Uno de los aspectos que interesa desde la estética caníbal es la crítica del arte posmoderno. Se quiere ir hasta sus raíces y mostrar de qué manera su desarrollo tiene que ver con la economía. Por eso se abre un espacio de reflexión sobre la economía política del arte posmoderno.
La relación entre economía y arte tiene diversos niveles. Ciertamente se puede tratar los temas del mercado del arte, la relación entre la producción artística y el financiamiento tanto privado como público, la formación del precio de las obras. Igualmente es posible interrelacionar los efectos de la dinámica económica sobre el arte y sus tendencias; inclusive sobre el papel del arte respecto de la sociedad en su conjunto.
Con todo lo importante que son estos aspectos, el estudio de la economía política se centra sobre todo en otros aspectos:
En primer lugar, el modo en que el arte entra en relación con el capital; esto es, el arte es anterior al capitalismo y prácticamente en todas las culturas existen fenómenos estéticos de un modo distinto que en las sociedades occidentales. Al entrar en contacto con el capital, ¿qué lugar le otorga al arte –y a la reflexión sobre este en forma de estética-? ¿Se puede decir, como a veces se sostiene, que el arte es pura ideología?
En segundo lugar, y de una manera mucho más específica, ¿se pueden relacionar las categorías de la economía capitalista como el arte y la estética? ¿Tiene algo que ver la forma del equivalente general como la forma arte, o los procesos de abstracción de la mercancía como las formas artísticas?
En tercer lugar, dados los procesos de división del trabajo posfordistas, ¿son estos los que sirven de modelo para el arte posmoderno como sostiene, por ejemplo, Laddaga?
En cuarto lugar, ¿cómo el componente estético de las mercancías forma parte de los procesos de valorización del valor, del paso de la mercancía a dinero? ¿Se puede decir que en el mundo actual compramos estética de una manera preferencial, muchas veces por encima de la funcionalidad del objeto? ¿Queda el valor de uso reducido a su mínima expresión mientras la forma artística del objeto se vuelve predominante? Aunque hay otra pregunta que es necesario introducir para no distorsionar nuestra aproximación a la economía política de la obra de arte posmoderna: ¿a pesar de todo el secuestro del arte y la estética por parte del capital, la obra de arte tiene un núcleo como valor de uso que jamás puede ser eliminado?
A lo largo de este blog se intentará responder a estas preguntas como parte de delimitación negativa que tiene que realizar la estética caníbal.
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