Diversas corrientes estéticas contemporáneas plantean que el arte se
encontraría en un estado de disolución, en donde sus límites se habrían vuelto
borrosos. Quizás el caso más representativo es el de Michaud con su concepto
del arte en estado gaseoso.
En la realidad sociológica del campo del arte observamos el fenómeno
inverso: si bien es cierto que casi todo puede ser arte, sin embargo en los
salones, bienales, ferias, exposiciones, galerías, se expone aquello que se
considera arte, que ha entrado en sus circuitos, que es aceptado como tal y que
es producido por unos “expertos” llamados artistas. Hay una cierta circularidad
porque arte es lo que hacen los artistas y son artistas aquellos que producen
arte.
Si relacionamos este discurso con la esfera del diseño, no será
difícil establecer que con dos áreas plenamente diferenciadas: arte y diseño.
Los procesos de formación, los circuitos de circulación, los modos de su producción,
la relación con las mercancías, hacen que el diseño sea también un mundo
delimitado, separado de aquel del arte y de los artistas, aunque ocasionalmente
algunos puedan cruzar la frontera.
Esta es, desde luego, una dualidad insostenible. Habría, por el
contrario, que mostrar sus profundas interrelaciones, sus mutuos campos de
pertenencia, sus lógicas comunes y especialmente que ambos caben dentro de la
tecnología.
Una tecnología que está directamente relacionada con la producción de
la belleza: ambos hacen lo bello, lo estético; arte y diseño son los medios por
los cuales se organizan los regímenes de la sensibilidad, quizás separados
apenas levemente por los temas de la “funcionalidad” y de la “utilidad.”
Son por lo tanto modos de organización de la sensibilidad desde la
perspectiva de un poder, de una ideología, de una lógica económica. Por esto
sería muy significativa la organización de espacios de confluencia, tanto sociológicos
como culturales; por ejemplo, exposiciones en las que encontremos objetos del
diseño y obras de arte.
Solo entonces percibiríamos que su distancia no es tan grande y que su
diferencia no es tan significativa.