Una adecuada comprensión de lo
que son las máquinas abstractas –y luego estéticas- tiene que aproximar dos
corrientes que han desarrollado a fondo la noción de máquinas abstractas, en
sentidos que van en direcciones aparentemente opuestas. Me refiero a las
máquinas abstractas del pensamiento nómada, especialmente Félix Guattari, y a
aquellas que pertenecen al mundo de la computación, por ejemplo en Colburn. (Colburn, 2000) (Guattari, 2007)
Esta no es una elección casual,
sino que corresponde a un pensamiento filosófico que ha tratado de dar cuenta
de los fenómenos sociales y políticos desde una vertiente crítica; y, por otra
parte, es imposible ignorar las grandes transformaciones tecnológicas, en
donde, precisamente, surgen las máquinas abstractas –y su concepto-
Hagamos un primer acercamiento a
estas tendencias, en sus aspectos nucleares y observemos las relaciones que se
pueden establecer y las nuevas caracterizaciones que adquieren las máquinas
abstractas.
En el caso de Guattari no
intentaré una reconstrucción de su pensamiento, sino únicamente aproximarme a
su concepto de máquinas abstractas y en cierta medida separarlo del pensamiento
nómada, para extraerle su núcleo duro.
Guattari parte del inconciente
maquínico que “está poblado no solo de imágenes y palabras, sino de toda clase
de mecanismos que conducen a que se produzcan y reproduzcan aquellas imágenes y
palabras.” (Guattari, 2007, pág. 10)
Es en este contexto que se
introduce la noción de máquina abstracta, ciertamente en el contexto de la
nomadología: “Ni idea trascendente platónica ni forma aristotélica adyacente a
una materia a-morfa, estas interacciones abstractas desterritorializadas, o,
más brevemente, estas máquinas abstractas
atraviesan diversos niveles de la realidad y establecen y quiebran
estratificaciones.” (Guattari, 2007,
pág. 11)
Así una máquina abstracta se
convierte en un plano de consistencia que tiene que ver directamente con un
modo de existir. Mirando dentro de estas máquinas abstracta, Guattari descubre
se “establecen sobre la base de ensamblajes que están en constante interacción e
incesantemente involucradas en procesos de desterritorialización…” (Guattari, 2007, pág. 11)
Estas máquinas están lejos de ser
aparatos puramente lógicos, fórmulas universales añadidas a cualquier entidad;
por el contrario siempre son máquinas concretas históricas, en donde hay que
encontrar aquellas determinaciones “de su ensamblaje enunciativo y la operación
de poder que le ha conducido a esa pretendida universalidad.” (Guattari, 2007,
pág. 12)
Si bien es un aspecto
insuficiente desarrollado, se muestra en qué sentido las máquinas son formas,
separándose de su versión lógica y aproximándose a las formas sociales. Las abstracciones son posibles únicamente en
la medida en que provienen de ese sustrato histórico concreto, aunque no se ve
pone suficiente énfasis en que dichas abstracciones son reales:
“Dos actitudes o dos políticas
son posibles de cara a la forma: una posición formalista que comienza con las
formas universales trascendentales separadas de la historia y que se “encarnan”
en substancias semiológicas, y una posición que comienza con las formaciones
sociales y los ensamblajes materiales para extraer (abstraer) algunos de los componentes
semióticos y las máquinas abstractas desde la historia cósmica y humana que
ellas ofrecen.” (Guattari, 2007, pág. 14)
Por eso, cualquier descripción formal
del orden maquínico se quedará en la construcción de un aparato meramente
formal, cuando efectivamente se requiere explicitar su origen y efectos
sociales contingentes. Mucho más discutible es esa precedencia
desterritorializante de las máquinas, sería preferible adoptar la posición de
fenómenos que co-existen, que se dan simultáneamente, precisamente para evitar
la construcción de aparatos lógicos cuya potencialidad de actuar o explicar la
realidad solo vendría después.
Estas máquinas abstractas, como
se verá más adelante, presuponen desde su inicio su potencialidad de volcarse
sobre la realidad, para definir campos específicos de acción:
“… las máquinas abstractas enfatizan el hecho
de que la desterritorialización en todas sus formas “precede” a la existencia
de los estratos y de los territorios. No se realizan en un espacio puramente
lógico sino solo a través de manifestaciones maquínicas contingentes, que nunca
incluyen simples combinaciones, sino que siempre implican un ensamblaje de
componentes irreductibles a su descripción formal.” (Guattari, 2007, pág. 16)
Finalmente, y este es un gran
tema también insuficientemente tratado por el pensamiento nómada, hay que
establecer los procesos de subjetivación que se desprenden de las máquinas
abstractas y los modos de representación que están contenidos necesariamente.
La separación tiene que hacerse
no solo respecto de las representaciones modernas o posmodernas, sino de las
teorías expresivas, en cuanto las máquinas abstractas incluyen tanto esos
aspectos afectivos como los representacionales:
“Los ensamblajes no reconocen…
objetos y sujetos, lo que no significa que no tengan nada que hacer con algo
que sea del orden de la subjetividad
y representación, pero no de la manera tradicional de sujetos individuales y
declaraciones separadas de sus contextos.” (Guattari, 2007, pág. 17)
Hasta aquí Guattari y el
pensamiento nómada.
Si nos aproximamos al otro ámbito
de las máquinas abstractas, aquel que surge en la esfera de la computación,
¿qué encontramos? Desde luego, no se trata de volcarnos a un análisis técnico
computacional de estas máquinas, sino a sus presupuestos fundamentales,
especialmente a los de carácter general y filosófico.
Partiré de la siguiente
definición de máquina abstracta, tomada de Macura (Macura, 2015) :
“Una máquina abstracta es un
modelo de un sistema computacional (considerado tanto como hardware o
software), construido para permitir un detallado y preciso análisis de cómo un
sistema computacional funciona. Tal sistema usualmente consiste de input,
output y operaciones que deben ser preformadas (el conjunto de operaciones) y
que así pueden ser pensadas como un procesador. Las máquinas de Turing son las máquinas
abstractas mejor conocidas, pero existen muchas otras tales como un autómata
celular.”
Ahora se resaltan aquellos
aspectos que son relevantes para precisar un concepto general de máquina
abstracta, más allá del ámbito computacional:
1. Su
carácter de modelo y por lo tanto su función modeladora. En este caso hay que
ir más allá y extraer las consecuencias de esta afirmación. En la época del
predominio de las máquinas abstractas, estas tal como están conformadas en el
espacio computacional, sirven de modelo a las demás, trátese de máquinas
físicas, lógicas, culturales, sociales, simbólicas, políticas.
2. Una
máquina abstracta es una unidad operacional, en donde además de los elementos
de entrada y salida, hay que insistir en el conjunto definido de operaciones
que está en capacidad de realizar. Un análisis de la extensión de esta noción
de unidad operacional a un campo mucho más amplio, como el de los videojuegos,
se puede encontrar en Bogost. (Bogost, 2006)
3. Representación:
hay siempre en las máquinas un plano semántico, que define con precisión el
contenido sintáctico, sin lo cual no podrían funcionar este tipo de máquinas. Ciertamente
que se trata de una representación bastante alejada del modo en que lo hace la
modernidad, a partir de un sujeto que se re-presenta la realidad en su mente. (Grupo de
Herramientas Didácticas, 2015)
Más adelante,
cuando se hable de las máquinas abstractas, estéticas, aparecerá el componente
de la expresión, como correlato de la representación.
4. Especificación:
no hay una máquina o máquinas universales; todas son máquinas que requieren
procedimientos de especificación y que les convierte a ellas mismas en máquinas
específicas. De hecho, se puede definir a estas máquinas como un procedimiento
de especificación:
“En el marco del
método B [2], el término Máquina Abstracta (AM: Abstract Machine) designa al
esquema que sirve para la especificación de un sistema o de un subsistema. Esta
estructura es esencialmente la misma que la correspondiente a los sistemas de
acción (action system) [4], encargado de describir el comportamiento paralelo
de los sistemas reactivos en términos de acciones atómicas (operaciones).” (Gruer y Rovarini , 2015)
5. Relación
entre máquina abstracta y mundo: este es un aspecto clave a ser resaltado,
porque le permite diferenciarse de una propuesta de un sistema lógico o
matemático y, al mismo tiempo, alejarse de sus generalizaciones que pretenden
que todo en el universo es una máquina.
Una primera
constatación es el vínculo de estas máquinas abstractas con el mundo físico: si
bien se pueden diferenciar los aspectos puramente abstractos de una máquina,
estos solo tienen sentido si funcionan en la realidad:
“De manera
similar, los artefactos computacionales tienen un modo abstracto que permite
nuestro razonamiento acerca de ellos. De otra parte, en algún momento, deben
tener una implementación física que posibilite su uso como cosas en el mundo
físico. Esto es obvio para las verdaderas máquinas, pero es igual para los
programas: los programadores escriben programas para controlar los aparatos
físicos. Un programa o máquina abstracta que no tiene una realización física es de poca utilidad como un artefacto
práctico para realizar computaciones no realizables por seres humanos.” (The philosophy of computer
science, 2013)
A partir de esta gran afirmación,
podemos dar un paso adelante y señalar que una máquina abstracta siempre tiene
que ver con la realidad, que es una especificación de esta y un modo de
especificar la realidad a la que regresa.
La formulación ontológica –y lógica- de lo que es una cosa, en el sentido de García (García, 2010, pág. 12 y ss) , sirve de base a esta afirmación:
Aspectos
que no pueden separados y que son el fundamento de la cosa, sin lo cual esta no
sería lo que es; esto es, no estaría especificada. Para los fines de este
análisis, se podría formular de la siguiente manera:
Un primer movimiento que nos dice cómo ha sido formada la
máquina, a partir de qué procesos de especificación, en qué mundos concretos
surge, a partir de qué procesos se conforma. Y un segundo movimiento, que nos
dice las especificaciones que está en capacidad de realizar una máquina
abstracta.
En los hechos, los dos movimientos tienden a confundirse y a
integrarse, porque terminan por depender uno de otro, ya que son un bucle
incesante que lleva desde el un extremo al otro.
Además, regresa la idea de machina ex machina, porque una
máquina abstracta es el producto de otras máquinas abstractas y a su vez,
produce otras máquinas.
Este ámbito es amplísimo y cubre desde lo físico, como ya se
ha dicho, hasta lo simbólico, atravesando por lo virtual e incorporando el
conjunto de aspectos socio-políticos, así como los mecanismos de poder que
permean todo este campo.
Una vez que se ha sintetizado las dos grandes corrientes de
las máquinas abstractas, se procederá a proponer una versión unificada que
arroje un concepto mucho más preciso de lo que es una máquina abstracta, más
allá del espacio computacional y más acá de cualquier universalismo. De tal
manera que una máquina abstracta sería:
Una máquina abstracta
es una unidad operacional, ensamblada de un determinado modo, que proviene de
una indexación del mundo, producido en condiciones histórico-sociales que
establecen su relación con el poder, capaz de realizar un conjunto definido de
operaciones, que pueden ser físicas, lógicas, simbólicas, sociales, políticas,
virtuales, y que, al volcarse sobre el mundo, lo especifican estratificándolo.
Bibliografía.
Bogost, I.
(2006). Unit operations. A approach to videogame criticism. Cambridge:
The MIT Press.
Bryant, L. R.
(2014). Onto-cartography. An ontology of machines and media.
Edimburgh: Edimburgh University Press.
Colburn, T. R.
(2000). Philosophy and computer science. New York: MESharpe.
García, T.
(2010). Form and object. A treatise on things. Edinburgh : Edinburgh
University Press.
Gruer y Rovarini
. (27 de Enero de 2015). Las
máquinas abstractas. Obtenido de http://www.herrera.unt.edu.ar/revistacet/anteriores/nro19/pdf/n19inv01.pdf
Grupo de Herramientas Didácticas. (27 de Enero de
2015). Grupoo de Herramientas Didácticas. Obtenido de
http://www.profesores.frc.utn.edu.ar/sistemas/ssl/marciszack/ghd/T-M-Caracter.htm
Guattari, F.
(2007). The machinic unconscious. Los Angeles: Semiotext(e).
Macura, W. K. (27 de Enero de 2015). Mathworld.
Obtenido de http://mathworld.wolfram.com/AbstractMachine.html
The philosophy of
computer science. (20 de Agosto de
2013). Obtenido de Stanford Encyclopedia of Philosophy:
http://plato.stanford.edu/entries/computer-science/#MatCor
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