1. 1. Aprender del ancestralismo:
El ancestralismo
se enfrentó a este desafío, produciendo un arte que retomaba la simbología de
los pueblos originarios y trasladándolos a un lenguaje moderno. Huyendo de la
copia, elaboró una estética en donde a pesar del predominio de lo contemporáneo,
los elementos –color, formas, figuras- de las culturas ancestrales aún eran
reconocibles.
La primera tarea
para los diseñadores es aprender del ancestralismo, de sus soluciones, de sus
hallazgos, de sus limitaciones en la comprensión de las otras culturas.
Ciertamente, fue ante todo, un gran trabajo sobre la forma antes que sobre las
concepciones míticas y estéticas de los pueblos ancestrales. Tres nombres
resaltan, a mi modo de ver, en esta corriente que serían extremadamente útiles
para el diseño neo-ancestralista: Estuardo Maldonado, Enrique Tábara y Oswaldo
Viteri.
2. 2. Comprender
la estética propia de los pueblos ancestrales:
En este aspecto
es en donde se tiene la mayor limitación, porque no existen suficientes
estudios de la estética de los pueblos originarios, que no puede ser reducida a
unas orientaciones, sino que, además, exige que se la entienda en su
diversidad. De hecho, no hay una sino
unas estéticas ancestrales.
La elaboración
de estrategias de diseño neo-ancestralista deberían como punto de partida la reconstrucción
detallada de la estética y de las formas artísticas de los pueblos ancestrales.
Por el momento, o bien tenemos los estudios arqueológicos y antropológicos que
se quedan en el marco de estas ciencias, o bien la utilización sin más de estas
formas en la producción de objetos.
Hay algunos
pocos trabajos que comienzan a orientarse en esta dirección y que sería indispensable
de tomarlos en cuenta, que se dan sobre todo para la estética maya o la moche.
3. 3. Estrategias
deconstructivas y morfología parcial:
Los diseñadores
parten de los análisis morfológicos, que sirven de base para las propuestas
gráficas u objetuales. Estos análisis llevan hasta un extremo que
conduce al hallazgo de formas universales, porque no puede ser de otro modo;
por ejemplo: figuras geométricas, líneas, simetrías, curvas.
Se trata en el enfoque
deconstructivo de llevar el análisis morfológico hasta un límite: encontrar las
formas básicas no de la geometría en general, sino de esa estética en
particular. Y solo entonces, reconstruirlos de otro modo, introduciendo las
alteraciones que se crean necesarias para la producción de nuevas visualidades.
Llamaremos a este análisis: morfología parcial.
4. 4. Procedimientos
de etnogénesis:
En la medida en
que gran parte de la matriz simbólica ancestral se ha perdido, los pueblos
originarios que todavía quedan son los que pueden re-inventar las cosmologías,
los mitos, los significados.
Las nuevas
matrices simbólicas servirán de base para la re-interpretación y la
re-invención de las estéticas ancestrales.
5. 5. Estrategias
metonímicas:
Desplazamientos
de la estética y de las formas ancestrales hacia nuevos campos, introducción en
contextos diferentes que al mismo tiempo que se separan de su fuente inicial,
conservan un “aire de familia”, mantienen unos elementos que hacen que el
origen ser todavía visible.
6. 6. Re-contextualización:
Llevar las
formas ancestrales a otros espacios estéticos diferentes; por ejemplo,
rediseñar un Miró desde las visualidades ancestrales. Aquí, al contrario de la
metonimia, el control lo toma la estética que sirve de base y en donde lo
ancestral queda incorporado.
Las conexiones
parciales guían este proceso, porque muestran que la pertenencia de los
elementos resultantes de un análisis morfológico –también parcial- pueden
incorporarse a otros espacios visuales, creando nuevos nexos y relaciones.
7. 7. Revisar
los catálogos de formas ancestrales:
Se producen con
una cierta regularidad catálogos de formas, que muchas veces se agrupan sin una
lógica estricta, sino que se agrupan siguiendo más bien grandes clasificaciones
geométricas abstractas o, en ciertos casos, haciendo un paralelismo con el arte
occidental. Puede revisarse los trabajos de Sondereguer sobre el diseño
precolombino.