la movilización- que están presentes en esta
literatura, no han sido integrados en una teoría sistemática en cualquier de
los subcampos. Realmente, los autores tienden a enfocarse no solo en los
fenómenos empíricos sino a menudo enfatizan solamente en pocos de estos
elementos.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 5)
El nuevo enfoque
conceptual que se propone nos permitiría tener un mejor instrumento para la
comprensión de las sociedades actuales, en la inmensa diversidad y riqueza, así
como en los profundos conflictos que la atraviesan. No se limitaría a ser
testigo de lo que sucede sino que podría transformarse en instrumento de
acción; y, desde mi punto de vista, en ponerse al servicio de intereses
emancipatorios. En síntesis, acciones estratégicas en marcos referenciales
–campos- orientados hacia tareas liberadoras.
“La
teoría de la acción de nivel meso implica que la acción tiene lugar entre y con
los grupos organizados. Al entender de manera más clara el rol de los actores
sociales en producir, reproducir y transformar sus campos de acción locales,
pensamos que ganamos un gran nivel de manejo de temas fundacionales de la vida
social.” (Fligstein and McAdam, 2012, pág. 7)
Los procesos
dialécticos hacen aquí su aparición, porque entramos de lleno a las condiciones
de producción y reproducción de la vida social, que no se limitan a los temas
económicos o del poder sino que incorporan los demás componente, como la
cultura, la ideología o la vida misma y se lo hace tanto desde los aspectos
estructurales como desde la perspectiva de los individuos entendidos como
actores-red.
“Todavía
es más difícil la cuestión de la emergencia de arenas sociales o campos. Hay
dos problemas interrelacionados aquí. El primero es especificar las condiciones
bajo las cuales sucede. La segunda es teorizar la agencia que está incluida en
estos procesos. Cómo nuevos campos
son creados, por quién y para qué propósitos?” (Fligstein and McAdam, 2012,
pág. 7)
Finalmente los
autores lo sintetizan de la siguiente manera, enfatizando en las deudas con las
dos corrientes, la de los campos y la teoría del actor-red:
“Seguro
que están a la mano teoría que pueden verse como alternativas legítimas a la
nuestra. Estas incluyen las nuevas teorías institucionales en los estudios
organizacionales, la teoría de la estructuración de Anthony Giddens, y más
cercana a nuestra perspectiva, la descripción de Bourdieu del habitus, campo y
capital social y vida política. Hemos rescatado elementos de cada una de estas
perspectivas y admiramos la ambición inherente en ellas. Al mismo tiempo, sin
embargo, vemos esas alternativas, de una forma u otra, inadecuadas, de tal
manera que queda por explicar la estructura subyacente de, y las fuentes de
cambio y estabilidad, de la vida institucional de las sociedades modernas.” (Fligstein and
McAdam, 2012, pág. 8)
Componentes
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Descripción
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1.Campos de acción estratégica
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Meso nivel social en donde se dan
acciones estratégicas de los actores-red, que adquieren sentidos compartidos
determinados y que siguen reglas de gobierno.
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2.Titulares, desafiantes, unidad de gobernanza
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Titulares son los que gobiernan el
campo y aprovechan de las reglas, que se imponen los demás. Desafiantes:
actores que ocupan posiciones subordinadas en el campo aunque reconozcan su
legitimidad. Unidades de gobernanza: campos en donde se articulan titulares y
desafiantes.
|
5.Destrezas sociales
|
Estratégicas, emocionales,
cognitivas, comunicacionales y que expresan la función existencial de lo
social y que aseguran la cooperación intersubjetiva.
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4.Campo amplio del entorno
|
Los campos entran en relación con
otros campos y están incluido en campos más amplios que forman unidades
organizativas más amplias.
|
5. Choques exógenos, movilización, el inicio de la
competencia
|
Los campos están sometidos a
influencias externas que pueden ser destructivas y que provienen de la
movilización de los actores, a través de acciones de competencia. Se produce
una dinámica de amenazas y oportunidades.
|
6. Episodios de competencia
|
Los períodos de cuestionamiento de
un campo nunca son permanentes. El campo se rehace en el momento en el que
vuelven las certezas y la legitimidad de las acciones.
|
7.Ajustes
|
Los episodios de competencia muchas
veces conducen a ajustes del propio campo, que reacciona para incorporar y
neutralizar la competencia o el conflicto.
|
Fuente: Elaboración
propia a partir de (Fligstein and
McAdam, 2012, págs. 9-22)
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