FREDRIC JAMESON, NUEVAS VALENCIAS
DE LA DIALÉCTICA: 1. LUKÁCS, HISTORIA Y CONCIENCIA DE CLASE COMO PROYECTO
INACABADO.
En la propuesta de una nueva dialéctica
que realiza Fredric Jameson, se puede distinguir cuatro grandes componentes:
tres nombres de la dialéctica, reflexiones sobre la historia de la dialéctica,
relación entre política y dialéctica y las valencias de las historia.
Tres nombres de la dialéctica
propone una clasificación de las formas que ha adoptado la dialéctica y la
ubicación de su dialéctica; luego pasa a realizar un largo debate con diversos
pensadores en torno a temas de la dialéctica para delimitar en ellos sus
aportes, sus antinomias, la actualidad de sus contribuciones; en el parte de la
política se trata ante todo de revisar lo que sucede en el presente globalizado
en relación con el marxismo y la utopía; finalmente, considera que hay que ir
más allá de la temporalidad y reintroducir la historia como parte fundamental
en la construcción de la dialéctica.
En esta parte, revisaré la
primera parte, tomaré el debate en torno a Lukács de la segunda y concluiré en
su análisis de la historia:
1. Lukács,
Historia y conciencia de clase como proyecto inacabado
2. Tres
nombres de la dialéctica.
3. Valencias
de la historia
LUKÁCS, HISTORIA Y CONCIENCIA DE CLASE COMO
PROYECTO INACABADO.
Retomando el título de Habermas sobre
la modernidad, Jameson lo aplica a Lukács. Ahora es preciso establecer a qué se
está refiriendo, cuáles son las tareas teóricas y prácticas no concluidas en
esta obra clave para el pensamiento occidental, cómo debería continuarse. Y
esta no es una tarea nada sencilla.
Jameson señala que las categorías
de reificación y totalidad constituyen el gran aporte de Lukács y que sirven,
además, como guía de interpretación de lo que significaría la conciencia de
clase.
En primer lugar tenemos la cuestión
de la reificación, como el impedimento de clase que le impide a la burguesía
comprender adecuadamente la realidad, porque está sometida a sus intereses y
del capital en general en la urgencia de su reproducción ampliada. Por lo
tanto, solo es capaz de mirar parcial y distorsionadamente la realidad,
convirtiéndola de contingente en necesaria, naturalizándola, presentando la interrelación
entre personas como relación entre cosas mediadas por el dinero; esto es,
reificando las relaciones sociales.
En segundo lugar, se coloca la noción
de totalidad que corresponde la posibilidad de la comprensión de la realidad
tal cual es, a la explicación del modo de funcionamiento del capital y de los
caminos de la emancipación. Desde esta perspectiva se puede superar la
reificación introducida por el capitalismo y desentrañar las formas de explotación
y los procedimientos ideológicos.
En tercer lugar, la conciencia de
clase es la conciencia imputada o atribuida a un momento dado de la historia,
de su comprensión y de las tareas de liberación que se desprendan. El
proletariado como una clase social específica tiene la capacidad –virtual- de
acceder esa conciencia imputada desde su propia experiencia.
Lejos de excluir a otras clases o
movimientos sociales de esta experiencia, abre camino a su posibilidad. Esto
es, a una conciencia “de clase” de los movimientos feministas o afroamericanos.
Cada uno desde su propia situación puede tomar esa conciencia atribuida desde su
propia forma de vida.
Aquí lo fundamental, para
decirlos en términos políticos actuales, es que haya una perspectiva
anticapitalista desde cualquier actor social que quiera romper con los procesos
de reificación y alienación y aproximarse a una comprensión adecuada de lo que
implica la dominación capitalista y, como he dicho, de la emancipación de los
oprimidos.
Hasta aquí Jameson. Sin embargo,
hay que dar un paso más porque me parece que no queda claro en qué sentido Historia y conciencia de clase es un
proyecto inacabado. Habría que decir que no solo la modernidad está inconclusa
sino que el socialismo también es un proyecto inacabado, que se quedó truncado
por los procesos fallidos de los llamados socialismos reales.
¿Qué es lo que está inacabado en Historia y conciencia de clase? Si
seguimos la interpretación de Jameson tendríamos que reformular la teoría del
partido político, porque finalmente la
conciencia de clase se expresa en un partido revolucionario. El giro radical
nos lleva al otro extremo del partido único, de los partidos comunistas y
estalinistas.
Esa conciencia de clase está
abierta a que sea efectivice en diversos momentos dependiendo de la clase o
sector social que se apropie de ella. De allí, que serán necesarias varias
corrientes políticas que en su conjunto se pueden postular como aquellas que
más cerca están de la conciencia de clase atribuida en un momento histórico
dado.
Lo que está inacaba es la teoría
política del partido revolucionario y por lo tanto de la forma que adquieran
las revoluciones. Y esto al menos en las siguientes direcciones:
- La exigencia de una multiplicidad de narraciones
acerca de la conciencia de clase.
- La conformación de varias organizaciones
políticas que colocan su experiencia de la conciencia de clase atribuida. En
términos de los movimientos sociales actuales: ¿de qué modo cada uno de ellos
se vuelve anticapitalista a partir de su propio lugar de enunciación?
- La disputa abierta y no dogmática sobre las
interpretaciones que llevan a establecer cuál es la conciencia de clase
atribuible en el momento histórico concreto.
Quizás, entonces, el segundo tomo
de Historia y conciencia de clase debería denominarse: historias de la
conciencia de clase.
Bibliografía.
Jameson, F. (2009). Valences of the dialectic.
London : Verso.
Lukács, G. (1985). Historia y conciencia de clase.
México: Orbis.
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