Zizek en su última obra, Less tan
nothing: Hegel y la sombra del
materialismo dialéctico, traza en dos voluminosos tomos, un vasto panorama
de temas dialécticos que giran en torno a Hegel, Marx y Lacan y que desde allí
se abren a un sinnúmero de debates contemporáneos de lo más variados. De alguna
manera, esta obra también significa un punto de llegada y de síntesis –parcial,
como tiene que ser cualquier síntesis-
Selecciona una serie de temáticas que se suceden a lo largo de su
obra, especialmente dirigidas a mostrar el rostro que tiene la dialéctica en la
actualidad y desde la particular mirada de Zizek. Comienzo por la dialéctica de
la forma y el contenido, en donde se plantea una lectura de Hegel que quiere
escapar de “la matriz subjetivista del sujeto apropiándose de todo contenido
substancial (internalizando a través de la mediación nocional, superadora e
idealizante.”(Vol. 1., 315)
Con el fin de explicar esta posición no subjetivista de Hegel –y en
general de la dialéctica-, Zizek recurre al psicoanálisis, en donde se puede
encontrar la dialéctica de la forma y el contenido: Esto nos impulsa a delinear
la distinción entre el contenido reprimido y la forma de la represión, en donde
la forma permanece operativa hasta después de que el contenido ya no está reprimido.”
(Vol.1. 315)
Aquí hace su aparición la dialéctica porque se produce “un salto entre
forma y contenido”, que permite que la forma adquiera una vida propia, que le
lleva más allá del contenido reprimido inicial: “Solo se alcanza el nivel
propio del análisis dialéctico de la forma cuando concebimos un cierto
procedimiento formal no como expresando un cierto aspecto del contenido
(narrativo), sino como marcando o señalando que la parte del contenido que es
excluida de la línea narrativa explícita…” (Vol. 1. P. 316)
Más allá de los aspectos técnicos y de detalle que siguen a este
análisis que hace Zizek, lo fundamental radica en que la forma no se agota en
la expresión de unos ciertos contenidos, sino que los rebasa. Solo así esa
forma estará en la capacidad de expresar otros contenidos diferentes, y en este
caso, reprimidos.
Siguiendo a Hegel se establece que los contenidos de la forma están
rotos en dos, porque a más de los explícitos, se encuentran los que han sido
reprimidos. Y es esta exclusión “que establece la forma misma es la represión
primordial.” (Vol. 1. 317)
La coincidencia imperfecta y parcial entre forma y contenida
posibilita entender la distinción entre placer y goce, en la medida en que hay
un contenido que va más allá de cualquier forma:
”…lo que está más allá del
principio del placer es el goce mismos, que se conduce como tal. La paradoja
básica del goce es que es tanto imposible e inevitable: nunca es plenamente
alcanzada, siempre perdido, pero, simultáneamente, nunca podemos deshacernos de
este – cada renunciamiento del goce genera un goce en la renunciación, cada
obstáculo del deseo genera un deseo de un obstáculo, y así.” (Vol. 1., 318)
La dialéctica de la forma y el contenido es la de su no coincidencia
completa; por una parte, la forma no expresa simplemente un cierto contenido,
sino que tiene espacio y tiempo para otros contenidos; por otra parte, hay unos
contenidos que quedan atrapados en una forma determinada y otros que escapan a
dicha forma, en la medida en que van más allá del principio del placer para
encontrarse con el goce.
Cualquier análisis de la forma tendrá que preguntarse por su propio
significado más allá de un contenido dado, o como diría Hjelmslev, por la forma
de la expresión que rebasa la substancia de la expresión.
Toda comprensión de un contenido nos lleva un paso adelante, excedentario,
respecto de la forma, en cuanto es un contenido que rebasa una forma
determinada y que, por esa misma razón, es capaz de encontrar otra forma para
expresarse. (Más adelante llamaré a este enfoque: dialéctica de las conexiones
parciales, siguiendo a Marilyn Strathern, en Conexiones Parciales.)
(Zizek, Slavoj, Less tan nothing:
Hegel y la sombra del materialismo
dialéctico, Verso, London, 2012.)