Si le pedimos a alguien que nos
proporcione ejemplos de imágenes, objetos, formas, no encontrará dificultad en
hacerlo; más bien habrá que decir: ¡suficiente! Por el contrario, si a esa
misma persona le pedimos una definición de lo que es cada uno de los elementos
mencionados, le colocaríamos ante una dificultad difícil de resolver. Quizás
optaría por una demostración ostensiva: ¡Ese es un objeto!, nos diría,
señalando a cualquier de estos que nos rodean.
Estoy de acuerdo con que es buen
comienzo. Los libros, la mesa, la pantalla, los discos… son objetos. Aquello
que manipulamos, aquellos que vemos, que sentimos porque tiene una materialidad
serían objetos. ¡Concedido!
Continuemos, le diríamos. ¿Cómo, todavía hay más?, podría ser la
respuesta. Efectivamente, hay más. Pensemos en un juego típico de computadora,
como el World of Warcraft: ¡está lleno de objetos! Desde luego no son
materiales, sino virtuales. Esto es, son objetos virtuales que, como los otros,
podemos manipular, por ejemplo, con el ratón.
Ahora, imagínese que se queda
dormido y sueña que está jugando. Allí usted se enfrenta a objetos imaginarios.
También puede pensar en la silla que va a construir, que tiene un metro de
alto, con esta forma u otra; y que es igualmente un objeto imaginario.
Trasladémonos a otro campo: a la
informática. Un tipo de programación se denomina Programación Orientada a
Objetos y es una de las más utilizadas. En este caso se manejan entidades
lógicas que son objetos lógicos.
Por lo tanto, requerimos de una aproximación
amplia que incluya TODOS los objetos, sean reales o virtuales, lógicos o
imaginarios.
Tomo, en este momento, las
propuestas de una corriente filosófica llamada Realismo Especulativo y,
concretamente, el libro de Graham Harman, El objeto cuádruple. (Harman, Graham, The Quadruple Object, Zero Books, Alresford,
Hant/UK, 2011)
Siguiendo a Harman, digamos que
lo que existe es o bien objeto o bien relación. La serie de objetos que hemos
mencionado son tales porque tienen una determinada unidad, que se mantiene
durante un determinado tiempo y en un cierto espacio –real, virtual, lógico-:
“Pero todos son objetos
unificados, aunque algunos estén confinados a esa parte del mundo llamada
mente. Los objetos son unidades que muestran u ocultan una multitud de
características.” (7)
Los objetos como unidades que
pueblan los mundos reales e imaginarios, tienen que distinguirse de sus
cualidades y de sus relaciones. En primer lugar, no pueden reducirse a sus
cualidades, porque son más que la suma de ellas y porque se mantienen a pesar
de que muchas de ellas se alteren o cambien.
En segundo lugar, los objetos entran
en relaciones; ciertamente que nos sería imposible entenderlos fuera de los
contactos que establecen entre ellos. Igualmente, es cierto que podemos
aislarlos de una u otra relación, aunque fuera de manera temporal.
Se debe insistir en que este es
un primer acercamiento a la noción de objeto, que nos ha permitido ampliar su
significado para incluir al conjunto de los objetos, con la riqueza de su
diversidad y, simultáneamente, entenderlos sin reducirlos a sus cualidades o a
sus relaciones.