Al fin la traducción de Glas de Derrida, llamada en español como
Clamor, lo que permitirá que un
público más amplio pueda tener acceso a esta obra. La obra, como se sabe, está
construida en dos columnas: la una sobre Hegel y la otra, sobre Genet, sin que
lleguen a referirse de manera la una a la otra. Y dentro de cada columna, hay
muchas veces divisiones, segmentaciones, bocados, divagaciones. (Jacques
Derrida, Clamor, Ed. La Oficina,
Madrid, 2015)
Clamor está para ser leído de muchas maneras; la tendencia
principal consiste en enfrentarse por separado como Hegel o con Genet. De
hecho, este es el modo en que fue traducido, por equipos de traductores para
cada columna.
Pero, esta lectura deja algo
fuera de la propuesta de Derrida, del cuestionamiento de la escritura y
posteriormente, de la onto-teo-teleo-logia, como dirá en De la Gramatología; porque nos limitaríamos a descifrar el texto de
Derrida como si fueran dos libros que han sido editados juntos y nada más.
Como el caso de El Libro de los Pasajes de Benjamín, me
parece un proyecto incompleto, inacabado; al igual que es gigantesca acumulación
de citas, requiere de un trabajo adicional, para encontrar su deriva profunda,
su estructura constitutiva y no para reducirlo a un texto estándar, Clamor requiere de otras acciones que no
vayan en la dirección de establecer dos textos con su propia coherencia,
cuestión que desde luego puede hacerse.
Una posibilidad de lectura de Clamor que se someta al gesto de Derrida
en su radicalidad, está en la confrontación entre Hegel y Genet, entre la filosofía
del derecho y Santa María de las Flores, en cruzar la barrera gigantesca e
invisible que separa las dos columnas a pesar de su contigüidad, en romper esa
lógica que nos dice que son textos separados, sobre temas diversos, sobre autores
extremadamente distantes.
Ciertamente que el ejercicio no
arrojará para cada fragmento leído con la mirada del que está al otro, una
significatividad plena; quizás, se den muchos sinsentidos. Así que será una
tarea minuciosa, tediosa, delicada.
Podemos dejarnos conducir por
esta pregunta general: ¿de qué manera Genet deconstruye el sistema hegeliano?,
¿en qué medida y de qué manera Genet hace estallar la filosofía del derecho,
cuestionándola, alterándola?, ¿cómo utilizar el texto sobre Genet como guía
interpretativa de la filosofía del derecho, que se superpone a la lectura
crítica contenida ya en la primera columna?
Por esto, sería recomendable no
leer cada columna por separado, sino tomar un segmento de la primera,
detenerse, enfrentarse a la lectura de la segunda columna y preguntarse las
cuestiones que he mencionado. No se trata de encontrar una cierta literalidad,
una referencia fácil que vaya desde Genet a Hegel; pero, ¿qué nos dice el mundo
de Genet sobre Hegel?, ¿cómo muestra su grado de imposibilidad?, ¿cómo esa
lógica feroz del estado queda hecha trizas en el mundo de Genet?
Así que, ¿de qué modo la segunda
columna contamina a la primera?, ¿cómo introduce en ella otra lógica?, ¿cómo la
inocula de un virus que, al desarrollarse, desnuda la trama hegeliana e incluso
la trama del propio Derrida en su lectura del texto e Hegel?
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