“7. Pero la proposición ´debo
comprender la orden antes de poder actuar de acuerdo con ella´ tiene sentido;
solo que no un sentido metalógico. Y comprender
y significar no son conceptos metálogicos.”
Así la comprensión y el significado
de una orden no están ubicados en
mundos distintos; pertenecen a la misma esfera, comparten una ontología
similar, solo que ligeramente desplazada. No hace falta acudir a hipótesis
psicológicas de procesos especiales ni recurrir a alguna metafísica del
comprender.
Desde esta perspectiva, se puede
aproximar esta noción de meta- con la de las conexiones parciales, que
constituiría su origen real: en la composición de dos fenómenos u objetos,
estos jamás entran completamente en la constitución del otro o, en caso de
hacerlo, pueden desprenderse, para que en ambos casos puedan pertenecer a instancias
diferentes.
Lo meta- de cualquier fenómeno,
lógica, lenguaje o conocimiento, significa la mirada que tenemos de dicha
realidad desde la perspectiva de aquellos elementos compatibles pero
comparables, desde los cuales hablamos o interrogamos a un objeto determinado.
De este modo, se preserva tanto
la inmanencia radical de todo lo existente y por otra no se la reduce a una
suerte de homogeneidad, sino que se mantiene su enorme diversidad, que viene
dada por una serie de desplazamientos ontológicos, graduales o no, continuos o
discontinuos.
Con este tipo de ejemplos, se
quiere mostrar que la lectura de
Wittgenstein no tiene por qué quedar atrapada en los juegos del lenguaje o la interpretación
analítica. Ciertamente que el paso es difícil, porque la dlucidacuón ya
canónica de sus textos ha seguido esa dirección y porque parecería que
solo se trata de cuestiones del lenguaje
cuando hay muchos más en sus reflexiones.
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