Con igual insistencia Worthen analiza el
impacto de la penetración de la teatralidad en los nuevos medios, sin dejar de
lado el camino inverso, esto es, de qué manera las mediatizaciones actuales
influyen sobre el teatro, de qué manera lo cuestionan e incluso cómo el teatro
se ha convertido en una forma de re-mediatización, de trasladar aquello que
está expresado en otros formatos e incorporarlo dentro de su propia
perspectiva.
El teatro siempre fue intermedial en el sentido
de que incorporó otros elementos provenientes de diversas artes e incluso de
enfoques sociológicos o políticos; no se puede entenderlo sin la escenografía,
la luz, el sonido, el análisis del texto, las prácticas vocales, vestuario,
etc. La cuestión ahora consiste en que a estos componentes clásicos hay que
sumarlos los que provienen de los nuevos medios de información y comunicación
soportados por lo digital y lo virtual.
La tesis central de Worthen es entender el
teatro como una tecnología, que posibilita que este cumpla su función
primordial que es la mediatizar: volverse un medio específico con su propia
forma, sobre todo aquella que está vinculada a la actuación. Por ejemplo, los
textos no son simplemente dichos en escena, sino que son actuados y esto los
transforma al mismo tiempo que construye un espectador al que entrega una
narración convertida en drama.
Así que en vez de alejarse de la tecnología el
teatro contemporáneo toma los medios digitales, los redefine y los pone a
funcionar dentro de su lógica. Por esto en las artes escénicas contemporáneas
hay una reflexión ya cotidiana entre real y virtual, presencia y ausencia,
sujeto y objeto, privado y público.
Al considerar el teatro como un medio Worthen
alude a su función de re-mediatización: apropiación de las tecnologías y
métodos de los nuevos medios, con la orientación de transformalos para expresen
lo real de una manera inédita. Con estos elementos y poniendo la actuación en
el núcleo de la teatralidad, el teatro como medio abarca dos dimensiones:
La función del teatro es la re-mediatización no
solo de los contenidos hallados en otros medios o en general en los procesos de
representación social y política, sino que mediatiza también a los propios
medios; es decir, los somete a la teatralidad por sus propias formas y métodos;
y luego es capaz de ponerse a sí mismo como objeto de esta teatralidad,
convirtiéndose en un hipermedio, lo que significa que la teatralidad puede
viajar hacia diversos ámbitos y penetrar en muchas prácticas no solo artísticas
y sociales.
El teatro entendido como medio no debe ser
reducido a medio de comunicación, porque este no es su objetivo central. El
teatro rebasa largamente las prácticas comunicativas y se abre a la información
en sentido amplio, así como la posibilidad de representar la realidad de una
manera alternativa, hasta de cuestionarla o de mostrar experiencias que no
están incluidas en la marcha normal de los hechos.
En síntesis, Worthen analiza en este libro la
relación entre teatro, medio y tecnología; entrecruza rostro, máscara y
pantalla como expresiones de la actuación de las tecnologías de los otros;
recorre las implicaciones de los medios digitales para la teatralidad; explica
en qué consiste el fenómeno de la re-mediatización como la “esencia” del
teatro; reconfigura la noción del diseño del espectador y finalmente llama a
una recodificación de lo que es y lo que no es el teatro.
Referencias
Worthen, W. (2020). Shakespeare,
Technicity, Theatre. Cambridge
: Cambridge University Press.
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