La refundación de la dialéctica tiene en Alain Badiou a uno de sus
pilares, especialmente en sus dos obras: Ser y acontecer y La lógica de los
mundos. En este segundo libro se propone un sistema conformado como un gran
lógica, tan profunda y comprensiva como de la Hegel.
Muchas de sus categorías son novedosas respecto de la dialéctica
clásica y completamente alejadas de cualquier forma del dogmatismo estalinista.
Ciertamente que habrá que confrontar estos conceptos con su capacidad
explicativa de la realidad, en un momento en donde requerimos de urgencia instrumentos
necesarios para escapar de la férrea lógica del capital y de su sociedad, que
siguen imponiéndose a pesar de su crisis
global.
Creo que es indispensable emprender una serie de aproximaciones
técnicas, lo más rigurosas posible, a una obra ardua que tiene el peligro de
ser incansablemente citada sin ser realmente leída.
Un concepto central para la refundación de la dialéctica es el de
trascendental, que es sobre lo que versará este trabajo. Para ayudarnos en su
comprensión, dada la larga historia y ambigüedad del concepto, lo
confrontaremos con el significado que tiene en Kant y en Husserl.
Encontramos el concepto de transcendental ubicado al inicio mismo de
la Gran Lógica, esto es en el Libro II de la Lógica de los mundos: “Libro II
Gran Lógica, I. Lo trascendental.” Se
encuentra en el pórtico de esta gran lógica, como la primera noción que servirá
de eje al resto del sistema.
Seguiré una ruta inversa a su desarrollo en el texto; esto es, inicio
con la definición que está colocada al final, retrocede hasta los enunciados
que le preceden y discuto en detalle el cuerpo del texto que está, como se ha
dicho, en el Libro II.
Badiou define trascendental de la siguiente manera: “…trascendental
designa un mundo, en el que las puras multiplicidades aparecen bajo el aspecto
de objetos*, como una red de identidades y diferencias que se refieren a los
elementos de lo que aparece.” 596
En la Proposición 15 dice: “Para pensar un múltiple tal como está
inscrito en la lógica de un mundo*, o para pensar el ser-allí de un múltiple,
presupone la formulación de una lógica* del aparecer* que no es idéntica a la
ontología* matemática de un puro múltiple.”
Y en el enunciado 16: “Una lógica* del aparecer, que es la lógica de
un mundo*, desciende a una escala unificada para la (intrínseca, sin sujeto)
medida de las identidades y diferencias y para las operaciones que dependen de
esta medida.” 571
La lógica de lo trascendental muestra cómo el mundo está organizado de
acuerdo a un orden estructural, cuya base mínima puede expresarse en más y
menos.
Si lo trascendental está vinculado en Kant al sujeto trascendental, al
orden de las posibilidades del conocimiento, se convierte en una categoría
ontológica. Lo trascendental es una propiedad de los mundos que precisamente
les permite ser estos mundos y no otros.
Una serie de “operaciones inmanentes” hacen que este mundo sea tal
como es. “Trascendental es el nombre de
estas operaciones… La máxima final puede ser enunciada como sigue: respecto de
la inconsistencia del ser, lógica y aparecer son una y la misma cosa.” 101
Hay que resaltar antes que esa identidad entre lógica y aparece, el
hecho de que los mundos devienen tales, mundos allí, siguiendo una lógica que
les hace desembocar en una organización con un orden estructural.
Dada esta noción de trascendental, veamos cómo funciona: “Un mundo no
es sino una lógica de ser-allí y está identificado con la singularidad de esta
lógica. Un mundo articula la cohesión de múltiples alrededor de un operador
estructural (lo trascendental).” 102
El orden estructural que se deriva de lo trascendental tiene tres
operaciones fundamentales y suficientes:
“a. Un mínimo de apariencia es dado.
b. La posibilidad de conjunción de valores de aparición de dos
múltiples (y por lo tanto de cualquier número finito de múltiples).
c. La posibilidad de una síntesis global de valores de aparición de
cualquier número de múltiples, aún si hay un número infinito de ellos.” 103
Si volvemos al plano cognoscitivo, su posibilidad se deriva de
reconstruir las operaciones que han dado lugar a un mundo, o lo que es igual su
lógica trascendental en el sentido técnico que se le da aquí. Esto le permite
redefinir a Badiou su noción de situación o estado del mundo:
“Nosotros llamamos ´situación del ser´ para un ser singular, el mundo en el que
este inscribe un procedimiento local de
acceso a su identidad sobre la base de otros seres.” 114